
Delitos de Sangre
Magaly les tráe las historias más conmovedoras de crímenes de la vida real. Aquí todos somos una familia, y juntos aprénderemos a protegernos y observar señales de peligro y a manternernos fuera de él. Estare hablando de historias que han ocurrido alredor del mundo, siempre guardando mucho respeto a las víctimas.
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Delitos de Sangre
LA GRANJA DEL HORROR /Robert Pickton
La historia de Robert Willie Pinkton nos sumerge en uno de los casos más escalofriantes de la historia criminal canadiense, revelando las sombras que pueden ocultarse tras la apariencia de normalidad rural. Desde una infancia marcada por la negligencia en una granja familiar disfuncional hasta convertirse en uno de los asesinos en serie más notorios de Norteamérica, el recorrido de Pinkton nos enfrenta a verdades incómodas sobre nuestra sociedad.
Este episodio explora los orígenes psicológicos que pudieron moldear a un depredador: creció entre estiércol y aislamiento, sufrió bullying constante, y experimentó traumas significativos como el sacrificio de su mascota por su propia madre. Estos elementos, junto con la falta absoluta de vínculos afectivos sanos, crearon el terreno fértil para una desconexión emocional profunda.
Lo verdaderamente perturbador de este caso no es solo la magnitud de los crímenes —confesó haber asesinado a 49 mujeres—, sino cómo el sistema falló sistemáticamente a las víctimas. Durante años, mujeres vulnerables desaparecieron del Downtown Eastside de Vancouver sin que las autoridades conectaran los puntos. Incluso cuando Wendy Lynn Eistetter logró escapar de la granja y denunció un intento de asesinato en 1997, los cargos fueron retirados por considerar que no era un testigo fiable debido a su condición de trabajadora sexual con adicciones.
La excavación forense de 2002 reveló horrores inimaginables: restos humanos mezclados con partes de cerdos, máquinas de procesamiento de carne contaminadas con ADN humano, y evidencia de que posiblemente distribuía carne humana o alimentaba a sus animales con los restos de sus víctimas. Fue la mayor operación forense en la historia de Canadá y expuso no solo los crímenes de un individuo, sino los prejuicios institucionales que permitieron que continuaran durante tanto tiempo.
Este caso nos obliga a reflexionar sobre qué vidas valoramos como sociedad y cómo los monstruos prosperan cuando el sistema falla a los más vulnerables. ¿Cuántas vidas se podrían haber salvado si las autoridades hubieran escuchado las advertencias tempranas? La historia de Pinkton es un recordatorio de que la verdadera justicia requiere vigilancia constante, empatía universal y un compromiso inquebrantable con proteger a todos por igual, independientemente de su origen o circunstancias.
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Cuando pensamos en asesinos en serie, solemos imaginarnos a monstruos sin rostros, seres distantes, casi de película. Pero ¿qué pasa cuando ese monstruo vivía en medio de una comunidad, criaba cerdos y nadie se imaginaba el horror que se escondía detrás de su granja? Robert Willie Pinkton, un hombre que durante años logró pasar desapercibido mientras cometía algunos de los crímenes más atroces de la historia canadiense, hoy vamos a desenterrar esa historia desde sus orígenes hasta el infierno que construyó en su propio patio trasero. Hola, mi gente, qué emoción poder estar aquí con ustedes hoy para traerles esta historia que tanto me ha impactado y he llevado tanto tiempo trabajando en ella. Pero creo que ustedes van a pensar lo mismo que yo. Si me van rascándome un poquito, ni le hagan caso, que es que todavía esta hiedra venenosa me tiene loca. Pero sin nada más que añadir, a menos que se quieran suscribir al canal, dejar un comentario o compartir. Comenzamos.
