The Mexican War/La Guerra de Intervención

Secretos de Nueva Galicia: Un Viaje por la Historia y Legado de la Colonia en México

January 13, 2024 Cesar N Madrigal Season 2 Episode 7
Secretos de Nueva Galicia: Un Viaje por la Historia y Legado de la Colonia en México
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Secretos de Nueva Galicia: Un Viaje por la Historia y Legado de la Colonia en México
Jan 13, 2024 Season 2 Episode 7
Cesar N Madrigal

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Descubre los secretos de Nueva Galicia, una región que fue cuna de acontecimientos decisivos durante la colonización española en México. En nuestro nuevo episodio, te llevaremos en un viaje al pasado para explorar las huellas de Hernán Cortés y sus seguidores en la fundación de ciudades y en la imposición de sistemas como la encomienda. Te sorprenderás al conocer el papel que desempeñaron personajes como Francisco Cortés de San Buenaventura y Gonzalo de Sandoval en la conformación de la identidad de Purificación y otros puntos clave. Además, examinaremos el nexo entre las expediciones y la evolución demográfica, y cómo estos elementos configuraron el territorio que hoy conocemos como parte integral de México.

El episodio también se adentrará en las venas de la tierra con el auge de la minería en Zacatecas, y cómo esto fue el catalizador para la expansión de la industria agropecuaria y el comercio en la Nueva España. Relatamos la historia de Pedro Almínez de Chirinos y su encuentro con las comunidades indígenas en los Altos de Jalisco, una narrativa que ilustra la simbiosis entre las nuevas y antiguas culturas. Por último, hacemos un fascinante recorrido por la Península Ibérica, donde descubriremos los ecos de moros y romanos en las tradiciones y arquitectura que todavía hoy resuenan en nuestras vidas. Te invitamos a acompañarnos en este recorrido histórico y cultural que destapa cómo el legado de nuestros antepasados sigue moldeando nuestra identidad contemporánea.

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Descubre los secretos de Nueva Galicia, una región que fue cuna de acontecimientos decisivos durante la colonización española en México. En nuestro nuevo episodio, te llevaremos en un viaje al pasado para explorar las huellas de Hernán Cortés y sus seguidores en la fundación de ciudades y en la imposición de sistemas como la encomienda. Te sorprenderás al conocer el papel que desempeñaron personajes como Francisco Cortés de San Buenaventura y Gonzalo de Sandoval en la conformación de la identidad de Purificación y otros puntos clave. Además, examinaremos el nexo entre las expediciones y la evolución demográfica, y cómo estos elementos configuraron el territorio que hoy conocemos como parte integral de México.

El episodio también se adentrará en las venas de la tierra con el auge de la minería en Zacatecas, y cómo esto fue el catalizador para la expansión de la industria agropecuaria y el comercio en la Nueva España. Relatamos la historia de Pedro Almínez de Chirinos y su encuentro con las comunidades indígenas en los Altos de Jalisco, una narrativa que ilustra la simbiosis entre las nuevas y antiguas culturas. Por último, hacemos un fascinante recorrido por la Península Ibérica, donde descubriremos los ecos de moros y romanos en las tradiciones y arquitectura que todavía hoy resuenan en nuestras vidas. Te invitamos a acompañarnos en este recorrido histórico y cultural que destapa cómo el legado de nuestros antepasados sigue moldeando nuestra identidad contemporánea.

La región de Nueva Galicia fue una vasta zona del centro de México, autónoma, perteneciente al Virreinato de la Nueva España. Los actuales estados de Aguascalientes, Guanajuato, Colima, Jalisco, Nayarit y Zacatecas abarcaban esta región. Después de la conquista de los Aztecas en 1521, Hernán Cortés ordenaría la exploración de otras áreas de la Nueva España, de las cuales incluirían la región bautizada, tiempo después, como Nueva Galicia.

 

De acuerdo a información publicada por la Universidad de Guadalajara, en su sitio de red titulado, Enciclopedia Historia y Biográfica de la Universidad de Guadalajara, “con el doble propósito de encontrar un puerto que les permitiera navegar hacia las costas asiáticas y de localizar los yacimientos de metales preciosos que abastecían a los purépechas, Hernán Cortés envió a sus expedicionarios a las tierras de Colima y de Jalisco.

