Academia Cristo Podcast
Jesús dijo: Ustedes escudriñan las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen la vida eterna; ¡y son ellas las que dan testimonio de mí!
Nuestra misión
Nuestro propósito es llevar el evangelio a los hogares en América Latina, haciendo discípulos por medio de la instrucción bíblica para que ellos puedan llevar las buenas nuevas de Jesucristo a otros. Queremos que todos conozcan a Jesucristo como su único Salvador.
Nuestras creencias
Nuestras creencias básicamente se resumen en tres principios.
- Creemos que SOLAMENTE LA BIBLIA se debe usar para definir nuestra doctrina. Las tradiciones, nuestras experiencias y aun la razón humana están sujetadas a la Palabra de Dios.
“Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anuncia otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, quede bajo maldición.” (Gálatas 1:8)
- Creemos que somos salvos SOLAMENTE POR MEDIO DE LA FE en nuestro Señor Jesucristo, no por ninguna de nuestras obras.
“Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. Ésta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios; ni es resultado de las obras, para que nadie se vanaglorie.” (Efesios 2:8,9) - Y creemos que somos salvos SOLAMENTE POR LA GRACIA, que es el amor inmerecido de Dios.
“El amor consiste en esto, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.” (1 Juan 4:10)
Si quiere ver una declaración de fe más amplia, favor de ver el documento titulado "En Esto Creemos".
Academia Cristo Podcast
Él cumple sus promesas
22 de diciembre –
Él cumple sus promesas
Mateo 1:22–23 (RVC)
«Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: “La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel”, que significa: “Dios con nosotros.”»
Los seres humanos hacemos promesas con buenas intenciones, pero con capacidades limitadas. Queremos estar presentes, cumplir, acompañar… pero muchas veces las circunstancias, el tiempo o nuestras propias debilidades nos impiden hacerlo. Aun con amor sincero, no podemos garantizar plenamente lo que decimos.
Dios no es así.
La promesa que él hizo por medio del profeta Isaías no dependía de situaciones externas, condiciones favorables ni posibilidades humanas. Esa promesa —que una virgen daría a luz a un hijo llamado Emanuel— procedía del Dios que es fiel, inmutable y todopoderoso. Cuando él habla, su palabra se cumple sin falta, porque su voluntad no está sujeta a límites.
Por eso Mateo declara con solemnidad que el nacimiento de Jesús es el cumplimiento perfecto de esa promesa. No es un símbolo ni una idea poética. Emanuel no significa “Dios pensando en nosotros” ni “Dios acompañándonos en espíritu.” Significa literalmente:
Dios con nosotros.
Dios mismo, el Señor eterno, tomando nuestra carne, entrando en nuestra historia y manifestando su presencia real entre su pueblo.
Y al final del evangelio, ese mismo Jesús resucitado afirma otra promesa:
«Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.»
No es una presencia condicionada, ni emocional, ni figurada. Es la presencia fiel del Salvador que viene a nosotros por medio de su Palabra y sus Sacramentos, asegurándonos que nuestros pecados han sido perdonados y que la comunión con Dios ha sido restaurada.
Jesús, Emanuel, vive a la altura de su nombre.
Él estuvo con nosotros en su encarnación, está con nosotros mediante los medios de gracia, y estará con nosotros visiblemente cuando regrese en gloria. Nada lo desvía de su promesa. Nada lo limita. Nada lo impide.
Su nombre es Emanuel:
El Dios verdadero que cumple lo que promete.
Oración:
Ven, Señor Jesús, y fortalece mi fe en tus palabras que nunca fallan. Permíteme descansar en tu presencia y en tus promesas eternas. Amén.