Speaker 1:Robert William Pinkton nació el 24 de octubre de 1949 en Port Coquitlam, una pequeña localidad rural en la Colombia Británica, en Canadá. Era el segundo de tres hermanos en una familia totalmente disfuncional, una familia que vivía y crió a sus hijos en una granja de cerdos que era más una pocilga que un hogar en todo el sentido de la palabra. Los animales se paseaban y se hacían sus necesidades dentro de la casa y nadie limpiaba Su infancia. No fue nada normal. Su madre, louise Pinkton, era una mujer de carácter fuerte, extremadamente severa y con costumbres que muchos en la comunidad veían como excéntricas, incluso grotescas. Se decía que Luis le daba más atención a sus cerdos que a sus propios hijos Y su padre, leonard Pinkton, era prácticamente un fantasma, un hombre ausente, callado, con muy poco vínculo emocional con sus hijos. En esa casa el afecto brillaba por su ausencia.
Speaker 1:Robert, o Willie como le decían, creció entre estiércol, gritos y el chillido constante de los cerdos. Apenas se bañaba y se iba para la escuela con la misma ropa sucia de la granja, lo que lo llevó a ser víctima constante de burlas y acoso por otros niños en la escuela, además de que le decían que tenía cara de rata, que parecía una rata. Y si pensamos en esto de cuando era niño, nos da pena porque era un niño. Pero no se me sientan tan mal, mi gente, porque este hombre, un verdadero animal, hizo demasiadas atrocidades. Sus compañeros lo veían como un niño raro, muy callado, con mal olor y con una expresión que parecía perdida. Y esto tampoco era porque eran pobres, porque la familia tenía muchísimo dinero, eran más bien descuidados. Willie se sentía invisible, marginado Y poco a poco fue aprendiendo a sobrevivir en soledad.
Speaker 1:A pesar de vivir en un entorno difícil, robert intentaba encajar. Amaba a los animales, especialmente a los cerdos, con los que se sentía más cómodo que con los humanos. Esto puede sonar tierno, pero también nos deja ver que desde pequeño prefirió vincularse con seres que no lo juzgaran, que no se burlaran y que no le exigieran palabras. Que era un niño que no desarrolló habilidades sociales y que encontró refugio en criaturas que con el tiempo serían parte de su oscuridad. Lo llevó a abandonar los estudios a una temprana edad. Nunca se destacó ni en lo académico ni en lo social. Para él el mundo estaba dividido entre lo que pasaba dentro de la granja y lo que ocurría afuera, y él claramente no pertenecía al mundo exterior.
Speaker 1:En 1963, la familia se mudó a una granja aún más grande, con capacidad para 700 cerdos, y, como ellos vivían en una casa móvil, lo que hicieron fue mover su casa a esta nueva granja sucia, y todo teniendo tanto dinero. Aquí. Su hermana Linda aprovechó para alejarse completamente de la familia y su hermano David siguió viviendo con ellos. Aunque David también era sucio y descuidado, tenía varias novias. Willie, en cambio, no tenía contacto con nadie, era completamente aislado.
Speaker 1:Linda, la hermana, quería tener una vida normal, alejarse del olor a excremento, del encierro, del desprecio que sentía su madre por cualquier muestra de cariño o ternura, aunque Linda sí fue tratada mejor que sus hermanos, ella sí se bañaba y su mamá le compraba sus trajecitos para ir a las fiestas de sus amiguitas. Pero para Willie el que ella se fuera de la casa fue devastador. Fue como una fractura emocional, porque Linda era lo más parecido a un ser humano afectivo que tenía cerca. Y cuando ella se fue de la casa él sintió que se quedó completamente solo, con una madre autoritaria y un padre ausente. Fue como perder el único reflejo de calidez que le quedaba.
Speaker 1:Luego vino un accidente que tuvo su hermano David. Una tarde David conducía por la carretera cuando atropelló a un niño de 14 años que iba en bicicleta. El nombre del niño era Timothy Barrett y, aunque el accidente fue oficialmente clasificado como involuntario, hay un detalle que quedó grabado para siempre en la mente de todos los que conocieron a la familia Pinkton David no llamó a emergencias, no se detuvo ni pidió ayuda. En cambio, fue su madre, louise, quien tomó el control, pero no para ayudar, sino para ocultar. En lugar de llamar a la policía, arrastró el cuerpo del niño, lo metió en una zanja y trató de encubrir todo como si hubiera sido una simple caída. Cuando los oficiales encontraron al joven, ya era demasiado tarde. Luis mintió, manipuló y protegió a su hijo como quien protege a un secreto sucio. El examen forense del niño demostró que el niño murió ahogado, no por el golpe del camión, y aún así nadie en la familia fue acusado. Y dígame, mi gente, ¿qué aprendes de eso cuando eres niño? Que puedes hacer daño y no pasa nada, que todo se puede esconder, que la verdad no importa si tienes a alguien que mienta por ti. Imagínate el mensaje que eso le dio a Robert, pero quizás el episodio más traumático de su niñez, aunque suene insignificante, fue con una vaquita.
