Levitico, Una Ventana al Corazon de Dios Podcast

La desobediencia trae muerte

Liliana Alvarez Season 1 Episode 12

En este episodio exploramos algunos de los eventos que sucedieron el  primer día en que Aaron y sus hijos oficialmente comenzaron sus funciones sacerdotales. La desobediencia de  Nadab y abiu, trajo su muerte.  Los hijos de Aaron no tomaron muy en serio todas las instrucciones que habían recibo y pagaron con su vida. Miraremos los detalles y que fue lo que hicieron para recibir un castigo tan severo.

Hola amigos, bienvenidos. Gracias por estar aquí para el episodio #12 de Levítico, una Ventana al corazón de Dios. En el episodio anterior miramos el comienzo de ministerio sacerdotal y exploraremos el primer día en que Aaron y sus hijos oficialmente comenzaron sus funciones sacerdotales y la presencia del Señor se hizo visible a todo Israel. En este episodio miraremos lo que sucedió ese primer dia y es que la desobediencia trae muerte, Nadab y abiu, los hijos de Aaron no tomaron muy en serio todas las instrucciones que habían recibo y pagaron con su vida. Primero quiero darte las gracias por apartar un tiempo para escuchar el contenido de este podcast. Es la manera más importante en que apoyas este podcast y quiero pedirte un favor, si el contenido de este podcast ha sido de beneficio para ti, por favor compártelo con otros y escribe un comentario en Apple Podcasts. Estas son las mejores maneras para apoyar este podcast, gracias de antemano por tu apoyo. Como siempre me parece importante comenzar leyendo el texto bíblico para que te puedas familiarizar con su contenido. Voy a leer de la Nueva Versión Internacional el capítulo 10 y dice:

 

Pero Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron en ellos fuego e incienso y ofrecieron ante el Señor un fuego ilícito, pues él no lo había mandado. Entonces salió de la presencia del Señor un fuego que los consumió y murieron ante El. Moisés dijo a Aarón: De esto hablaba el Señor cuando dijo: En los que se acercan a mí, manifestaré mi santidad, y ante todo el pueblo manifestaré mi gloria. Y Aarón guardó silencio. Moisés mandó llamar a Misael y a Elzafán, hijos de Uziel, tío de Aarón, y les dijo: Vengan acá y retiren del santuario a sus hermanos. Sáquenlos del campamento. Ellos se acercaron y, tomándolos por las túnicas, se los llevaron fuera del campamento, tal como Moisés lo había ordenado. Luego Moisés dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: No anden ustedes con el pelo despeinado; tampoco se rasguen los vestidos. Así no morirán ustedes ni se irritará el Señor contra toda la comunidad. Sus hermanos israelitas llorarán por el incendio que produjo el Señor, pero ustedes no vayan a salir de la Tienda de reunión, no sea que mueran, porque el aceite de la unción del Señor está sobre ustedes. Y ellos hicieron lo que Moisés dijo. El Señor dijo a Aarón: Ni tú ni tus hijos deben beber vino ni bebidas fermentadas cuando entren en la Tienda de reunión, pues de lo contrario morirán. Este es un estatuto perpetuo para tus descendientes, para que puedan distinguir entre lo santo y lo profano, y entre lo puro y lo impuro, y puedan también enseñar a los israelitas todos los estatutos que el Señor les ha dado a conocer por medio de Moisés. Moisés dijo a Aarón, y también a Eleazar e Itamar, los hijos que le quedaban a Aarón: Tomen la ofrenda de cereal que ha quedado de la ofrenda puesta al fuego ante el Señor y cómanla sin levadura, junto al altar, porque es sumamente sagrada. Cómanla en un lugar santo, porque así se me ha mandado. Es un estatuto para ti y para tus hijos con respecto a la ofrenda puesta al fuego ante el Señor. Tú y tus hijos e hijas podrán comer también, en un lugar puro, el pecho que es ofrenda mecida y el muslo dado como contribución. Ambos son parte de los sacrificios de comunión de los israelitas, y a ti y a tus hijos se les han dado como estatuto. Tanto el muslo como el pecho serán presentados junto con la ofrenda de la grasa puesta al fuego, para ofrecérselos al Señor como ofrenda mecida. Será un estatuto perpetuo para ti y para tus hijos, tal como lo ha mandado el Señor.Moisés pidió con insistencia el macho cabrío del sacrificio por el perdón de pecados, pero este ya había sido quemado en el fuego. Irritado con Eleazar e Itamar, los hijos sobrevivientes de Aarón, les preguntó: ¿Por qué no comieron el sacrificio por el perdón dentro del santuario? Es un sacrificio sumamente sagrado; se les dio para quitar la culpa de la comunidad y obtener el perdón de los pecados de ellos ante el Señor. Si no se introdujo en el Lugar Santo la sangre del macho cabrío, ustedes debieron haberse comido el animal en el área del santuario, tal como se lo mandé. Entonces Aarón respondió a Moisés: —Hoy mis hijos ofrecieron ante el Señor su sacrificio por el perdón y su holocausto, ¡y es cuando tenía que sucederme semejante desgracia! Si hoy hubiera yo comido del sacrificio por el perdón, ¿le habría parecido correcto[b] al Señor? Al oír esto, Moisés quedó satisfecho con la respuesta.

