FANNY: (Retoma su tono de voz.) Últimamente, nos han visitado el señor Carvajal y su esposa Crescencia, personajes muy curiosos. Siempre están de acuerdo entre ellos, casi tanto como Polonio lo estaba con Hamlet. 

CORA: ¿Quiénes son esos?

FANNY: (Molesta.) Cora, déjame continuar. La señora Crescencia, que solo tiene diecinueve años, me cautivó desde el primer momento. Ella tenía catorce cuando el cólera llegó a Veracruz. El ejército de Santa Anna trajo la enfermedad a la ciudad. Murió por esta epidemia el cinco por ciento de la población, incluyendo la familia de Crescencia. Aunque quedó huérfana, al menos heredó la hacienda y la fortuna familiar. Era una joven de quince años cuando se casó con Santiago. Él también me cautivó, pero por otros motivos. Es un tipo de personaje que abunda en México, de baja calaña y con mucha astucia para ascender a lo más alto de la sociedad. Casualmente, estoy esperando a Crescencia, vendrá a visitarme, con lo que quedaré obligada a “pagarle” la visita: ¡es un círculo vicioso! (FANNY hace un ruido de sorpresa, al recordar la visita.) ¡Cora, asísteme para arreglarme! (Retoma la escritura.) He notado lo poco que se arreglan en la mañana ciertas damas que la reciben a una en camisa… Nuestros ojos europeos se sorprenden ante las impropiedades al vestir.

CORA: Los míos se sorprenden al ver que nunca se despeina, señora.

FANNY: Ay, Cora, no debes ser irreverente. Una debe de arreglarse dependiendo de la hora, el lugar y la importancia de la visita. Debo mostrar respeto por la señora Carvajal. Pásame el espejo, quiero verme mientras me arreglas el cabello.

CORA: (Canta desenfadada un jarabe.

Qué haces palomita  
ahí en la pulquería 
esperando al amor mío 
hasta el martes, vida mía 
Palomita, palomo, palomo…

Al volar una paloma
se lastimó de una alita.
Si tú tienes tu palomo.
Yo tengo mi palomita
Palomita, palomo, palomo… 

FANNY: ¿Qué cantas? ¿A qué viene esa letra? ¿Juegas conmigo porque crees que no entiendo?

CORA: (Payasa.) ¡Nooo, Señora Fanny! (Tararea y canta.) 
Y a una paloma al volar 
se le cayeron las plumas.  
¡Qué tontas son las muchachas!  
No todas, pero hay algunas.
Palomita, palomo, palomo…

FANNY: (Con tono de dolor.) ¡Ay! Cora, ¡fíjate! ¡Cora, compórtate! 

CORA: Sí, señora. (Sigue cantando.) 
Palomita, qué andas haciendo  
parada en esa pared  
esperando a mi palomo 
que me traiga de comer.
Palomita, palomo, palomo…

FANNY: (Con intolerancia.) ¡Déjame! ¡tardas mucho y me jalas el cabello! Vete a cantar. 

CORA: Sí, señora Fanny. (Canta fuerte.) 
Palomita de los cuarteles 
anda y dile a los tambores  
que al tocar la retreta 
toquen la de mis amores.
Palomita, palomo, palomo…

FANNY: (Con impaciencia.) ¡No cantes, deja de hacerte la desentendida! ¡Pareces francesa, Cora!