Primero Dios, con Gerardo Farías

Jeremías 32 - El profeta compra un terreno

Gerardo

Dios le pide a Jeremías que haga algo insólito: comprar un terreno en Anatot, su pueblo natal. ¿Qué tiene de extraño que Jeremías compre un terreno? El texto nos dice que Jerusalén estaba rodeada por los babilonios. La destrucción era inminente. Al mismo tiempo, Jeremías estaba preso porque había profetizado que la ciudad sería destruida, y que el Rey Sedequías sería llevado delante del Rey de Babilonia. Claramente al rey Sedequías no le gustó este mensaje, y por eso lo mandó a encarcelar. Jeremías hizo todo lo que Dios le mandó, pero luego protestó. ¿Por qué me haces comprar un terreno, cuando todo va a ser destruido? La respuesta de Dios es asombrosa. Y era algo que Jeremías sabía: Para Dios no hay nada imposible. Así como Dios los mandaría al destierro, así Dios tenía poder para hacerlos regresar. La compra del terreno era para que todos pudieran creer que Dios los iba a traer de regreso, y volverían a comprar y a edificar sus casas. Pero lo más importante es que Dios les promete que tendrán un solo corazón. ¿A qué se refiere con UN SOLO CORAZÓN? Hasta entonces Israel tenía su corazón dividido. A veces servían al Señor, pero la mayoría de las veces servían a sus ídolos. Dios les daría un solo corazón para que únicamente lo alaben a Él. Pidamos ese corazón. Nosotros también lo necesitamos. Que el Señor te bendiga.