El gol del lateral derecho Javier Zanetti hizo eco en toda la Argentina. Le había dado el empate a su selección en el Mundial Francia ’98 ante los ingleses y posteriormente la clasificación a cuartos de final. Pero nadie valoraría tanto la anotación como el detective polaco Narek Kopaczen aquel 30 de junio a más de dos mil kilómetros del estadio Geoffroy-Guichard, St. Étienne, pues, de algún modo, representaba un milagro que lo salvó de una muerte segura.
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El gol del lateral derecho Javier Zanetti hizo eco en toda la Argentina. Le había dado el empate a su selección en el Mundial Francia ’98 ante los ingleses y posteriormente la clasificación a cuartos de final. Pero nadie valoraría tanto la anotación como el detective polaco Narek Kopaczen aquel 30 de junio a más de dos mil kilómetros del estadio Geoffroy-Guichard, St. Étienne, pues, de algún modo, representaba un milagro que lo salvó de una muerte segura.
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