Todo iba muy bien y en este capítulo nos encontramos con una abrupta desobediencia o descuido que termina en la muerte de dos hijos de Aaron. Recordemos el contexto, habían acabado de pasar 7 días de ordenación de Aaron, y sus cuatro hijos Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar, y el octavo día ellos comenzaron su ministerio sacerdotal y este evento ocurre en el comienzo de su ministerio. La La seriedad del llamado y la responsabilidad de llevar a cabo todo tal como el Señor lo había ordenado era de absoluta importancia. Recuerden que en episodios anteriores hice énfasis en la importancia de acercarse a Dios, el Rey, tal como él lo había prescrito y no casualmente pues le costaría la vida al que lo hiciera. En este capitulo vemos el primer caso donde esto ocurre y desafortunadamente ocurre con los hijos mayores de Aaron, Nadab y Abiu, los sacerdotes que eran los mediadores entre Dios y el pueblo. El obispo anglicano, J.C Ryle dijo las siguientes palabras referentes a este evento, “Un llamado santo no salvará a hombres impíos”. Todo lo que hemos explorado hasta ahora en Levítico, nos revelan la santidad de Dios y la gravedad del pecado, sea quien sea que lo cometa. Todos las ofrendas y el derramamiento de sangre apuntan precisamente a la gravedad del pecado y al mismo tiempo el deseo que Dios tiene en su inmensa misericordia de que su pueblo se pudiera acercar a Él. Estoy completamente de acuerdo con lo que algunos eruditos dicen acerca de Levítico y es que es el libro del antiguo testamento donde Dios claramente prescribe a Israel como podía tener una relación con El y entre ellos mismos. En otras palabras, como tener una relación vertical, con Dios, que se reflejaría horizontalmente en la relación del uno con el otro.

Vamos a dividir este capítulo en cuatro partes, 

1.    La muerte de Nadab y abiu (v1-7). Vamos a comenzar mirando quienes eran ellos. Eran los hijos mayores de Aaron y podríamos decir que pertenecían a un grupo privilegiado dentro de los levitas ya que eran hijos nada mas y nada menos que del sumo sacerdote. Hacia una semana que habían sido ordenados como sacerdotes con su papa y tenían un gran llamado a ser mediadores y profesores del pueblo. Fueron vestidos con honor por su llamado al servicio de Dios. Ellos estaban muy bien ilustrados en todas las leyes y regulaciones en cuanto a los sacrificios y el día a día de la comunidad. La pregunta es, ¿Entonces que hicieron ellos para que Dios los matara? No se sabe exactamente que hicieron, parece ser que ellos quemaron incienso posiblemente sin usar brasas autorizadas, es decir que debían provenir del altar de bronce, y entraron en el lugar sagrado en el momento no autorizado y posiblemente penetrar el lugar santísimo, el cual ellos no eran autorizados para entrar. El único que podía entrar en el lugar santísimo era el sumo sacerdote en el día de expiación. Moisés en éxodo dio las siguientes instrucciones sobre el incienso, “Todas las mañanas, a la hora de preparar las lámparas, Aarón quemará incienso aromático sobre este altar, y lo quemará también al atardecer, a la hora de encender las lámparas. Esto se hará en la presencia del Señor siempre, a través de los siglos. No ofrezcas sobre este altar ningún otro incienso, ni holocaustos, ni ofrendas de cereales, ni tampoco ofrendas de vino derramado. Este altar estará completamente consagrado al Señor, y una vez al año ofrecerá Aarón sobre los cuernos del altar la sangre del sacrificio para obtener el perdón de los pecados. Una vez al año, todos los años, sobre este altar se ofrecerá el sacrificio para obtener el perdón de los pecados. (Ex 30:7-11)

