
LEER TE DA MÁS
Me presento, soy Paulo Cosín autor de libros que explican, desarrollan y analizan las claves que permiten que los jóvenes y adolescentes encuentren su interés por los libros y la lectura.
¿A quién no le gusta leer? Esa es la pregunta que les hago a los jóvenes, y resulta que me sucede con frecuencia que más del 80% levanta la mano. A los 40 minutos agradecen que les hayas explicado por qué leer es importante para ellos, ¿qué sucede?
De eso hablaremos en los siguientes episodios de Leer te da más.
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41- LEER TE DA MÁS con Paulo Cosín. Mar o Tierra. Guerra o Paz.
En el juego de Mar o Tierra el que se equivoca pierde, lo sencillo se vuelve complejo como puede ser decidir entre la guerra o la paz. A Jane Adams le concedieron el premio Nobel de la Paz en 1931, y también fue acusada de ser la mujer más peligrosa del mundo por defender la paz, ¿tiene eso sentido? Descúbrelo en este episodio que nos conduce al momento en el que EE. UU, decidió incorporarse a la Primera Guerra Mundial en 1917.
Leer te da más con Paulo Cosín
SPEAKER_00:Mi padre, en las fiestas de cumpleaños cuando éramos pequeños, nos hacía un juego que se llama mar y tierra. Dibujaba una línea en el suelo o usaba una cuerda para dividir dos zonas, una que sería tierra y la otra que sería mar. Todos debíamos colocarnos donde él gritaba. Si decía mar, todos al mar. Si decía tierra, todos saltábamos a tierra y así. El último en cambiar de zona siguiendo su instrucción era eliminado. De pronto, cuando ya estábamos aburridos de ir de mar a tierra y de tierra a mar, para variar, repetía la consigna y así sorprendía algún despistado que, invadido por la rutina, por ejemplo, mar cambiaba a tierra, sin percibir que en esa ocasión mi padre había repetido mar y por tanto debía mantenerse en la zona indicada sin moverse. Parece fácil, pero el caso es que íbamos cayendo, porque nos engañaba señalando una zona mientras decía otra y así varios trucos más, hasta que al final solo quedaban dos y entre ellos salía un vencedor. Otra cosa que me gustaba especialmente de este juego era la dificultad para hacer trampas, porque así a mi querido hermano, cuya fama le precedía, le resultaba imposible no ser pillado infraganti tratando de corregir su error y volver a la zona indicada. Es un juego que he utilizado muchas veces como monitor o entrenador y siempre me divierte. Te lo cuento porque a veces cuestiones muy aparentemente simples como elegir entre dos opciones resulta de lo más complejo. Este es el caso de posicionarse a favor de la guerra o de la paz. A veces las guerras dentro de la paz y viceversa, como en Guerra y Paz, la novela de Leon Tolstoy publicada en 1867 sobre la invasión napoleónica de Rusia. De Tolstoy ya te hablé en el episodio de la condición humana, en donde te decía que se posicionaba claramente como defensor de la no violencia de manera activa. Otros, como el presidente de Estados Unidos en 1917, Woodrow Wilson, veía con claridad la importancia de que su país participara en la Primera Guerra Mundial. Si recuerdas, en el primer episodio de sobre la publicidad, te hablé de la primera campaña publicitaria de la historia, en la que había intervenido el sobrino de Freud, Edward Bernet. El propósito de la campaña era convencer a la sociedad estadounidense de la conveniencia de participar en la Primera Guerra Mundial a fuerza de propaganda, carteles y folletos de la Comisión Creel, dirigida por George Creel y fundada por el presidente de Estados Unidos.¿A quién le darías tú un Nobel de la Paz?¿A Tolstoy o al presidente de Estados Unidos? Esto último no es una idea tan descabellada, pues ya se lo concedieron a Barack Obama, recién llegado a la Casa Blanca en 2009. Y, paradojas de la vida, ha sido el primer presidente de Estados Unidos en pasar sus dos periodos completos sin un solo día sin guerra. Para más contradicciones, hasta Donald Trump ha sido propuesto para esa condecoración. Tolstoy fue nominado en varias ocasiones y nunca se lo concedieron. Fue una inspiración para Gandhi, que también fue nominado sin reconocimiento alguno. Y también inspiró a Jane de quien te hablé en el episodio anterior. Y, justicia poética, a Adams sí le otorgaron el Nobel de la Paz en 1931.¿Qué hizo para merecerlo? Algo tuvo que ver que viviera en Chicago, que como ya dijimos, era entonces la ciudad con mayor delincuencia de los Estados Unidos. Pues bien, Adams no se quedó a la expectativa, sino que pensaba que algo debía ser. Hizo un viaje por Europa para conocer las iniciativas que se estaban llevando a cabo y, y así conoció en Londres el Thornby Hall, el primer settlement universitario de la historia. Se trataba de una institución que se establecía en los suburbios de la ciudad, con mucha delincuencia, y en donde vivían personas en situación vulnerable. Allí acudían estudiantes universitarios voluntarios para realizar actividades con la comunidad. Adams encontró en ese proyecto un ejemplo sobre cómo canalizar sus ansias de acción y compromiso social. Es curioso que el disparador que le dio el empujón definitivo fuera la experiencia de una corporación¿Qué pasó durante esa corrida de toros? Ella lo expresó así.