Speaker 1:Con sus propios ahorros, weedy compró un becerro, el cual él adoraba. Esa era su mascota, lo alimentaba y pasaba el tiempo con él todos los días. Era su único refugio emocional. Pero un día llegó de la escuela y no lo encontró. Le pregunta a su mamá dónde estaba el becerro y su madre, sin inmutarse, le dijo que lo buscara en el matadero. Y ahí fue donde Willie encontró a su vaquita colgada sin vida. Luis la había mandado a matar sin decirle nada a su animalito. El trauma fue tan fuerte que Willie dejó de hablar.
Speaker 1:Por días Se escondía entre los cadáveres de los puercos sacrificados. Imagínense lo dañado emocionalmente que estaba Esa vaquita. Era su única conexión con el cariño y se la quitaron de la forma más cruel. Se la quitaron de la forma más cruel. Era apenas un niño, pero esa escena lo marcó profundamente. Quedó en shock emocional, entró en una especie de estado de tristeza profunda y retraimiento y desconexión total.
Speaker 1:Según personas cercanas a la familia y reportes de entrevistas posteriores, después de ese momento Robert se volvió aún más cerrado, más antisocial y más aislado emocionalmente. Ya no confiaba en nadie, no hablaba de sus sentimientos y muchos creen que ese fue un punto de quiebre clave en su desarrollo psicológico. Y por cierto, muchos expertos creen que fue uno de los detonantes clave para su desconexión emocional total, que lo llevó con los años a cometer atrocidades sin mostrar empatía, porque cuando un niño aprende que el cariño se mata, puede crecer creyendo que todo lo vivo es desechable. Se inscribió en un curso vocacional para aprender el oficio de carnicero cuando tenía alrededor de 17 años. El curso era parte de un programa técnico local en Colombia Británica destinado a jóvenes que querían insertarse en el mundo laboral sin pasar por la universidad, pero, al igual que con todo en su vida, lo abandonó antes de terminar. Y ahí lo tienes, un tipo que creció degollando cerdos, rodeado de sangre, intentando convertirse en carnicero. Y ni eso pudo, porque no sabía funcionar en el mundo real, no sabía hablar, no sabía relacionarse Y en vez de enseñarle, lo que le hicieron fue rechazarlo otra vez, otra vez. El niño raro, el que huele mal, el que no encaja.
Speaker 1:Aún así, robert comenzó a trabajar tiempo completo en la granja de su familia en Port Coquitlam. Era un ambiente duro, sucio y extremadamente aislado. El trabajo era físico, rutinario y no requería interacción con el mundo exterior no tener que hablar con nadie, no tener que demostrar nada, solo seguir las órdenes de su madre y esconderse entre cerdo fango y silencio. Para muchos, él era un joven que se adaptaba a lo suyo, pero lo cierto es que lo que estaba haciendo era hundirse más y más en la oscuridad de su mundo interno. Robert se volvió aún más dependiente emocionalmente de su madre, louise Pinkton. Ella controlaba todo el dinero, las decisiones de la granja, la dinámica familiar y él parecía no saber hacer nada sin ella. Muchos notaban que hablaba poco y lento, con una voz apagada, y que siempre necesitaba que su madre hablara por él Cuando sus padres fallecieron, primero el padre y luego la madre.
