Vuestro Corazón Y Vuestra Alma Tienen Sed De Paz Y De Amor, De Dios Y De Su Alegría.

En esta reflexión, nuestra Madre nos invita a abrirnos a la oración para saciar la sed de paz y amor que habita en nuestro corazón y en nuestra alma. Nos recuerda que la verdadera alegría viene de Dios, y que al acercarnos a Él descubrimos la sabiduría de vivir y la serenidad que tanto anhelamos

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Ven espíritu santo, llena los corazones de tus fieles y encienden ellos el fuego de tu amor envi, tu espíritu y todo será criado y se renovará la faz de la tierra. Hoy vamos á reflexionar. Un mensaje hermoso de nuestra madre. Un mensaje que nos dió el de junio del mensaje tambien de aniversario. Nuestra madre nos dice, queridos hijos, el altísimo me da la gracia de poder estar aun con ustedes y de guiarlos en la oración hacia el camino de la paz, vuestro corazón y vuestra alma tienen sed de paz y de amor de Dios y de su alegría por esos hijitos. Oren, oren, oren, y en la oración descubrirán la sabiduría del vivir. Yo los bendigo á todos. É intercedo por cada uno de ustedes ante mi hijo Jesús. Gracias por haber respondido hame llamado y es que en este mensaje de aniversario, nuestra madre empieza recordándonos un milagro silencioso que sigue ocurriendo cada día. El altísimo me da la gracia de poder estar aun con ustedes. A pesar del paso de los años. Ella sigue aquí, no por costumbre ni por repetición, sino porque el cielo insiste en rescatarnos en guiarnos. Y qué belleza que no nos guíe hacia el éxito hacia el poder ó hacia las respuestas humanas, sino hacia el camino de la paz, que es el mayor tesoro del alma. Porque la virgen ve lo que á veces nosotros ni siquiera sabemos nombrar. Y nos lo dice que nuestro corazón y nuestra alma tienen sed, pero no de cualquier cosa. Tienen sed de paz y de amor. Sed de Dios y de su alegría. La alegría de Dios no es una alegría pasajera ni superficial. Es la alegría misma de su amor. Es la alegría de sabernos amados por él, tal como somos de sabernos perdonados y acogidos siempre, sin importar cuántas veces tropecemos es la alegría de vivir en su presencia en paz y en esperanza seguros de que estamos en camino hacia él. Esta es la alegría que no depende de las circunstancias externas, sino que brota del corazón al sentirse en las manos de un padre que nos ama, que nos espera y que quiere para nosotros la felicidad eterna. Por eso la virgen nos invita á orar, á abrirnos al señor cada día para que podamos beber de esa fuente de amor y llevarla á los demás.