Primero Dios, con Gerardo Farías
Primero Dios, con Gerardo Farías
Jeremías 36 - El rey quema la Palabra de Dios
Se acercaba el invierno. Hacía frío en Jerusalén. Y el rey estaba en una habitación del palacio, acondicionada para los días fríos. Tenía un brasero para calentarse. Lo sorprendente del relato, es que todos en el Templo se asustaron mucho con las profecías de Jeremías, las cuales Baruc había leído públicamente, durante un día especial de ayuno. Pero cuando el rey y sus funcionarios escucharon las mismas palabras, ellos no demostraron ningún temor, ni señal de reverencia por las profecías. El rey llegó al punto de cortar el rollo, y echarlo en las brasas para quemarlo. Terminó quemando todo el rollo, aún cuando los sacerdotes le pidieron que no lo hiciera. Es increíble que el rey Joacim, hijo del rey Josías, el que llevo a cabo las mayores reformas religiosas de Israel, fuera tan diferente a su padre. No tenían el más mínimo temor de Dios. Por lo tanto, Dios predijo que moriría en el desierto, y su cuerpo no sería enterrado. También su familia, y sus funcionarios morirían por manos de los babilonios. Este capítulo nos enseña que no se puede destruir la Palabra de Dios. La Palabra de Dios se debe atesorar en el corazón, y se debe obedecer. Que el Señor nos ayude a siempre temer al Señor y a respetar su Palabra. Que el Señor te bendiga.