 

Desde la capital purépecha de Tzintzuntzan, hacia 1522, Cristóbal de Olid incursionó por Mazamitla, llegando hasta Tamazula, retornando después a su lugar original de partida. Un año después, en 1523, de acuerdo a la publicación de la Universidad de Guadalajara, exploró en dirección a Zacatula, “pero fracasó ante el debilitamiento que ocasionó a sus fuerzas la defección de Juan Rodríguez de Villafuerte, quien partió hacia Colima, pero que fue derrotado por los nativos de Tecomán.”

 

Gonzalo de Sandoval rodearía el lago de Chapala, por el sur, llegando a Colima y el 25 de julio de 1523, donde anteriormente había estado Juan Rodríguez de Villafuerte, fundaría la Villa de Santiago de los Caballeros. En tanto, Francisco Cortés de San Buenaventura, sobrino de Hernán Cortés, desde Mazamitla y Zapotlán, arribaría a Colima, en la cual, en agosto de 1524 sería nombrado lugarteniente por Hernán Cortés. De Colima avanzaría hacia Cihuatlán para después virar hacia Autlán y Etzatlán, y continuó hacia el norte hasta el río Santiago. Hacia agosto de 1524, Alonso de Ávalos, primo de Cortes, llegaría al sur de Jalisco, desde la Ciudad de México, donde se le otorgaría la encomienda más tarde conocida como Provincia de Ávalos. En esta expedición, Cortés le había indicado a su primo que tuviera “mucho cuidado y vigilancia en que los naturales no sean maltratados ni echas vejaciones, y que una vez echas efectivas esas órdenes, se encargará de descubrir la provincia a la que entrareis en son de paz; donde no quieran recibirles, luchareis hasta someterlos al emperador y a su gobierno.”

 

Sin embargo, Gonzalo de Sandoval, al no encontrar las deseadas riquezas de oro y plata en la región de Colima, se regresaría a la Ciudad de México dejando a cargo a Alonso De Dávalos en la región que después sería bautizada como Provincia de Dávalos. Este territorio incluía a la cabecera, que era Sayula, y algunas numerosas poblaciones cercanas que incluían a Zacoalco, San Juan Cosalá, Apango, Atlaco, San Marcos, Xonocotlán, Cocula, Tizapán el Alto, San Martín y Ajijic, entre otros. 

 

Gonzalo de Sandoval también estuvo en Michoacán pasando por La Barca, Ocotlán y la región de los Altos hasta Nochistlán, del estado de Zacatecas, para luego dirigirse a los territorios hoy conocidos como los estados de Nayarit y Sinaloa. Después funda la población de Purificación en 1534 tras su pase por el litoral de la Costa del Pacifico. Los primeros habitantes de esta villa de la Purificación eran originarios de la provincia vizcaína de España, montañeses, castellanos, extremeños, y sevillanos entre otros. 

 

El mismo Cortés se embarcaría en un largo viaje a Las Hibueras, desde las tierras Mayas de Acalán, al Sureste de la Laguna de Términos y el Petén, hasta el Golfo de Honduras. En esta larga y peligrosa expedición, se llevaría consigo a Cuauhtémoc, el ultimo Tlatoani, con la intención de disuadir cualquier rebelión Azteca en su contra. Después de un tiempo de travesía y de estancia, en un aparente ataque de paranoia, Cortés ordenaba juzgar al último Huey Tlatoani, sentenciándolo a morir colgado en la horca. 

 

Poco tiempo después, en 1524, el Monarca Español, Carlos V, influenciado por los enemigos de Cortés en España y en el Nuevo Mundo, ordenaba la formación del Consejo de Indias para administrar las colonias del Nuevo Mundo. Tres años después, ordenaría la instalación de la Primera Audiencia, organismo que incluía a una serie de jueces reconocidos como oidores, los cuales administrarían judicialmente el rumbo y destino de las colonias Españolas en el nuevo mundo, de las cuales incluían las de la Nueva España obviamente.

 

Estas acciones del Monarca Español minimizaban el poder de Hernán Cortés y aunque ya para entonces había recibido de Carlos V el título de Marqués de Oaxaca, el cual comprendía una área de 65,000 kilómetros, el conquistador pensaba que merecía más reconocimiento por haber sido el principal conquistador de los Aztecas. Cortés haría intentos por convencer al Monarca de ofrecerle más reconocimientos, pero no pudo lograrlo y súbitamente cae enfermo, de lo cual no se pudo recuperar y muere el 2 de diciembre de 1547 en Castilleja de la Cuesta, Sevilla, España.

