
Academia Cristo Podcast
Jesús dijo: Ustedes escudriñan las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen la vida eterna; ¡y son ellas las que dan testimonio de mí!
Nuestra misión
Nuestro propósito es llevar el evangelio a los hogares en América Latina, haciendo discípulos por medio de la instrucción bíblica para que ellos puedan llevar las buenas nuevas de Jesucristo a otros. Queremos que todos conozcan a Jesucristo como su único Salvador.
Nuestras creencias
Nuestras creencias básicamente se resumen en tres principios.
- Creemos que SOLAMENTE LA BIBLIA se debe usar para definir nuestra doctrina. Las tradiciones, nuestras experiencias y aun la razón humana están sujetadas a la Palabra de Dios.
“Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anuncia otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, quede bajo maldición.” (Gálatas 1:8)
- Creemos que somos salvos SOLAMENTE POR MEDIO DE LA FE en nuestro Señor Jesucristo, no por ninguna de nuestras obras.
“Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. Ésta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios; ni es resultado de las obras, para que nadie se vanaglorie.” (Efesios 2:8,9) - Y creemos que somos salvos SOLAMENTE POR LA GRACIA, que es el amor inmerecido de Dios.
“El amor consiste en esto, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.” (1 Juan 4:10)
Si quiere ver una declaración de fe más amplia, favor de ver el documento titulado "En Esto Creemos".
Academia Cristo Podcast
Verme
6 de septiembre
Verme
Sarah Habben
Cuando mi hija era pequeña, la pillé sentada en la encimera de la cocina metiéndose Peeps de malvavisco en la boca.
Apretó los ojos y gritó: «¡No me veas!».
Dios tiene un apodo en el Antiguo Testamento: El Roí, el Dios que ve. Eso debería preocuparnos cuando hacemos o decimos cosas que preferiríamos ocultar. Dios ve. No importa lo bien que nos chupemos la maldad de los dedos, Dios ve. No importa cómo justifiquemos nuestros antojos pecaminosos, Dios ve. Por mucho que cerremos los ojos, Dios los tiene abiertos.
La mujer que se dirigía a Dios como El Roíno trataba de ocultarse. Agar estaba desesperada por ser vista. Era la sirvienta de Saraí y Abram. Ninguno de ellos la llama por su nombre en el relato bíblico. Desesperada por tener un hijo, la estéril Saraí ofreció Agar a su marido como vientre de alquiler. Agar se burló de Saraí por su embarazo. Saraí respondió con malos tratos. Abram hizo la vista gorda y Agar huyó.
Dios la encontró en el desierto, sin un plan, sola, asustada, sin amor. Y la llamó por su nombre. Le dio una promesa y una forma de corregir sus errores. Agar se maravilló: «Tú eres el Dios que ve»(Génesis 16:13).
Cuando Dios ve nuestro mal, no retrocede. Se acerca con su Palabra y sus promesas. Nos llama por nuestro nombre. Conoce cada pelo de nuestra cabeza; ciertamente conoce nuestras luchas. Y nos muestra la salida en la cruz. Allí, Jesús sin pecado se convirtió en nuestro sustituto pecador, para que pudiéramos convertirnos en sus herederos santos.
Oración:
Omnisciente Dios, que todo lo sabes y nada está oculto a tu mirada, concédeme ser sincero conmigo mismo de tal modo que pueda reconocer cuándo estoy engañado por el pecado imaginando que soy muy bueno, cuando en realidad soy tan pecador como cualquiera. Perdona mi maldad y mis pecados y haz de mí un instrumento de tu paz, por Jesucristo tu Hijo. Amén.