
Academia Cristo Podcast
Jesús dijo: Ustedes escudriñan las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen la vida eterna; ¡y son ellas las que dan testimonio de mí!
Nuestra misión
Nuestro propósito es llevar el evangelio a los hogares en América Latina, haciendo discípulos por medio de la instrucción bíblica para que ellos puedan llevar las buenas nuevas de Jesucristo a otros. Queremos que todos conozcan a Jesucristo como su único Salvador.
Nuestras creencias
Nuestras creencias básicamente se resumen en tres principios.
- Creemos que SOLAMENTE LA BIBLIA se debe usar para definir nuestra doctrina. Las tradiciones, nuestras experiencias y aun la razón humana están sujetadas a la Palabra de Dios.
“Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anuncia otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, quede bajo maldición.” (Gálatas 1:8)
- Creemos que somos salvos SOLAMENTE POR MEDIO DE LA FE en nuestro Señor Jesucristo, no por ninguna de nuestras obras.
“Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. Ésta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios; ni es resultado de las obras, para que nadie se vanaglorie.” (Efesios 2:8,9) - Y creemos que somos salvos SOLAMENTE POR LA GRACIA, que es el amor inmerecido de Dios.
“El amor consiste en esto, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.” (1 Juan 4:10)
Si quiere ver una declaración de fe más amplia, favor de ver el documento titulado "En Esto Creemos".
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Cuando la vida es sombría
20 de abril
Cuando la vida es sombría
Andrea Delwiche
A veces todo queda al descubierto ante nosotros. Vemos claramente la realidad de nuestra situación y nuestra necesidad. Podemos evaluar cómo nuestras propias acciones han conducido al dolor que caracteriza nuestras vidas.
Este parece ser el estado de ánimo de David en el Salmo 38. Está haciendo un examen de realidad con el Señor: «Tus flechas se han clavado en mí; […]no hay paz en mis huesos […] Por causa de mi locura, mis heridas supuran y apestan»(versículos 2,3,5). Se describe a sí mismo como débil, aplastado y angustiado.
También es humilde: «Señor, tú conoces todos mis deseos; mis anhelos no te son ocultos»(versículo 9). La situación de David es sombría. Sus propias acciones han traído dolorosas consecuencias. Siente que el Señor le está dejando sentarse en el pozo que sus propias acciones han cavado.
David está aislado y sin amigos. Sin embargo, en su miseria y honestidad, encuentra el camino a seguir. Confía en que Dios le perdona y seguirá proporcionándole el camino hacia la integridad, la novedad y la vida.
Es difícil someternos a examen, ser brutalmente honestos y vulnerables. Sin embargo, como nos dice David, el Señor camina amorosamente por este proceso con nosotros, aunque a veces tengamos que soportar los resultados de nuestras decisiones. Está esperando para recorrer el camino con nosotros y llevarnos a la renovación.
«Señor, ¡no me abandones! Dios mío, ¡no te alejes de mí! Señor, mi salvador, ¡ven pronto en mi ayuda!»(versículos 21,22).
Oración:
Misericordioso Señor, todavía no soy perfecto y tropiezo en el pecado y caigo en la tentación, especialmente cuando más confiado estoy en que puedo vencer por mi propio poder. Confieso que aun lo bueno que hago, es malo delante de ti porque no soy perfecto. Pero por los méritos de Cristo no solo he sido perdonado sino que me atribuyes las buenas obras de tu Hijo gratuitamente. Padre, te suplico, no me dejes caer en tentación y líbrame del maligno, y concédeme que viva enteramente consagrado a ti en toda piedad y santidad, por Jesucristo tu Hijo. Amén.