Academia Cristo Podcast

Abrazar la tranquilidad

Academia Cristo

16 de junio

Abrazar la tranquilidad

Andrea Delwiche

 

Tómate un momento para leer despacio estos versículos: «Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?»(Salmo 42:1,2 RV95).

            ¿Ves al ciervo? ¿Te ves a ti mismo? ¿Puedes imaginarte a tu Señor con los brazos abiertos, pidiéndote que te sientes con él y respires su paz para que te refresque su perspectiva?

            Vivimos en un mundo ruidoso. El ruido puede convertirse en una especie de manta de seguridad que nos protege, distrae y entretiene, de día y de noche. El silencio se vuelve incómodo. Pero inmersos en el sonido, no oiremos lo que el ruido ahoga: la llamada a entrar en la quietud para ser refrescados por Dios. 

            En otra sección de la Escritura, escuchamos la tremenda invitación de Dios: «Todos ustedes, los que tienen sed: Vengan a las aguas; y ustedes, los que no tienen dinero, vengan y compren, y coman. Vengan y compren vino y leche, sin que tengan que pagar con dinero. ¿Por qué gastan su dinero en lo que no alimenta, y su sueldo en lo que no les sacia? Escúchenme bien, y coman lo que es bueno; deléitense con la mejor comida. Inclinen su oído, y vengan a mí; escuchen y vivirán»(Isaías 55:1-3).

            

 

Oración:

 

Padre, gracias por la invitación al descanso. Por tu Espíritu, ayúdanos a ver dónde hay que sustituir el ruido por el silencio. Danos la gracia de cambiar nuestras costumbres. Amén.