Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
En estos Podcasts reflexionamos sobre las palabras preciosas de Nuestra Madre, la Reina de la Paz. Palabras hermosas que vienen del Cielo como un regalo para nosotros.
Reflexiones de los Mensajes de la Virgen Maria en Medjugorje
Espero Y Busco A Todos Los Corazones Adormecidos Que Se Despierten Del Sueño De La Incredulidad.
En esta reflexión, nuestra Madre nos recuerda que su presencia es un don y una esperanza para este tiempo. Agradece por quienes han respondido, pero sigue esperando a cada corazón dormido. Su deseo es conducirnos a la eternidad, despertarnos del letargo del alma y llevarnos al amor vivo de Dios.
Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor. Envía tu espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra. Hoy vamos á reflexionar en un mensaje hermoso de nuestra madre, el de junio del donde nuestra madre, la reina de la paz, nos dice con tanto amor. Queridos hijos, agradezcan conmigo el altísimo por mi presencia entre ustedes. Mi corazón se regocija mirando el amor y la alegría en la vivencia de mis mensajes. Muchos de ustedes han respondido, pero espero y busco á todos los corazones adormecidos que se despierten del sueño de la incredulidad. Acérquese aun más hijitos, á mi corazón inmaculado para que pueda conducirlos á todos hacia la eternidad. Gracias por haber respondido á mi llamado. Este mensaje es esperanza pura, un abrazo materno lleno de alegría y también de deseo. La se alegra con los que han respondido, pero sigue esperando á los que no lo han hecho aún nos habla de los corazones adormecidos. Esos corazones que viven dormidos en la incredulidad, en la tibieza, en el desánimo ó la indiferencia espiritual y ella los busca, los espera, los llama porque para ella, cada uno de nosotros. Importa. Nuestra madre nos dice espero que despierten. Del sueño de la incredulidad. Y qué significa la incredulidad? Cuando la virgen habla del sueño de la incredulidad, no se refiere sólo á no creer en Dios abiertamente como lo haría un ateo declarado. Es más sutil, más profundo. Habla de una forma de vivir como si Dios no existiera, aunque se le nombre o se ore de vez en cuando. La incredulidad es vivir sin confianza en Dios. Aunque se diga que se cree desconfiar de su amor, de su poder, de su cercanía, dudar que la oración tenga efecto, creer que todo depende de uno mismo y no dejar espacio para que Dios actúe. Ignorar los mensajes del cielo ó tomarlos como si fueran para otros, no para uno. El alma que está dormida en la incredulidad va á misa, tal vez, pero no espera nada. Reza quizá, pero sin el corazón. Escucha, pero no responde. No deja que Dios transforme su vida. Y por eso la virgen los llama corazones adormecidos porque la incredulidad adormece, apaga la llama, nos vuelve fríos y escépticos. Por qué nos lo dice nuestra madre? Porque ella ve el alma y sabe que muchos no se han cerrado del todo á Dios, pero tampoco se han abierto completamente. Están ahí como dormidos y su llamado no es de reproche, sino de ternura activa de esperanza materna. Nuestra madre nos dice espero y busco. Ella espera con amor, busca con dulzura á cada corazón que ha olvidado lo esencial. En resumen, la incredulidad no es sólo negar á Dios es vivir sin él. Es dudar de su amor, de su cercanía, de su poder. Y la virgen viene á despertarlos.