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Golpeado por el dolor

Academia Cristo

12 de abril

Golpeado por el dolor

Pastor Jon Enter

 

El picnic de una joven familia se vio repentinamente interrumpido por la lluvia. Cuando se dirigieron a toda prisa al coche, el padre les mostró un espectáculo muy tierno. Una cría de pájaro, demasiado joven para volar bajo la lluvia, temblaba y temblaba de miedo por el fuerte aguacero, mientras mamá pájaro mantenía su ala protectora sobre su cría.

            ¿Por qué seguía temblando de miedo el pajarillo? Los vientos seguían aullando. El agua le salpicaba en la cara. Las gotas de lluvia salpicaban la esquina ligeramente descubierta de sus alas. Sólo sentía una pequeña parte del verdadero peligro que le rodeaba, pero el pajarillo estaba aterrorizado.

            ¡Las fuerzas espirituales del mal te rodean! Este mundo es sólo el mal todo el tiempo. La preocupación aúlla. La enfermedad y la muerte salpican tu vida. Te acosan el dolor y los problemas. Sin embargo, ¡estos son sólo una pequeña fracción de lo que amenaza con destruirte! ¿Por qué? El Salmo 91:4 trae la verdad y el consuelo diario: «El Señor te cubrirá con sus plumas, y vivirás seguro debajo de sus alas».

            Cuántas veces los cristianos caminan felizmente inconscientes del peligro que les rodea. Nos quejamos contra Dios: «¿Dónde estabas? ¿Dónde estaba tu protección?» cuando sólo una gota de dolor nos golpea, mientras un monzón de miseria hace estragos a nuestro alrededor. Tú y yo estamos cubiertos y cuidados por el Todopoderoso. Si tienes miedo en este momento, no te concentres en el sonido de la tormenta; acurrúcate en el abrazo de Aquel que calma la tormenta. Y la paz te seguirá en tu verdadero Refugio.

 

Oración:

 

Omnipotente y misericordioso Dios, aunque merezco tu justa ira y tu castigo, te pido, ¡oh Padre de misericordia!, que perdones mi pecado y mis muchas rebeliones. Defiéndeme de todo mal y peligro, en mi cuerpo y en mi alma. Líbrame de doctrinas falsas y perniciosas, y de guerra y derramamiento de sangre, de las tempestades y las sequías, de los incendios, de las epidemias, de la angustia del corazón y del desesperar de tu misericordia. En todo tiempo sé Tú mi ayuda eficaz, por Jesucristo tu Hijo. Amén.