Píldoras de Comunicación

La importancia de construir una cultura de marca interna fuerte y comprometida

September 06, 2023 Noelia Perlacia Season 1 Episode 56
Píldoras de Comunicación
La importancia de construir una cultura de marca interna fuerte y comprometida
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Sabemos la gran importancia que tiene la marca, para cualquier negocio, a nivel externo. Sin embargo, a nivel interno, los beneficios son también enormes y, aunque la comunicación interna ha crecido exponencialmente en los últimos años, no siempre se les presta la debida atención. Te lo contamos en este episodio de Píldoras de Comunicación.

Si sigues habitualmente este podcast y has escuchado la mayoría de sus episodios o si te dedicas a la comunicación corporativa, seguro que tienes claro por qué es importante crear una marca fuerte y hacer todo lo posible por visibilizarla y posicionarla. 

Sin embargo, casi siempre se piensa en la proyección externa de la marca y, aunque la comunicación interna cada vez está más arraigada en muchas compañías, conviene recordar por qué debemos hacer que la marca esté profundamente consolidada en el interior de las empresas. 

Una cultura interna de marca que sea fuerte, puede marcar la diferencia en el éxito de una empresa y esto no es hablar por hablar: es una realidad palpable en muchas compañías hoy en día. 

Lo primer es entender qué es una cultura de marca. 

La cultura de marca interna es el conjunto de valores, creencias y comportamientos que comparten los empleados de una organización y que deben están alineados con la marca de la empresa. La cultura interna define la manera en la que los empleados perciben y se relacionan con la marca. Cuando una cultura de marca interna está bien integrada, los empleados se convierten en embajadores de la marca, lo que a su vez se traduce en una mayor coherencia en la comunicación y una mejor experiencia para los clientes, además de una mayor productividad. 

Una cultura de marca interna fuerte y comprometida conlleva varios beneficios para las empresas:

Por un lado, coherencia en la Comunicación: Cuando todos los empleados comprenden y viven los valores de la marca, es más probable que comuniquen de manera consistente esos valores. De nada sirve que la marca se esté proyectando de una determinada forma hacia el exterior y que, sin embargo, los empleados se manifiesten de manera contraria. Además, la cultura de marca facilita la comunicación interna, ya que es más fácil alinear a todos en la misma dirección y garantizar que todos trabajen hacia los mismos objetivos

En segundo lugar, convertir a los empleados en embajadores de la Marca: Los empleados que están comprometidos con la marca y su cultura, se convierten en embajadores naturales y están dispuestos a promover la marca en su vida personal y profesional, con el enorme potencial que esto tiene. 

En tercer lugar, mejora la retención y la atracción de talento, ya que una cultura de marca sólida puede mejorar la satisfacción de los empleados y, por tanto, la retención de talento. Los empleados que se sienten conectados con la marca y con su importancia, tienden a estar más comprometidos y satisfechos en sus roles.

En cuarto lugar, se incrementa la resistencia ante las crisis. En momentos de crisis o desafíos, una cultura de marca interna sólida puede actuar como un escudo para la empresa. Los empleados que están arraigados en los valores de la marca son más propensos a mantener su compromiso incluso en los tiempos más difíciles. 

En quinto lugar, mejora el rendimiento del Equipo, porque cuando los empleados se sienten parte de una cultura de marca inspiradora, es más probable que trabajen en equipo y se esfuercen por alcanzar los objetivos de la empresa. La cultura de marca puede producir un aumento sostenible de la rentabilidad., porque los empleados comprometidos y alineados con la marca tienden a ser más productivos y eficientes, lo que, a su vez, puede mejorar la rentabilidad de la empresa a largo plazo.

En sexto lugar, mejora la experiencia del cliente. Una marca sólida y arraigada garantiza que todos los empleados, independientemente de su función o de su nivel en la organización, entiendan y proyecten los valores de la marca, en todas las interacciones con los clientes. Esto hace que la experiencia del cliente sea mucho más positiva y que aumente su confianza y su lealtad. La cultura de marca fomenta relaciones sólidas con los clientes, a largo plazo.

En séptimo lugar, proporciona diferenciación en el mercado. La mayoría de los mercados están saturados, con productos y servicios cada vez más similares. En ese contexto, la cultura de marca interna puede convertirse en un diferenciador clave, ya que los empleados comprometidos y alineados con los valores de la marca pueden transmitir una autenticidad que distingue de la competencia.

En octavo lugar, incrementa la innovación. La innovación es esencial para el crecimiento continuo de una empresa y cuando los empleados están comprometidos con la cultura de la marca, se sienten más motivados para aportar nuevas ideas y soluciones creativas que se alinean con la visión de la empresa. Esto fomenta la innovación desde dentro y puede llevar a la creación de productos y servicios más innovadores.

Para construir una cultura de marca interna sólida y comprometida. Aquí hay algunos pasos que hay que dar, necesariamente. 

En primer lugar, es evidente, que la marca tiene que estar bien definida, ya que, si no es así, es imposible poder inculcar sus valores. Que esté bien definida, como ya sabemos a estas alturas, no es simplemente tener un logotipo, unos colores y una tipografía, sino que tiene que estar muy clara su identidad, digamos filosófica, es decir, el ya conocido propósito, su misión, su visión y sus valores, además de su personalidad, que está formada por su identidad visual, su identidad verbal y la experiencia que transmite. 

En segundo lugar, otro aspecto básico es que la comunicación interna sea clara y consistente en el tiempo. Los valores tienen que ser comunicados de forma reiterada a todos los niveles de la organización e incorporarlos a la actividad diaria, a la toma de decisiones y a toda la operativa de las empresas. 

En tercer lugar, hay que tener claro que el proceso de creación de una cultura interna de marca no es algo unidireccional que debe ir desde los altos cargos hacia abajo. Hay que involucrar a los empleados, de manera que su voz y sus opiniones e iniciativas formen parte de forma activa en la creación de esa cultura. 

En cuarto lugar, la formación y el desarrollo profesional de los empleados debe ser constante, incluyendo los valores de la marca en ese proceso a través de talleres, seminarios, capacitaciones online, etc. 

Sabemos que las palmaditas en la espalda no son suficientes pero es indudable que un sistema de recompensas y reconocimientos, entre otras cosas, a aquellos empleados que mejor encarnen los valores de la marca refuerza esos comportamiento y puede motivar al resto del equipo. Esto enlaza con la importancia de compartir historias de éxito que muestren cómo los empleados contribuyen positivamente a la marca de manera que sean una fuente de inspiración. 

Por último, como en todo lo que tenga que ver con comunicación, es necesario realizar un seguimiento y hacer los ajustes necesarios para que la cultura de marca se avance y se consolide. Esta evaluación puede hacerse mediante encuestas, entrevistas y diversas dinámicas con los empleados. 

Terminamos este nuevo episodio de Píldoras de Comunicación, esperando que te haya resultado interesante. Te espero en el próximo.