Desde que era adolescente Tania tuvo curiosidad acerca del parto, particularmente del que se lleva a cabo en casa. Por ello durante varios años los libros y las historias la acompañaron para conocer un poco más de ese proceso.
Posteriormente con su compañero indagaron un poco más acerca de la violencia obstétrica y otros temas pues a ambos les apasiona la niñez y la crianza.
Fue poco tiempo después de hablar acerca de que tenían seguridad para embarazarse que concibieron a su hija Selva. Ambos estaban muy emocionados, sin embargo el compañero de Tania no estaba muy seguro del parto en casa; así que siguieron al mismo tiempo la ruta de la partería y la ruta institucional durante el embarazo.
Ya al final del embarazo fueron transitando los miedos que tenían con respecto a parir fuera de una institución y organizaron todo para su parto en casa; pero evitaron decirle a sus familiares pues no querían contagiarse de los miedos y las preocupaciones que podrían tener los demás.
A pesar de que la labor de parto fue larga, y en ocasiones Tania dudó de su poder para dilatar, ella transformó sus miedos en afirmaciones poderosas que la permitieron recibir a su hija en la comodidad de su hogar acompañada de su compañero y sus dos parteras.
Libros:
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