El sacrilegio consiste en profanar o tratar indignamente los sacramentos y las otras acciones litúrgicas, así como las personas, las cosas y los lugares consagrados a Dios. El sacrilegio es un pecado grave sobre todo cuando es cometido contra la Eucaristía, pues en este sacramento el Cuerpo de Cristo se nos hace presente substancialmente (cf CIC can. 1367. 1376). CIC 2120.
El código del derecho canónico nos dice:
915. No deben ser admitidos a la sagrada comunión los excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave.
Luis Roman nos comenta la noticia del sacrilegio que se llevó a cabo en el Vaticano donde la comunión le fue dada al presidente argentino quien es un pro abortista y se encuentra en segundas nupcias (civilmente)
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