Speaker 1:En 1978, robert y su hermano David heredaron la granja de cerdos, pero Willie quedó completamente solo Y, aunque heredó parte del negocio, no podía acceder al dinero hasta cumplir los 40 años de edad, y eso era solo si seguía viviendo en la granja, o sea que tampoco tenía la oportunidad de irse de la granja. Mientras tanto, su hermano David sí tuvo la oportunidad de dedicarse a otros negocios, como a vender la tierra contaminada del rancho, y Willie siguió simplemente ahí, matando cerdos, viviendo entre suciedad, y poco a poco comenzó a frecuentar un área llamado Low Track, un lugar oscuro y olvidado donde encontró algo que nunca antes había sentido Poder. Y es aquí donde yo necesito hacer una pausa, porque no podemos hablar de Robert Pinton sin hablar de las víctimas. No podemos seguir contándolo como si solo fuera la historia de un monstruo, porque esto es también la historia de mujeres que fueron ignoradas, que pidieron ayuda, que tenían nombre, familia historia y que el sistema dejó morir.
Speaker 1:Familia historia y que el sistema dejó morir. Para muchos, esa granja era simplemente un terreno sucio y maloliente, pero con el paso del tiempo ese lugar se convertiría en el epicentro de uno de los crímenes más escalofriantes del país, y ahí empezó a formarse una rutina peligrosa. Por el día Willie era el granjero solitario que mataba puercos y vivía entre la mugre, Pero por las noches salía en su camioneta y se metía en las zonas más duras de Vancouver. Empezó a visitar bares, a hablar con mujeres que trabajaban en la calle, a pagarles por intimidad o simplemente por compañía, y como tenía dinero y parecía tranquilo, muchas mujeres confiaban en él. Algunas incluso lo consideraban amable dentro de lo que cabe, porque les ofrecía comida, techo o algo de sustancias a cambio de su tiempo. Pero lo que ellas no sabían era que algunas no regresarían.
Speaker 1:Willie comenzó a llevar mujeres a su propiedad. Algunas limpiaban la casa, otras cocinaban, otras simplemente estaban con él por la noche. Pero hubo un momento y nadie sabe exactamente cuándo, en que Willie cruzó esa línea, en que dejó de ser un cliente más y se convirtió en un depredador. Los hermanos Pinkton no solo criaban cerdos, sino que también empezaron a alquilar el terreno para fiestas, conciertos y todo tipo de eventos descontrolados. Crearon algo conocido como Piggy Palace Good Time Society, una organización sin fines de lucro que en la práctica se convirtió en un espacio donde se mezclaban sustancias, sexo, alcohol y puro caos, al que iban sexoservidoras. Motociclistas, vagabundo y todo tipo de personajes frecuentaban el lugar. La policía sabía que algo pasaba allí, pero no hacía mucho al respecto. Robert se convirtió en una figura peculiar, un hombre callado que hablaba lento, con la mirada perdida, casi siempre vestido con ropa vieja y manchada, que no mataba ni una mosca. Pero en ese entorno él tenía poder. No necesitaba carisma, solo necesitaba su granja, su espacio y su secreto.
Speaker 1:A finales de los 80 y durante toda la década de los 90, en Vancouver empezó a correr una angustiante realidad Las mujeres estaban desapareciendo y la mayoría de ellas eran trabajadoras de dicho oficio, muchas de ellas indígenas o de comunidades marginadas. Para muchos la policía no estaba haciendo lo suficiente y para otros la indiferencia del sistema solo confirmaba lo que parecía evidente A nadie le importaban estas mujeres. Robert Pinkton vivía solo unos minutos del Downtown Eastside, un barrio conocido por su alto índice de pobreza, por sustancias ilícitas y prostitución. Él conocía bien la zona y más de una vez fue visto recogiendo mujeres allí, llevándolas a su granja con la promesa de sustancia, dinero o simplemente pasar la noche en su casa. Nadie sospechaba de Willie, al menos no oficialmente, pero los rumores existían. Algunos vecinos decían que era raro que su casa tenía un olor horrible, peor que el de una granja común. Otros hablaban de gritos en la noche, de mujeres que entraban y no salían, de montones de tierras recién removidos. Pero, una vez más, ¿quién iba a investigar a fondo cuando las desaparecidas eran mujeres que ya el sistema había dejado atrás? Y las desapariciones continuaron, una tras otra.