 

Nuño Beltrán De Guzmán

 

Poco antes de la muerte de Cortés, Carlos I instauraba a Nuño Beltrán de Guzmán como gobernador de la Región del Panuco. Durante su administración de esta región, Guzmán comenzaría a manifestar patrones de una conducta severa y brutal en contra de los naturales, a los cuales muchos de ellos vendía como esclavos. Poco tiempo después, el Monarca Español lo establecía como el Presidente de la Audiencia, a lo que muchos dedujeron que era con la intención de minimizar la autoridad y poder de Cortés, ya que Guzmán era un jurado enemigo del conquistador. 

 

Las brutales acciones de Nuño de Guzmán llegarían a los oídos de muchos misioneros que intentaban salvaguardar los derechos humanos de los indígenas, a los cuales incluía Fray Juan de Zumárraga y Bartolomé De Las Casas. Zumárraga llegaría a la conclusión de excomulgar al antiguo Presidente de la Audiencia de la Nueva España, y Guzmán, a sabiendas de lo que le esperaba, decidía renunciar al importante puesto en diciembre de 1529.

 

Pero Guzmán, probablemente intentando emular a lo que había hecho Cortés durante su llegada a tierras de la Nueva España, decidía partir con un centenar de conquistadores descontentos, y millares de indígenas, hacia tierras del occidente a capturar más territorios e intentar descubrir yacimientos de oro, plata y otras riquezas, probablemente con la intención de convencer al Monarca Español de que le perdonara sus anteriores fechorías.

 

Se adentró en el territorio de Michoacán, donde reclutó a más de 8000 indios Tarascos y mandó matar al cacique Tangáxoan II por no entregar la cantidad de oro que el conquistador había demandado. Al llegar a Cuitzeo, la expedición de Nuño Beltrán de Guzmán se dividía, debido a que había enviado al capitán Pedro Almíndez Chirinos a explorar Zacatecas, y a Cristóbal de Oñate a Teocaltiche y Nochistlán. Una vez hecho esto, prosiguió hacia los actuales estados de Guanajuato y Jalisco.

 

Este viaje de Guzmán llevaba consigo un rastro de maldad, crueldad y tragedia para los habitantes naturales de estas regiones. Su travesía dejaba centenares de muertes así como aldeas o pueblos incendiados, con la intención de no dejar ninguna fuerza a su retaguardia que pudiera amenazar su trayecto. En un claro contraste a los otros conquistadores, los cuales deseaban obtener tierras y riquezas en nombre del Monarca Español y convertir a los indígenas al catolicismo, Guzmán estaba solamente interesado en obtener tierras y riquezas para el mismo. Esta codicia hacía que sus acciones dejaran a un lado la integridad física y moral de los naturales de la región. Tanto fue su crueldad que su sobrenombre adquirido fue el de “el carnicero.” 

 

Como resultado del paso de Guzmán por esta región, los pueblos indígenas del noroeste y centro norte de México han dejado un pobre legado a los interesados arqueólogos y antropólogos. Sólo las tumbas de fosa común atestiguan su anterior presencia en esta área. Al contrario de otras tribus del centro y noreste del país, los habitantes de estas regiones no construyeron grandes ciudades. Seminómadas, invernaban en cuevas en las cercanas montañas de la Sierra Madre Occidental y pasaban el resto del año en el fértil altiplano

 

Cultivaban maíz, domesticaban algunos animales, cazaban y pescaban. El Clan y la Tribu eran sus organizaciones sociales. No tenían ningún concepto de nación. Por ejemplo, hoy en día, probablemente los Huicholes son los únicos naturales de estas regiones que sobreviven y conservan su identidad y cultura ancestral. Su forma de vida perdurada, historias y leyendas, nos otorgan probablemente una idea de la vida de esta tribu—y algunas otras que poblaron estas regiones— antes del arribo de Nuño Beltrán de Guzmán. 

