Academia Cristo Podcast

Sin filtro

Academia Cristo

22 de abril

Sin filtro

Linda Buxa

 

«Ahora vemos con opacidad, como a través de un espejo, pero en aquel día veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero en aquel día conoceré tal y como soy conocido»(1 Corintios 13:12). 

Gracias a la tecnología y a su capacidad para colorear, iluminar, realzar y eliminar defectos de nuestras fotos, la gente siente la necesidad de publicar #nofilter cuando comparte fotos bonitas que no han sido retocadas. Quieren que todo el mundo se dé cuenta de que son auténticas.

Actualmente todo nuestro mundo tiene un filtro, uno que hace que cada cosa buena no parezca mejor, sino peor. Cada acontecimiento alegre tiene algo de triste porque un ser querido no está allí para compartir la alegría. El éxito que tanto nos ha costado alcanzar no es tan satisfactorio como esperábamos. Los errores que hemos cometido (intencionadamente o no) nos hacen sentir culpables incluso cuando fingimos que estamos bien.

Incluso nuestra fe se ve afectada por la realidad de este mundo contaminado y filtrado. Sabemos que Dios olvida y perdona nuestros pecados, pero otras personas siguen sacándolos a relucir. Sabemos que en el cielo ya no habrá dolor, ni pena, ni tristeza, pero no podemos imaginarnos cómo será la verdadera alegría en la presencia eterna de Dios. Podemos leer lo que dice su Palabra, pero no siempre tiene sentido para nosotros.

Por eso, cada día, los cristianos esperan encontrarse con Jesús cara a cara. Será entonces cuando el filtro no será simplemente eliminado, sino completamente destruido. Habrá verdaderamente #nofiltro.

 

Oración:

 

Glorioso Señor, aun en tu presencia no nos mostramos como somos pues como hijos de Adán queremos esconder nuestra vergüenza con frágiles cubiertas. Pero tú lo ves todo y nada te está oculto. Aun el mundo en el que estamos está escondido detrás de una apariencia que, según tu palabra, está desapareciendo. Anhelo el día en que veamos todo tal cual es, sin filtros ni apariencias. Deseo conocerte plenamente como tú me conoces a mí. En tanto espero ese día, te suplico que abras mi entendimiento para conocerte a través de tu palabra. Concédeme el saber cómo eres, cuáles son tus propósitos y cómo los realizarás. Pero sobre todo revélame tu amor y lo que hiciste por mí, por Jesucristo tu Hijo. Amén.