Speaker 1:En marzo de 1997, Robert Pinkton llevó a una mujer a su granja de 1997, robert Pinkton llevó a una mujer a su granja. Su nombre era Wendy Lynn Eistetter, una trabajadora sexual con historial de adicción a quien conoció en el área de Downtown Eastside en Vancouver, y lo que sucedió esa noche en esa casa fue brutal. Wendy declaró que, mientras estaban en la granja, willie Pinkton intentó asesinarla, que la atacó con un cuchillo y durante el forcejeo ella logró quitarle el arma y se la clavó a él en el pecho, hiriéndolo gravemente. Ambos terminaron bañados de sangre, pero Wendy escapó de la granja completamente desnuda y sangrando, corriendo por la carretera hasta que fue auxiliada por una pareja mayor de edad que pasaba por el área en ese momento y le señala a ellos de dónde ella salió y le dice que si le pasaba algo, el hombre que vivía en esa casa lo había hecho y fue llevado al hospital. Y mientras tanto, willie también fue llevado al hospital por su propia cuenta, manejando él mismo con el cuchillo aún incrustado en el torso. Lo atendieron de urgencia y lo salvaron.
Speaker 1:¿tú sabes lo que es tener que apuñalar a tu agresor para salvar tu vida? Wendy no solo sobrevivió, ella luchó Y gracias a eso el monstruo terminó en un hospital. Era la oportunidad perfecta para atraparlo. Tenían a la víctima, al agresor, la escena, el cuchillo, el motivo, todo¿ Y lo arrestaron?
Speaker 1:Pues, claro que sí, y lo acusaron formalmente de intento de asesinato, agresión con arma y encarcelamiento forzado. Pero unos meses después la fiscalía retiró los cargos. ¿por qué? Porque dijeron que Wendy no estaba en condiciones mentales o físicas para testificar Y como testigo clave.
Speaker 1:Sin ella no podían seguir adelante con el caso. Así que lo soltaron y quedó libre como si nada. Y ahí es donde una se pregunta ¿qué más necesitaban un cadáver? Porque eso fue un intento de asesinato? Pero como la víctima era una trabajadora sexual con historial de sustancias, no la tomaron en serio. Te imaginas cuántas mujeres se habrían salvado si lo hubieran metido preso ahí mismo? Y mientras tanto la ciudad seguía perdiendo mujeres una tras otra.
Speaker 1:Robert Pinkton seguía en lo suyo y cada vez más seguro de que podía hacer lo que quisiera sin consecuencias. Hasta que en el 2002, después de más de una década de sospechas, todo estalló. En febrero de 2002, la policía obtuvo una orden para registrar la granja Pinkton por una supuesta posesión ilegal de armas, y lo que encontraron allí cambió para siempre la historia criminal de Canadá. Primero fue la inhalación, ese dor penetrante que salía de la tierra, de los calpones, de los congeladores industriales. Y luego llegaron las evidencias ropa ensangrentada, pertenencias de mujeres desaparecidas, restos humanos, pequeños fragmentos, huesos triturados, partes de cuerpos mezclados con restos de animales. Muchos estaban tan deteriorados que fue necesario usar pruebas de ADN para poder identificarlos. En uno de los congeladores encontraron cabezas humanas y cerca de los corrales hallaron cráneos con agujeros de bala. La escena parecía sacada de una película de horror, pero era real. La granja fue acordonada y con el tiempo se convirtió en el mayor sitio de excavación forense en la historia de Canadá. Se necesitaron años para recolectar y analizar todo lo que había allí.
Speaker 1:Durante la investigación forense de su granja, las autoridades encontraron pruebas perturbadoras de que Pinkton desechaba restos humanos de múltiples maneras. Se descubrió una máquina industrial para triturar carne y huesos y se cree que la usaba para mezclar restos humanos con partes de cerdo y luego distribuirlos como si fuera carne normal. La policía temía y así lo reportaron los medios que Pinton pudo haber distribuido carne contaminada a sus vecinos, amigos y hasta carnicerías locales sin que nadie lo notara. Incluso se emitió una alerta de salud pública recomendando a cualquier persona que hubiera recibido carne de la granja Pinton que no la consumieran. Ustedes se imaginan eso? Otra teoría que se sostiene con fuerza es que alimentaba a sus propios cerdos con los restos humanos. Es decir, los cuerpos de sus víctimas eran convertidos en alimento para los animales que luego eran sacrificados y vendidos.