 

A diferencia de los aztecas, sus religiones eran espirituales, confiando en el uso del peyote, hongos alucinógenos y bebidas embriagantes para ponerse en contacto con sus dioses. Los sacrificios humanos eran desconocidos. Para poder huir del paso arrasador de Guzmán, una gran mayoría de los habitantes indígenas de estas áreas abandonarían la región, huyendo a las montañas o a la costa, lejos del peligro que avasallaba la región con el arribo de Guzmán. Las acciones del brutal conquistador despertarían el odio y el resentimiento, sentimientos que perseguirían a Guzmán hasta el mismo día de su muerte años después. Futuros colonizadores de estas áreas también sufrirían de la desconfianza y el rencor por parte de los naturales. 

 

El transcurso de su viaje lo llevaría a intentar conquistar tierras originadas desde los actuales estados de Sinaloa y Jalisco, hasta la región del Pánuco que el ya controlaba. Durante su trayecto hasta Tepic, Guzmán enviaba una convocatoria a los caciques de Xalisco, pero los lideres indígenas, probablemente aterrados por los hechos efectuados por Guzmán a su paso por los territorios, decidían no asistir al llamado del conquistador. Éste, furioso, decidía el irse a buscarlos y cruzaba el Rio Santiago hasta llegar a territorios no explorados anteriormente. Ya cercas del océano Pacifico, Guzmán decidía tomar posesión de los territorios, en nombre de su majestad, el domingo día del Espíritu Santo, declarando en forma simbólica y ceremonial el nombre de Espíritu Santo de la Mayor España para todos los territorios.

 

Sin embargo, la corona, al darse cuenta del nombre elegido por Nuño Beltrán de Guzmán decidía el modificarlo a Nueva Galicia y agregaba su capital como Santiago de Galicia de Compostela, de acuerdo a la Real Cedula de enero de 1531.

 

Esta ambiciosa empresa y deseos de conquista de Guzmán llegarían hasta los oídos del Monarca Español, el cual determinaba que el poderío de Guzmán se volvería incontrolable para la corona. Como resultado, el Monarca Español decidía el disolver la Audiencia y enviaba a Antonio De Mendoza a gobernar los territorios de la Nueva España como el primer Virrey.

 

Tiempo después, Mendoza encomienda al licenciado Diego Pérez de la Torre para que encabezara la investigación en contra de Nuño Beltrán de Guzmán. De La Torre, sin perder tiempo, lo remueve del cargo del gobierno de la provincia, para después encarcelarlo por los graves delitos cometidos por el brutal conquistador. Poco tiempo después de su encarcelamiento, De La Torre lo remite preso, enviándolo encadenado con grilletes a España, donde muere encarcelado en el Castillo de Torrejón de Velasco en marzo de 1558. Era así como terminaba la vida del cruel y despiadado conquistador Nuño Beltrán De Guzmán, aunque el grave daño a la población indígena, de esta región, seria irreparable. 

 

La crueldad empleada por Guzmán conllevaría al levantamiento armado conocido como la Guerra del Mixtón, en el cual los españoles estuvieron a punto de perder ante una federación de naturales compuestos primordialmente por cazcanos y zacatecos, pero también apoyados por guachichiles, coras, tecuexes y guamares. Los principales lideres de estas facciones eran Petlácatl, cacique de caxcán de Xalpa; Francisco Tenamaxtle de Nochistlán; Coringa de Tlaxicoringa; y Don Diego de los zacatecos. 

 

Pedro de Alvarado sería enviado por Mendoza para aplacar la rebelión y tiempo después, el mismo Virrey arribaría para finalmente sublevar a los alzados. Aunque trágicamente, en la batalla del Mixtón, perdería la vida el sagaz pero sanguinario Pedro De Alvarado, el cual había acompañado a Cortés en la conquista y abatimiento de los Aztecas en 1521.  

 

Las Minas de Zacatecas

 

Unas de las tácticas empleadas por el gobierno Español, para poder poblar los vastos territorios conquistados, era la implementación y fundación de misiones religiosas, las cuales eran acompañadas por guarniciones militares. La conversión de los naturales a la religión cristiana fue ardua y difícil y aunque se empleaban tácticas humanitarias de tolerancia y respeto, por parte de los misioneros, también seguían ocurriendo abusos y maltratos en contra de los naturales. La gran mayoría de estas misiones eran establecidas a lo largo del Océano Pacifico, pero no así en el centro del país. 

