
Academia Cristo Podcast
Jesús dijo: Ustedes escudriñan las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen la vida eterna; ¡y son ellas las que dan testimonio de mí!
Nuestra misión
Nuestro propósito es llevar el evangelio a los hogares en América Latina, haciendo discípulos por medio de la instrucción bíblica para que ellos puedan llevar las buenas nuevas de Jesucristo a otros. Queremos que todos conozcan a Jesucristo como su único Salvador.
Nuestras creencias
Nuestras creencias básicamente se resumen en tres principios.
- Creemos que SOLAMENTE LA BIBLIA se debe usar para definir nuestra doctrina. Las tradiciones, nuestras experiencias y aun la razón humana están sujetadas a la Palabra de Dios.
“Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anuncia otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, quede bajo maldición.” (Gálatas 1:8)
- Creemos que somos salvos SOLAMENTE POR MEDIO DE LA FE en nuestro Señor Jesucristo, no por ninguna de nuestras obras.
“Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. Ésta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios; ni es resultado de las obras, para que nadie se vanaglorie.” (Efesios 2:8,9) - Y creemos que somos salvos SOLAMENTE POR LA GRACIA, que es el amor inmerecido de Dios.
“El amor consiste en esto, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.” (1 Juan 4:10)
Si quiere ver una declaración de fe más amplia, favor de ver el documento titulado "En Esto Creemos".
Academia Cristo Podcast
CUANDO SER IMPÍO PARECE NO TENER CONSECUENCIAS
Miércoles 14 de agosto 2024
CUANDO SER IMPÍO PARECE NO TENER CONSECUENCIAS
En verdad, ¡cuán bueno es Dios con Israel, con los puros de corazón! Yo estuve a punto de caer, y poco me faltó para que resbalara. Sentí envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de esos malvados. Salmo 73 1 al 3
Hay ocasiones en que la Biblia parece ya no tener aplicación para nuestros tiempos actuales. Asaf, en determinado momento pensó así de la palabra de Dios pues veía que a la gente mala le iba bien. ¿Es así?
La Palabra de Dios es clara respecto a que la maldad y los obreros de maldad serán castigados. El mal no es sin consecuencias (Génesis 18:25). Sin embargo, no falta aquel individuo que siendo muy impío parece no sufrir ninguna consecuencia por sus actos de maldad. Es posible que algunos impíos muestren mucha salud y que, inclusive, lleguen al final de sus días llenos de riquezas y bienestar. Esto es algo que Asaf, el escritor del Salmo 73, notó en su tiempo: Inclusive, confiesa, que sintió envidia y llegó a pensar que tal vez ser malo no tiene malas consecuencias. La Biblia es clara: el castigo por el pecado y la maldad es el fuego del infierno, la segunda muerte. Por esto, Asaf, corrige su equivocada manera de pensar y confiesa: «¡En un instante serán destruidos, totalmente consumidos por el terror!» (Salmo 73 19). Asaf reconoce que poner la mirada en nuestras circunstancias externas puede confundirnos. Escrito está: «Vivimos por fe, no por vista.» (2da de Corintios 5 7). Puesto que la palabra de Dios es la verdad, todo pensamiento contrario a lo que ella enseña es mentira (Salmo 100 5; 119 160; 62 9, 116 11).
Las mentiras del diablo y de nuestra propia carne pueden debilitar nuestra fe. Por esto es importante cerrar los oídos a las enseñanzas erradas. Una doctrina falsa puede debilitar la fe inclusive al punto de llegar a perderse. (Mateo 13 19 al 22). Lastimosamente por causa de nuestro viejo Adán, tenemos la tendencia a no creer en la Palabra de Dios, y estamos inclinados a creer las mentiras del diablo. Por esto merecemos toda la ira de Dios. Cristo, como nuestro sustituto, creyó la palabra de Dios y sufrió en la cruz el castigo que merecemos. En gratitud, vamos a querer sujetar todos nuestros pensamientos a la autoridad de la Biblia, de modo que todo lo que creamos y practiquemos sea sujeto y acorde con sus enseñanzas.
Oración:
Señor, gracias te doy porque me has iluminado con la luz de tu evangelio. Te suplico que siempre brille tu luz en mí: glorioso evangelio de amor. No hay mayor bien, ni riqueza más grande que tu misericordia. Gracias a ti puedo reposar de querer salvarme por mis propios méritos y quiero compartir este gozo con los demás. Guárdame de caer en la tentación de imaginar que a los impíos les va bien porque abundan en riquezas materiales. Amén.