Speaker 1:Te imaginas eso Comer sin saber que tal vez no era solo cerdo? ¿Y saben lo más enfermo de todo esto? Que esto pasó durante años y nadie lo paró. Nadie se preguntó dónde botaba la carne, los huesos, los órganos, cuando tenía una granja que ni siquiera estaba regulada correctamente? ¿A dónde iba esa carne que no llegaba al plato? ¿Quiénes la comieron sin saber lo que estaban tragando? La granja Pinkton no era inspeccionada regularmente porque estaba registrada como una propiedad agrícola, no como una planta de procesamiento de carne para consumo humano. Por eso no estaba sujeta a los mismos controles que un matadero comercial Pork. Equitlam era una comunidad pequeña y rural. Los vecinos ya veían a los Pinkton como excéntricos. El hecho de que hubiese mal olor basura o sangre no les parecía fuera de lo común para una granja de cerdos Y, como las mujeres desaparecidas eran trabajadoras de sexo servicio o con adicciones, las autoridades no tomaban en serio las denuncias. Nadie conectó las desapariciones con la granja, aunque hubo muchas advertencias.
Speaker 1:Robert Willie Pinkton fue arrestado el 22 de febrero de 2002. Al principio fue acusado de dos asesinatos, pero esa cifra fue aumentando rápidamente Pronto fueron seis, luego 20 y finalmente las autoridades lo acusaron formalmente de 27 asesinatos. Durante el juicio, que comenzó en 2007, la fiscalía presentó una evidencia escalofriante no solo los restos humanos, sino también grabaciones donde Pinkton hablaba con un agente encubierto que habían metido en su celda y donde confesaba haber asesinado a 49 mujeres y que lamentaba no haber llegado a las 50. Esa grabación se convirtió en una de las piezas claves del juicio. No lo dijo con culpa, lo dijo como quien habla de una meta incompleta, pero por razones estratégicas, solo fue juzgado por seis casos, los que tenían más evidencia directa.
Speaker 1:Se buscaba asegurar una condena sólida sin poner en riesgo el proceso legal por pruebas débiles en algunos de los otros casos, y Pinkton fue declarado culpable de seis cargos de asesinato en segundo grado y sentenciado a cadena perpetua sin la posibilidad de libertad condicional por al menos 25 años, la sentencia máxima en Canadá. Pero para muchos eso no fue suficiente, y para mí tampoco. De 56, nada más, no. Aunque Robert Pinkton fue condenado por seis asesinatos, las autoridades encontraron restos de al menos 33 mujeres en su granja Y él mismo, como ya dijimos, había confesado su objetivo, que era llegar a las 50, 50 vidas. 50 mujeres que desaparecieron sin dejar rastro. Y lo más doloroso es que muchas de ellas no fueron buscadas como merecían, porque eran mujeres pobres, mujeres con adicciones, mujeres indígenas. En la escala de prioridad del sistema, estaban abajo, bien abajo. El caso de Penton expuso una verdad cruda y dolorosa que en Canadá, un país que muchos ven como modelo de derechos humanos, hubo y sigue habiendo un abandono brutal hacia las mujeres indígenas y trabajadoras del oficio.
Speaker 1:Durante años organizaciones comunitarias denunciaban estas desapariciones, pero las autoridades simplemente no las tomaban en serio. Se les decía que seguro que se habían ido, que ellas vivían así, que ya aparecerían. Pero no aparecieron, y cuando lo hicieron ya era demasiado tarde. El impacto social fue tan fuerte que la policía de Vancouver recibió duras críticas por su negligencia. Se creó una investigación pública, conocida como la Missing Women Commission of Inquiry y se redactaron cientos de páginas con recomendaciones para que esto no volviera a pasar.