 

Muchos de los sobrevivientes de la Guerra del Mixtón seguían rechazando la autoridad del Virrey y continuaban acechando a los Españoles, a los habitantes de estas áreas y a los militares de las guarniciones, con tácticas guerrilleras. Ya por el año de 1546, un indígena del área de lo que hoy es el estado de Zacatecas, mostraba una piedra con alto contenido de plata al conquistador Español Juan de Tolosa, el cual maravillado por el gran descubrimiento, instigaría a otros interesados españoles a comenzar el gremio de la minería en esta área. Poco tiempo después, Tolosa, en conjunción con Diego de Ibarra, Cristóbal de Oñate, Baltazar Termiño de Bañuelos y Andrés de Villanueva, fundarían la ciudad de Zacatecas. Los yacimientos de plata encontrados fueron de tal alto contenido, que Zacatecas se convertiría en la segunda ciudad más importante del Virreinato, después de la Ciudad de México. 

 

El desarrollo de la minería y las grandes riquezas que otorgaría al Reino de España, transformaría estas áreas por completo. Otras actividades gozarían de un auge importante ya que la minería requería de servicios adicionales para funcionar. El sector agropecuario, la agricultura, el transporte, el comercio y servicios adicionales, comenzaron a surgir en las áreas mineras, así como en regiones circunvecinas. Nuevos pobladores y comunidades comenzaron a desarrollarse en las regiones cercanas o adyacentes a las áreas mineras.

 

La transportación de los minerales suscitaría la creación de la ruta minera, la cual comenzaba en las áreas mineras, atravesando el centro del país—hasta la Ciudad de México— y de ahí hasta el puerto de Veracruz, para después zarpar en dirección a la Península Ibérica. Esto conllevaría a crear la industria del transporte y animales de carga, así como otra series de servicios necesarios para los viajeros y transportistas de los minerales preciosos y demás mercancías de valor. Esta demanda generaría el desarrollo de puntos estratégicos de suministro, lo que sobrellevaría poco después al crecimiento de pequeñas comunidades, aldeas, pueblos y ciudades. 

 

Los primeros asentamientos españoles, en la región norte del estado de Jalisco, comenzarían a generarse come resultado del descubrimiento de las minas de minerales preciosos de Zacatecas. Esta poderosa influencia generaría el comienzo del gremio de la cría de ganado como mulas, bueyes, burros, etc. y variados cultivos para el consumo alimenticio de estos animales y de sus pobladores. La primer incursión española a la actual región de los Altos de Jalisco ocurrió tras el desplazo del capitán Pedro Almíndez de Chirinos desde la región michoacana hacia la región norte del actual estado de Jalisco. Chirinos sería acompañado de cincuenta españoles a caballo, y treinta de a pie, quinientos indígenas mexicanos y tlaxcaltecas, desde el rio de Cuitzeo, en la parte norte del actual estado de Michoacán, hasta Zapotlán del Rey, valle de Acatic y a Zapotlán De Juan de Saldívar (Zapotlanejo), Tecpatitlán hacia Cerro Gordo—donde había mucha gente guamara de la nación zacateca en ranchos— hasta los Chichimequillas (actual Lagos) donde había mucha población de indígenas nómadas huamares que sustentaban su estancia con la caza de conejos, liebres y venados, andaban desnudos con el arco en la mano y dormían donde los cogía la noche, de acuerdo al relato de Andrés Fábregas en su libro titulado, “La Formación Histórica de una Región: Los Altos de Jalisco” (Fabregas Puig).

 

Por su parte, Cristóbal de Oñate, el cual había partido a regiones del sur del estado, de acuerdo a la publicación por nombre, Fragmentos de una historia de la Nueva Galicia, escrita hacia 1650 por el padre fray Antonio Tello de la orden de San Francisco; en el capítulo VIII titulado De la conquista de la Nueva Galicia, de la otra banda del Rio Gran de Guadalajara, “pasó para Teocaltiche, y al camino le salieron a recibir los de Yahualica y Mexticacán, que eran cabeceras, y admitidos por amigos, llegó el ejército a Teocaltiche, que era pueble de más de cinco mil indios y fue bien recibido, y habiendo tomado posesión, partido para Nochistlán, que tenía más de seis mil indios, los cuales puestos en campaña trabaron sangrienta batalla con los nuestros pero por fin, como gente bisoña, fueron derrotados y vencidos, quedando muchísimos muertos y otros heridos, con que pudieron los españoles entrar en Nochistlán y tomar posesión” (Tello, 1650).

