Academia Cristo Podcast

Lo quiero todo

Academia Cristo

21 de abril

Lo quiero todo

Pastor Matt Ewart

 

«Quien ama el dinero, jamás tiene suficiente. Quien ama las riquezas, nunca recibe bastante»(Eclesiastés 5:10).

El versículo citado anteriormente hace referencia directa a la riqueza, pero el principio que subyace en él se aplica a mucho más que al dinero. La mejor manera de resaltar el principio es pedirte que hagas un pequeño trabajo.

Piensa en algo que te guste y luego rellena los espacios en blanco con esa cosa:

Quien ama ________ jamás tiene suficiente. Quien ama _________ nunca recibe bastante.

Hay muchas cosas que puedo poner en esos espacios en blanco. Puedo amar muchas cosas en esta vida. Pero no importa lo que ponga en esos espacios en blanco, la afirmación siempre es cierta. Ninguna cantidad de nada me satisfará. Siempre querré más. El principio es simplemente este: Quieres todo lo que amas. Nuestra versión del amor significa que intentamos tomar más y más.

Pero la versión del amor de Dios es diferente. Su amor no le obligó a tomar. Dios amaba tanto al mundo que lo dio. No estuvo satisfecho hasta que lo dio todo: a su Hijo unigénito, cuyo sacrificio le redimiría a todo el mundo.

Cuando te encuentres persiguiendo algo que amas, párate a pensar en lo que significa que Dios te ame. Es el amor de Dios el que te dejará satisfecho.

 

Oración:

 

Grande eres, Señor y digno de gran alabanza. Confieso que he pecado amando otras cosas más que a ti y que ese afecto me hizo codiciar más y más el objeto de mi afecto sin poder hallar plena satisfacción. En mi corazón hay un vacío tan grande que solo tú puedes llenarlo. Nos creaste para ti, Señor, y nuestro corazón permanece inquieto hasta que descansa en ti. Es solo por los méritos de Cristo que he sido perdonado. Fue mi sustituto, tanto al obedecer perfectamente tu voluntad en lugar de mí, como al sufrir en la cruz el castigo que merezco por no haber amado a Dios sobre todas las cosas. En gratitud, te suplico Señor me concedas que yo te ame, te tema y confíe en ti sobre todas las cosas. Gracias, Señor, por todas tus bendiciones en Cristo, nuestra paz. Amén.