Primero Dios, con Gerardo Farías
Primero Dios, con Gerardo Farías
Isaías 29 - Este pueblo de labios me honra, pero su corazón está lejos de mí
En este capítulo encontramos una profecía contra Jerusalén. Se la llama Ariel - ciudad de Dios; pero es una ironía, porque aunque se consideraban la ciudad de Dios, en realidad ellos ya no lo temían. Se habían apartado de Dios. Su religión se había vuelto una religión de costumbres y rutinas. Celebraban las fiestas, hacían todos sus ritos, pero Dios ya no estaba en sus corazones. No lo amaban; mucho menos lo respetaban. Por lo tanto Dios se volvería su enemigo. Dios mismo pelearía contra ellos; pero en medio de su castigo, tendría misericordia de ellos. Destruiría a sus enemigos; una vez más les mostraría su poder y su misericordia, para hacer volver sus corazones hacía sí mismo. Pero la enfermedad de Jerusalén era muy profunda. ¿Qué tiene que hacer Dios para que lo ames y lo honres? ¿Entienes que tú eres el barro y Él es el alfafero? Si Dios es el Creador, para Él no hay nada imposible. Podemos pedirle un nuevo corazón. Podemos pedirle que haga arden en nosotros nuevamente la fe, la reverencia, y el amor. No dejes que tu corazón se rebele en su contra. No te alejes de Dios. Que el Señor te bendiga.