 

 

Mercedes de Tierra

 

El gobierno novohispano generaría el sistema feudalista de las Mercedes de Tierra, donde otorgaría tierras a Españoles dispuestos a mudarse a estas regiones. Estas acciones forjaría el flujo de emigrantes a muchas de las regiones adyacentes a las áreas mineras. Tal es es caso de Santa María de los Lagos, Teocaltiche, San Juan de los Lagos, etc. los cuales fueron los primeros afincamientos del área en los Altos de Jalisco, con subsecuentes caseríos, rancherías y poblados que se desarrollarían tiempo después. De acuerdo a Andrés Fábregas Puig, se ha considerado que la pacificación de los Altos se logró en gran medida a las acciones de estos rancheros, los cuales eran una combinación de españoles y criollos. El gobierno hizo entrega de las primeras Mercedes entre las regiones del rio Verde y Juchipila, primera zona que presentó el desarrollo de la agricultura y economía española en la región.”

 

En relación a la ruta de la Plata, Andrés Fábregas Puig menciona que, “la vía expedita hacia el norte la abrieron a través de dos corredores: Zacatecas y San Luis Potosí, atravesando Los Altos y las llanuras de Aguascalientes. En medio de estos espacios trazaron los españoles el camino que conectaba los centros mineros con la ciudad más importante: Guadalajara. En el norte de Los Altos se fundó Santa María De Los Lagos, en la encrucijada de dos caminos de vital importancia: Zacatecas-México y Zacatecas-Guadalajara, que conectaban con Durango y Chihuahua, y con la ruta comercial del Bajío y Michoacán que cruzaba Los Altos. Esta situación permitió que los Laguenses mediaran directamente la fundación de muchos pueblos y actividades; por esta razón, Lagos pasa a ser una fundación histórica definitiva, no solo para la región Alteña, sino para la conquista y colonización del Norte. Los llanos donde se fundó los pisó por primera vez el capitán Pedro Almíndez Chirinos, a principios de 1530” (Fabregas Puig).

 

Siguiendo con el relato de Fábregas Puig, los primeros pobladores de nuestras regiones se originaron de regiones del centro y del norte de España, primordialmente de la región de Castilla, Extremadura y Andalucía; las regiones vascas de España. Estas eran unas regiones marcadamente ganaderas, de una economía un poco cerrada al resto del país ibérico, con un escaso desarrollo industrial y comercial. Estos emigrantes transportaron sus costumbres laborales y formas de vida hacia nuestra región. Aquella masa humana que emigró a nuestra región era calificada de pobre en la sociedad española de esa región. Trajo un acervo cultural y económico un poco moderado , incapaz de fomentar un modelo de comercialización o industrialización avanzado. Ellos venían de un sistema semi-feudal y al llegar a esta región asumieron un papel de señores de vidas y haciendas. En general, las faenas eran organizadas alrededor de los núcleos familiares; dedicando sus esfuerzos al cultivo de pequeñas áreas y así fue como se gestó la propiedad privada, característica de esta región, o sea, los ranchos. 

 

Las primeras tierra otorgadas en nuestra región ocurrieron en 1548, o sea, solamente 27 años después de la Conquista de los Aztecas. La primer merced de tierra fue otorgada al señor Pedro De Plascencia. Estas tierras son las comúnmente denominadas como El Amole y esta merced es la más antigua otorgada en esta región. 

 

En la región de Los Altos de Jalisco, en el área cercana a San José de los Reynoso, existe esta casa que nos muestra un claro legado histórico de los primeros pobladores novohispanos de esta región, pero que lamentablemente está en peligro de desaparecer. Sin embargo, aun estando abandonada, permanecen muchas evidencias de los habitantes de esta casa y de sus probables orígenes. En los umbrales de la casa existen estos emblemas que nos cuentan un poco de los primeros pobladores de esta región y de su posible origen, antes de acentuarse en estas áreas. Como se enfatizó anteriormente, los primeros pobladores de esta área se ubicaron en el área conocida como, “El Amole,” unas decenas de años después de la conquista de los aztecas, ocurrida ésta en 1521. Estos primeros españoles eran originarios del norte de España, principalmente de las regiones de Pamplona, Navarra, Bilbao, Santander, etc. y los cuales eran de clase campesina, laboral, aunque muchos de ellos contaban con historiales criminales.

