
Academia Cristo Podcast
Jesús dijo: Ustedes escudriñan las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen la vida eterna; ¡y son ellas las que dan testimonio de mí!
Nuestra misión
Nuestro propósito es llevar el evangelio a los hogares en América Latina, haciendo discípulos por medio de la instrucción bíblica para que ellos puedan llevar las buenas nuevas de Jesucristo a otros. Queremos que todos conozcan a Jesucristo como su único Salvador.
Nuestras creencias
Nuestras creencias básicamente se resumen en tres principios.
- Creemos que SOLAMENTE LA BIBLIA se debe usar para definir nuestra doctrina. Las tradiciones, nuestras experiencias y aun la razón humana están sujetadas a la Palabra de Dios.
“Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anuncia otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, quede bajo maldición.” (Gálatas 1:8)
- Creemos que somos salvos SOLAMENTE POR MEDIO DE LA FE en nuestro Señor Jesucristo, no por ninguna de nuestras obras.
“Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. Ésta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios; ni es resultado de las obras, para que nadie se vanaglorie.” (Efesios 2:8,9) - Y creemos que somos salvos SOLAMENTE POR LA GRACIA, que es el amor inmerecido de Dios.
“El amor consiste en esto, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.” (1 Juan 4:10)
Si quiere ver una declaración de fe más amplia, favor de ver el documento titulado "En Esto Creemos".
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Cuando dejamos de practicar
19 de septiembre
Cuando dejamos de practicar
Jan Gompper
Hace años, una alumna que se había graduado en el instituto cristiano en el que enseñaba me contó que tenía problemas con su fe. «¿Nunca te preguntas si todo es un engaño?», me preguntó. «He ido a escuelas cristianas toda mi vida, pero hace tres meses que no voy a la iglesia y ya casi no oro. No me siento muy cerca de Dios».
Esta estudiante había sido una estrella del baloncesto en el instituto, así que le pregunté por qué era tan buena jugadora. Además de tener un talento natural, mencionó que practicaba mucho. De hecho, practicaba sus habilidades baloncestísticas casi todos los días para mantenerlas intactas.
«Tal vez te estás volviendo espiritualmente flácida», le propuse.
Probablemente todos hemos experimentado alguna vez sentimientos como los de mi alumna. Y lo primero que queremos hacer es dejar de practicar: faltar a la iglesia, guardar la Biblia en un cajón, dejar de orar. Pero al igual que no podemos mantenernos en buena forma física sin hacer ejercicio con regularidad, lo mismo ocurre con nuestra forma espiritual. Y todos sabemos que cuanto más tiempo nos alejamos del gimnasio de Dios, más difícil nos resulta volver.
Parte del éxito de mi alumna se debió a su entrenador, que conocía su potencial y la animaba sin descanso. «De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues no sabemos qué nos conviene pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles»(Romanos 8:26).
Oración:
Espíritu Santo, gracias por auxiliarme en los momentos de mayor debilidad. Te necesito y necesito tu intercesión constante a mi favor porque por mi propio poder no podré perseverar en la verdadera fe. Concédeme que sea fortalecido y afirmado en la fe y ser hallado aprobado en el juicio final, por los méritos de Jesucristo. Amén.