Academia Cristo Podcast
Jesús dijo: Ustedes escudriñan las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen la vida eterna; ¡y son ellas las que dan testimonio de mí!
Nuestra misión
Nuestro propósito es llevar el evangelio a los hogares en América Latina, haciendo discípulos por medio de la instrucción bíblica para que ellos puedan llevar las buenas nuevas de Jesucristo a otros. Queremos que todos conozcan a Jesucristo como su único Salvador.
Nuestras creencias
Nuestras creencias básicamente se resumen en tres principios.
- Creemos que SOLAMENTE LA BIBLIA se debe usar para definir nuestra doctrina. Las tradiciones, nuestras experiencias y aun la razón humana están sujetadas a la Palabra de Dios.
“Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anuncia otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, quede bajo maldición.” (Gálatas 1:8)
- Creemos que somos salvos SOLAMENTE POR MEDIO DE LA FE en nuestro Señor Jesucristo, no por ninguna de nuestras obras.
“Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. Ésta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios; ni es resultado de las obras, para que nadie se vanaglorie.” (Efesios 2:8,9) - Y creemos que somos salvos SOLAMENTE POR LA GRACIA, que es el amor inmerecido de Dios.
“El amor consiste en esto, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.” (1 Juan 4:10)
Si quiere ver una declaración de fe más amplia, favor de ver el documento titulado "En Esto Creemos".
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UN JUEZ QUE JUZGA CON JUSTICIA
14 de diciembre –
UN JUEZ QUE JUZGA CON JUSTICIA
Isaías 11:3,4 (RVC)
«No juzgará según las apariencias, ni decidirá por lo que oiga decir; sino que con justicia juzgará a los pobres y con equidad decidirá por los mansos de la tierra.»
La imparcialidad es esencial para que un juez cumpla bien su labor. Al decidir un caso, no puede dejarse influenciar por la riqueza, el poder o el estatus de una de las partes. Su decisión debe basarse únicamente en una evaluación honesta de las pruebas presentadas. Por eso la justicia suele representarse como una mujer con los ojos vendados, sosteniendo una balanza y una espada.
Es trágico cuando una persona inocente es condenada, o una culpable es absuelta en un tribunal.
Gracias a Dios, eso es imposible en el tribunal celestial. Jesús, nuestro juez, juzga todas las cosas con justicia. Como la figura de la Justicia, Jesús no se deja influenciar por las apariencias. «No juzgará según las apariencias». Tampoco se dejará llevar por testimonios subjetivos, que pueden ser ciertos o no. «Ni decidirá por lo que oiga decir». En cambio, emitirá sus juicios basándose únicamente en lo que es verdadero y justo. «Con justicia juzgará a los pobres, con equidad decidirá por los mansos de la tierra.»
¿Y qué verdad evaluará en su balanza? Primero, la verdad de lo que él logró para toda la humanidad. Reconocerá que, por su vida, muerte y resurrección, ganó el perdón de los pecados para todos. Luego, reconocerá que todos los que creen en él reclaman ese perdón como propio, y los absolverá públicamente. También reconocerá que quienes se niegan a creer han rechazado ese perdón, y los condenará como merecen sus pecados.
Quienes confían en Jesús para recibir perdón no tienen nada que temer ante su juicio. Jesús es un juez que juzga con justicia. Nada lo apartará de emitir el veredicto correcto. Y para todos los que confían en él, habrá un solo veredicto: No eres culpable. Estás absuelto.
Oración:
Señor Jesús, te alabo por tu justicia, que me declara inocente ante ti. Amén.