 

Y como evidencia de eso, las partidas de buques/barcos de España era controlados—con registro de partida y sus tripulantes legalmente permitidos— y no controlados. Una gran mayoría de estas embarcaciones partía sin permiso de las autoridades y tripuladas por aventureros o personas de origen cuestionable, los cuales intentaban buscar futuro en el Nuevo Mundo. Era obvio que un gran número de las embarcaciones que partían al nuevo mundo no podían estar bajo el conteo y vigilancia de las autoridades del reino, y por ende el origen aún no conocido de muchos de los primeros habitantes de varias regiones de la Nueva España.

 

Para enfatizar esta información, de acuerdo a José María González-Coters Guerra en sus “Pasajeros a Indias de Liébana y sus valles circundantes 1503-1790 según la documentación del Archivo General de Indias,” la partida de embarcaciones de los puertos, “en determinadas épocas, la emigración ilegal llegó al 50%, a los cuales se reconocían como polizones o llovidos.”

. . . “En algunos casos, los criados, si eran numerosos, quedaban englobados dentro de un número, en otros con el nombre propio solamente, sin apellidos, ni naturaleza. Otras veces, un alto funcionario o dignatario eclesiástico, llegaba a la Casa de Contratación, con una real provisión que ordenaba le fuese dada licencia de paso, habiéndole sido concedida la excepción de dar información de sus criados y esclavos.” José María González-Cotera Guerra. Pasajeros a Indias de Liébana y sus Valles Circundantes según la documentación del Archivo General de Indias.

 

De cualquier manera, los primeros habitantes traían consigo costumbres y legados de muchos otros pueblos antiguos, los cuales habían conquistado estas regiones de la península ibérica anteriormente. Estos incluyen a los moros (árabes del norte de África), que vivieron principalmente en el sur de España por unos ocho siglos (711-1492); y los romanos, los cuales conquistaron estas tierras desde el periodo histórico comprendido entre el desembarco romano en Ampurias (218 a. C.) y la conclusión de la conquista Romana de la península ibérica, al finalizar las guerras cántabras por César Augusto (19 a. C.) 

 

Esta construcción refleja ciertas influencias Romanas, como los arcos y las rosas estampadas en los umbrales de las puertas. La rosa de seis puntas (afolia, ruedecilla céltica o flor galana)—la cual sigue estando en un excelente estado— es una figura geométrica trazada a compás. 

Según Dorling Kindersley, en su libro titulado, “Signos y Símbolos,” esta rosa “es un símbolo muy repetido en la historia del arte europeo ya desde la edad de bronce, pudiéndose encontrar en España con mucha frecuencia por toda la zona norte y en muchas iglesias románicas del Alto Aragón.” (Signos y símbolos. Ed. Dorling Kindersley. Gran Bretaña, 2008.)

 

De acuerdo a René Guénon, “ . . . para muchas otras personas, y en la aceptación popular, este tipo de representaciones tienen un fin protector, similar al lauburu o religada, motivo por el que suelen aparecer en las fachadas de las casas con el objeto de ahuyentar los malos espíritus, habiéndose heredado esta creencia de los antiguos pueblos prerromanos, en concreto de los celtas, pudiéndose encontrar en los dinteles de las puertas, ventanas y balcones, muebles, aperos de labranza, y objetos cotidianos.” (Símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada. Paidos Ibérica. Barcelona, 1995).

 

En referencia a esta casa, da la impresión que la fortaleza de las paredes y la altura de ellas, fueron construidas así por los habitantes para posiblemente resguardarse de posibles ataques de los naturales, o de fieras salvajes habitantes de esta región. Es obvio también que las habitaciones eran grandes, lo cual posiblemente era como resultado del tamaño grande de la familia, o de los animales domesticados con los cuales contaban.

 

Nos queda solamente el seguir indagando acerca de los posibles primeros pobladores y de intentar conservar estos silenciosos lugares, los cuales intentan contarnos un sinnúmero de historias relacionadas con nuestro pasado. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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