Speaker 1:Pero muchas familias de la víctima siguen sintiendo que la justicia no llegó del todo, y yo sé que para muchos esto suena como una historia lejana de otro país. Pero ¿cuántas veces no hemos visto lo mismo en nuestros propios países? ¿Cuántas veces se ignoran las desapariciones porque la víctima es mujer, pobre, adicta latina, morena o simplemente no encaja en la idea de víctima perfecta? Esa es la parte que más duele, porque el monstruo existió, sí, pero el silencio institucional también fue cómplice. Después de la condena, la granja de los Pinkton fue considerada un lugar maldito. Literalmente, los medios la batizaron como la granja del horror, y no era para menos.
Speaker 1:Durante años fue una escena activa de investigación forense. Excavaron hectáreas completas de tierra contaminada, se filtraron informes que decían que había ADN humano. En los equipos de procesamiento de carne Se encontraron restos óseos tan fragmentados que muchos jamás pudieron ser identificados. Tú sabes lo que es eso? que una familia todavía tenga la esperanza de encontrar a su hija y que lo único que se les puede dar es un fragmento de hueso calcinado O, peor, que ni siquiera haya suficiente para confirmar la identidad. Esa es una tortura que nunca termina, porque no hay un cierre, porque el duelo queda abierto, congelado. Y yo sé que todo esto suena exagerado, suena a película, pero es real, tan real que a mí me cuesta narrarlo, porque ya no estamos hablando solo de un asesinato, estamos hablando de profanación. Solo de un asesinato. Estamos hablando de profanación, de deshumanización total. Eso fue un matadero humano disfrazado de granja.
Speaker 1:Después de la investigación, el gobierno decidió demoler la propiedad. Muchos decían que no se podía permitir que ese lugar siguiera en pie, como si al derribarlo se pudiera borrar lo que pasó. Pero la verdad es que los recuerdos no se demuelen tan fácil. Hoy, frente a lo que alguna vez fue la granja Pinkton, no hay monumento, no hay placas, pero sí hay dolor. Hay familias que llevan fotos en el pecho, que todavía alzan la voz en cada marcha, mujeres indígenas que siguen desapareciendo sin que nadie escuche y activistas que no permiten que el nombre de Robert Willie Pinton tape los de ellas. Por eso, cuando me pedí contar esta historia, yo sabía que no iba a hablar de un solo asesino. Yo quería contar sobre esas mujeres que la historia intentó borrar, porque si solo hablamos de él, si solo repetimos los horrores, le quitamos el espacio que ellas merecen Y eso sería fallarles, otra vez vinculadas a Pinkton por evidencia forense o testigos no juzgados oficialmente en su primer juicio, son Jacqueline Murdoch, tanya Hullock, heather Bottomley, jennifer Firminger, patricia Johnson, helen Hallmark, heather Chinook, angela Jardine, entre muchas otras, pero hay decenas más que no se han podido identificar. Familias enteras viven con la duda, con miedo y con la desesperación de nunca saber lo que pasó.
Speaker 1:En 2010, los abogados de Willie Pennington presentaron una apelación ante la Corte Suprema de Canadá con el argumento de que el juez de juicio original había cometido errores legales graves que podrían haber afectado el veredicto. La apelación se centraba en una instrucción específica dada al jurado por el juez James William. Los abogados de Pinkton alegaban que el juez confundió al jurado sobre cómo considerar la culpabilidad en segundo grado, especialmente en relación con la idea de participación conjunta y causa de muerte. Básicamente, el equipo legal de Pinkton decía que el jurado pudo haberlo condenado sin estar completamente seguro de que él mismo fue quien terminó con la vida de las víctimas, sino que solo participó en el entorno donde los asesinatos ocurrieron, o sea después de encontrar restos humanos en su granja, de que él mismo confesara haber matado a 49 mujeres, de años de excavaciones. Ahora iban a venir con tecnicismo, como si el problema fuera una coma mal puesta en las instrucciones del juez.
Speaker 1:El 30 de julio de 2010, la Corte Suprema de Canadá rechazó por unanimidad la apelación de Pinkton, concluyendo que, aunque hubo un error en las instrucciones al jurado, no fue lo suficientemente grave como para anular el juicio ni justificar un nuevo proceso. En otras palabras, sí el juez se equivocó, pero Pennington era culpable más allá de toda duda razonable. El fallo original se mantenía, punto final. Y gracias a Dios que no lo dejaron llevar por tecnicismo, porque si a ese hombre lo soltaban por un error de procedimiento, eso habría sido una pescosa para las familias de las víctimas, para todo el país y para la justicia. Pero bastaba con eso. Es suficiente una condena? cuando el sistema ignoró señales durante años? cuando vidas se pudieron salvar, si alguien hubiera actuado a tiempo? son preguntas que no tienen respuesta, pero que tenemos que seguir haciéndonos. En el año 2023, las noticias volvieron a sacudir a Canadá.