SPEAKER_01:La reacción moral que provocó la experiencia de la corrida de toros había sido capaz de revelarme que, lejos de seguir el despertar de un carro de fuego filantrópico, me había atado a la carreta del egoísmo. Decidí que al día siguiente, pasara lo que pasara, comenzaría a llevar a cabo el plan, aunque solo fuera hablando sobre él.
SPEAKER_00:Laura Camas y Gonzalo Jover, que comentan el libro de Adams, consideran que el sufrimiento y la violencia del toro eran para Adams equiparable al sufrimiento y la vulnerabilidad de los seres humanos. Adams comprendió la necesidad de abandonar su situación privilegiada y egoísta para crear un espacio que pudiera acoger de manera afectiva la vulnerabilidad y el sufrimiento humano. El caso es que en 1889 Adams funda en Chicago su Settlement, al que pone por nombre Full House, un centro vecinal fundamentado en el cooperativismo y la autoorganización de actividades sociales, culturales, educativas y cívicas para personas de un barrio sacudido por las condiciones hostiles de la sociedad industrializada. Para que te hagas una idea de las actividades, se trataba de juegos, clubes de lectura, teatro, clases de literatura, historia, arte, modelado, dibujo, jornadas deportivas, conciertos de música, exposiciones de arte, conferencias y seminarios sobre diversos temas, programas de alfabetización, fiestas, escuelas de verano, usos de educación industrial, veladas o noches sociales, clases de cuidados infantiles, cocina, costura y cuidado de personas dependientes. Bueno, el caso es que Adams consiguió así su propósito centrado en mejorar la vida del barrio con su settlement y reducir así la delincuencia y sus consecuencias. Es fácil entender ahora que, cuando comenzó la Primera Guerra Mundial, se posicionara claramente en el lado de la paz y defendiera que había que evitar En 1917, antes de que Estados Unidos entrara en guerra, como presidente de la Women's International League for Peace and Freedom, realizó un discurso titulado Patriotismo y pacifismo en tiempos de guerra. Vale la pena leerlo. En él aborda la difícil posición del pacifista en tiempos de guerra, defendiendo que el pacifismo no implica falta de patriotismo ni cobardía, sino una visión alternativa para resolver conflictos internacionales. Reconoce que la guerra es alta virtudes heroicas, pero sostiene que no soluciona problemas globales, sino que los oscurece. La propuesta de Adams se encuentra en que consideraba necesario que se creara una organización internacional que facilitara los cambios políticos y económicos sin recurrir a la violencia de la guerra. Lo que defendía podría ser algo así como la Organización de Naciones Unidas, que tardaría años en crearse, pues se fundó el 24 de octubre de 1945. Es decir, que fue necesaria una Segunda Guerra Mundial. Adams entrevistó con Wilson, el presidente de Estados Unidos, fue a ver a Tolstoy y a varios líderes internacionales, visitó la Haya y a la vuelta fue acusada de ser la mujer más peligrosa del mundo. Por defender la paz,¿te lo puedes creer?¡Qué gran contradicción! Su historia es más extensa y la hemos publicado en Ediciones Morata en coedición con la Sociedad Española de Historia de la Educación en la colección Clásicos de la Educación que dirige Gabriela Osenbach. A ella le debemos que nos haya seleccionado esta extraordinaria biografía. Pero con lo que te he contado,¿votarías a favor de que le concedieran el Nobel de la Paz a Jane Addams? En sus 71 años creo que sus méritos no le faltaban. Pero,¿te imaginas recibir el Premio Nobel de la Paz con tan solo 17 años? Eso le sucedió en 2014 a Malala Yousafzai, un activista pakistaní. Es la persona más joven en la historia en recibirlo. Influenciada por su padre, también activista educativo, defendió el derecho a la educación de las niñas en el Valle de Swach, una región de Pakistán que estuvo dominada por el régimen talibán hasta 2009. Malala Yousafzai comenzó estas reivindicaciones desde su blog cuando solo tenía 11 años. En 2012, como consecuencia de su ella y dos amigas fueron atacadas a tiros por un miembro talibán en un intento de asesinato mientras viajaban en un autobús en el distrito de Swat. Fue un atentado que tuvo un gran eco internacional de apoyo. Se recuperó de una bala que le impactó en la cabeza y eso no hizo más que aumentar su compromiso por el derecho a la educación. En ambos casos vemos la conexión que tiene la defensa de la no violencia y la educación, y es un derecho que Adams considera fundamental como elemento socializador, que nos integra a la sociedad como miembros activos en favor de la justicia. En sus páginas se evidencia la importancia de la lectura, algo todavía muy alejado de la realidad entonces y que hoy en día consideramos un derecho, porque ahora sí sabemos que leer te da más.