
Academia Cristo Podcast
Jesús dijo: Ustedes escudriñan las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen la vida eterna; ¡y son ellas las que dan testimonio de mí!
Nuestra misión
Nuestro propósito es llevar el evangelio a los hogares en América Latina, haciendo discípulos por medio de la instrucción bíblica para que ellos puedan llevar las buenas nuevas de Jesucristo a otros. Queremos que todos conozcan a Jesucristo como su único Salvador.
Nuestras creencias
Nuestras creencias básicamente se resumen en tres principios.
- Creemos que SOLAMENTE LA BIBLIA se debe usar para definir nuestra doctrina. Las tradiciones, nuestras experiencias y aun la razón humana están sujetadas a la Palabra de Dios.
“Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anuncia otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, quede bajo maldición.” (Gálatas 1:8)
- Creemos que somos salvos SOLAMENTE POR MEDIO DE LA FE en nuestro Señor Jesucristo, no por ninguna de nuestras obras.
“Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. Ésta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios; ni es resultado de las obras, para que nadie se vanaglorie.” (Efesios 2:8,9) - Y creemos que somos salvos SOLAMENTE POR LA GRACIA, que es el amor inmerecido de Dios.
“El amor consiste en esto, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.” (1 Juan 4:10)
Si quiere ver una declaración de fe más amplia, favor de ver el documento titulado "En Esto Creemos".
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PERSEVERAR EN LA DOCTRINA DE LOS APÓSTOLES
Jueves 3 de octubre 2024
(Lectura de la Biblia en tres años: 2 Crónicas 8:1–9:12, Hechos 4:7–14)
PERSEVERAR EN LA DOCTRINA DE LOS APÓSTOLES
Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración. —Hechos 2:42
La iglesia del libro de los Hechos perseveraba en la comunión unidos en una misma doctrina (1 Corintios 1:10; Romanos 16:17) y expresaban esa unidad en el partimiento del pan (1 Corintios 10:16–17) y en la oración. El mismo pensar y sentir que los unía era la doctrina de los apóstoles o Doctrina Cristiana ¿Cuál era el contenido de esa doctrina?
Por lo menos cinco asuntos principales formaron parte de la doctrina de los apóstoles: Primero: La ley moral que Dios escribió en el corazón de cada ser humano y que Israel recibió resumida en los diez mandamientos (Romanos 2:14,15; Deuteronomio 5:22). En el sermón del monte Jesucristo aclaró la verdadera aplicación de esa ley moral. Segundo: el conocimiento de la Trinidad, puesto que eran bautizados en el nombre del Padre (Hechos 17:24-30), del Hijo (Hechos 13:26-30), y del Espíritu Santo (Hechos 19:1-3). Tercero: el bautismo y la cena del Señor instituidos por Cristo para otorgar el perdón de los pecados (Hechos 2:38; Mateo 26:26-29). Cuarto: el uso de las llaves de reino de los cielos (Mateo 18:15-22; 2 Tesalonicenses 3:6). Quinto: La oración, Cristo mismo enseñó a sus discípulos cómo orar cuando ellos se lo pidieron, pues nosotros «no sabemos orar como es debido» (Romanos 8:26 DHH; Lucas 11:1)
El contenido de la doctrina de los apóstoles es la sana doctrina. Conocer estas verdades y ser afirmados en ellas es de vital importancia para el crecimiento cristiano. Satanás quiere que los cristianos no crezcan en la fe y por eso busca distraerlos y malgastar su tiempo con enseñanzas venenosas, pero bastante atractivas. Pablo amonestó a los creyentes contra el peligro de ira tras tales enseñanzas: «Evita las necias controversias y genealogías, las discusiones y peleas sobre la ley, porque carecen de provecho y de sentido. Al que cause divisiones, amonéstalo dos veces, y después evítalo. Puedes estar seguro de que tal individuo se condena a sí mismo por ser un perverso pecador» (Tito 3:9-11).
Oración:
Aunque merecemos tu justa ira y tu castigo, te pedimos, ¡oh, Padre de misericordia!, que perdones nuestro pecado y nuestras muchas rebeliones. Defiéndenos de todo mal y peligro, en nuestro cuerpo y en nuestra alma. Líbranos de doctrinas falsas y perniciosas, y de guerra y derramamiento de sangre, de las tempestades y las sequías, de los incendios, de las epidemias, de la angustia del corazón y del desesperar de tu misericordia. En todo tiempo sé Tú nuestra ayuda eficaz. Amén.