Speaker 1:Robert Willie Pinkton, uno de los asesinos en serie más notorios del país, fue brutalmente atacado dentro de la prisión federal de Port Cartier en Quebec, una instalación de máxima seguridad. El agresor fue otro recluso identificado como Anthony Pannone, de 51 años. El ataque ocurrió en la zona común del penal justo después de que se abrieran las celdas para el periodo de recreación, willie Pennington recibió múltiples golpes con una barra de metal y el ataque fue tan violento que tuvo que ser trasladado de emergencia a un hospital con heridas graves en la cabeza. Se reportó que estuvo en estado crítico por algunos días hasta que finalmente falleció, el 31 de mayo de 2024, a causa de las complicaciones del asalto. Y mira, uno puede pensar aquí muchas cosas, que si se lo merecía, que si fue karma, que si la justicia divina. Pero la verdad es que ese ataque no cambia para nada a la familia de las víctimas, porque ninguna vuelve, porque el dolor sigue y porque lo hecho hecho está.
Speaker 1:Algunos medios dijeron que Pinter murió en el hospital, otros aseguraban que sobrevivió, pero con secuelas neurológicas graves. Y yo no voy a fingir aquí neutralidad. Lo que ese hombre hizo es imperdonable. Pero también sé que el sistema no puede depender de que otro preso lo arregle, porque si la justicia se convierte en venganza entre reclusos, entonces seguimos fallando. Me explico Esto no es una serie de televisión, esto pasó de verdad, y la justicia de verdad no puede ser un golpe con una barra, tiene que ser reparación, memoria y prevención y sobre todo verdad.
Speaker 1:La historia de Robert Willie Pinter no debería contarse solo como la de un asesino en serie. No, esto fue una tragedia sistemática. Fue una cadena de negligencias, prejuicios y silencios que permitieron que este hombre actuara de esta manera tan morbosa durante años, sin que nadie lo detuviera. Las señales estaban ahí, las denuncias estaban ahí, pero las mujeres desaparecidas no eran una prioridad, no eran respetables, no eran lo suficientemente importantes, Y yo quiero que pienses en eso.
Speaker 1:Si estas mujeres hubieran sido ricas, blancas, universitarias, ¿tú crees que la policía se habría tardado tanto? Tú crees que alguien habría dicho que seguro que se fueron por ahí? Yo no. Y eso duele porque no es solo un caso criminal, es un espejo Y nos está diciendo cosas muy incómodas sobre cómo valoramos unas vidas más que otras.
Speaker 1:Peyton murió tras las rejas, pero las mujeres que él asesinó y las que el sistema olvidó merecen algo más que una celda cerrada. Merecen memoria, merecen justicia, incluso ahora, y merecen que su historia se cuente una y otra vez para que esto no se repita. Así que, si llegaste hasta aquí conmigo, te doy las gracias, porque contar esa historia no es nada fácil, y escucharla, sé que mucho menos, pero a veces las historias que más incomodan son las que más se tienen que contar. Y si logramos que, aunque sea una persona que se interese, que se informe, que se indigne, ya estamos haciendo algo, así que por cada mujer que desapareció y nunca fue buscada como merecía, que su nombre siga vivo, que su historia no se borre y que el silencio nunca más sea la norma. Gracias por acompañarme, mi gente, hasta el final. Sé que esta historia fue fuerte. Esta fue la historia de Robert Willie Pinkton.
Speaker 1:El libro se llama In the Farm by Stevie Cameron. Es buenísimo. Deben conseguirlo. Gracias por acompañarme. Los quiero mucho. Nos vemos en el próximo episodio. Hagan bien sin mirar a quién. Delitos de sangre. Bye.