Academia Cristo Podcast

No olvidar nunca

Academia Cristo

11 de septiembre

No olvidar nunca

Linda Buxa

 

Después de que los aviones se estrellaran contra los edificios el 11 de septiembre de 2001, la gente juró que nunca olvidaría. Lo mismo ocurrió con Pearl Harbor, el Holocausto y la explosión del Challenger. Hoy, ante cualquier suceso trágico, la gente utiliza el hashtag #nuncaolvida en las redes sociales.

Cada vez que veo eso, una parte de mí piensa que lo decimos porque sabemos que podríamos olvidarlo. En realidad, absolutamente lo olvidaremos. Porque eso es lo que hace la gente.

Un rey llamado David que vivió hace unos 3.000 años también lo sabía. En lugar de recordarse a sí mismo no olvidar los trágicos acontecimientos de esta vida, se recordó a sí mismo #nuncaolvideslascosasbuenas. 

«¡Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguna de sus bendiciones! El Señor perdona todas tus maldades, y sana todas tus dolencias. El Señor te rescata de la muerte, y te colma de favores y de su misericordia. El Señor te sacia con los mejores alimentos para que renueves tus fuerzas, como el águila»(Salmos 103:2-5).

Olvidar las bendiciones que Dios da es nuestra tendencia humana, especialmente en los tiempos duros y trágicos. Olvidamos que Dios es fiel y que su amor es eterno. Olvidamos que promete no abandonarnos nunca. Olvidamos que pone su amor y compasión en nosotros. Olvidamos que nos dijo que aunque en este mundo suceden cosas malas, Jesús ha vencido al mundo. Y olvidamos que este duro mundo es temporal y que nuestro hogar eterno llegará pronto.

Alabad al Señor. Recuerda sus beneficios. #nuncaolvida

 

Oración:

 

Bondadoso Dios, confieso que mi atención diaria fácilmente se centra en lo trágico y doloroso en desmedro de todo lo bueno con lo que nos bendices. Te suplico me abras los ojos para poder apreciar toda tu bondad de cada día, y sobre todo el que me salvaste de la condenación eterna que me la tengo bien merecida, para así vivir consagrado a ti, en gratitud a tu inmenso amor. Concédeme ser un buen administrador de todas las bendiciones que me das y ser un instrumento de tu paz, por Jesucristo tu Hijo. Amén.