También es posible que ellos estaban embriagados, y esto se puede deducir ya que Dios después de este juicio rápido, advirtió a Aaron sobre el consumo de alcohol de los sacerdotes. El otro aspecto de este juicio es que Dios no había autorizado que ofrecieran incienso, así que ellos estaban actuando con absoluto descuido y desdén a Dios. Fue tal la ofensa contra Dios que salió fuego del Señor y los consumió. Fue una absoluta violación a la santidad de Dios. Aaron guardó silencio cuando Moisés le recordó las siguientes palabras, “En los que se acercan a mí manifestaré mi santidad, y ante todo el pueblo manifestaré mi gloria”. No es fácil reconocer cuando el pecado afecta a nuestra propia familia y es fácil presentar argumentos para justificar una mala conducta o pecado en nuestros hijos. Sin embargo, Aarón no discutió con Moisés, ni trato de defender a sus hijos, sino que “guardó silencio”.  Increíble! ¿No crees? Luego Moisés mandó llamar a los primos de Aaron para que sacaran los cadáveres fuera del campamento, ya que ni Aaron ni sus otros dos hijos podían tocar cadáveres. Algo muy interesante es que las túnicas blancas de Nadab y Abiu estaban intactas. Sus vestiduras sacerdotales no los protegieron. Que escena tan triste después de semejantes festividades de ordenación y comienzo de sus labores sacerdotales para terminar con semejante tragedia. Aaron y sus hijos, Eliazar e Itamar, no podían llevar ningún duelo por sus familiares así que no podían andar despeinados y rasgar sus ropas, pues morirían, ya que habían sido ungidos con aceite en su ordenación. Además, se encontraban dentro de los predios del tabernáculo con sus vestiduras sagradas desempeñando sus labores sacerdotales y no podían tocar muertos pues era considerado contaminación severa. Ellos debían permanecer dentro de los predios del Tabernáculo y el pueblo y sus familiares podían hacer el duelo. El Dr Jay Sklar en su comentario de Levítico nos da una idea acerca de porque se les prohibía a Aaron y sus hijos hacer duelo y dice, “La prohibición contra el duelo no significaba que Aarón y sus hijos no pudieran estar tristes, ni que todos tuvieran que actuar como si esta tragedia nunca hubiera ocurrido. De hecho, a todos los israelitas se les permitió lamentar en nombre de la familia sacerdotal. La cuestión aquí es si Aarón y sus hijos restantes mostrarían respeto por el carácter santo del Señor por encima de todo”.

2.    Dios le habla a Aaron y le da una advertencia (V8-11). Es la primera vez que Dios habló directamente a Aaron y le dio una advertencia de no beber vino ni bebidas fermentadas por las siguientes tres razones, primero podían morir, segundo ellos eran responsables de distinguir entre lo santo y profano y lo puro e impuro y tercero, ellos eran responsables de enseñar a Israel todas las leyes. Esto parece ser lo que sucedió con Nadab y Abiu ya que ellos ofrecieron incienso ilícito y murieron. Esta orden fue dada a Aaron inmediatamente después de los eventos sucedidos. En los próximos capítulos hablaremos mas sobre santo y profano, puro e impuro, estados rituales importantes en todos los rituales en el Tabernáculo.

3.    Las porciones sacerdotales (V12-15), Moisés le da instrucciones adicionales a Aaron en cuanto a las porciones de la ofrenda de cereal y comunión que le correspondian a ellos. La ofrenda de cereal era sumamente sagrada y solo la podían consumir Aaron, Eliazar e Itamar sin levadura y comerla junto al altar. En cuanto a la ofrenda de comunión Aaron y su familia podían consumir el pecho y muslo. 

4.    Aaron muestra reverencia a Dios (V16-20). Resulta que después de que Moisés le dio las instrucciones adicionales a Aaron, le preguntó que donde estaba el chivo para la ofrenda de purificación por la comunidad y resulta que ya lo habían quemado totalmente sobre el altar. El estaba super disgustado pues el no seguir al pie de la letra las leyes sobre esta ofrenda la invalidaba, o sea que no seria aceptada por el Señor. Era parte del protocolo que el sacerdote comiera la carne ya que era un sacrificio sumamente sagrado; se les había dado para quitar la culpa de la comunidad y obtener el perdón de los pecados de ellos ante el Señor. Este primer día  de sus labores sacerdotales fue difícil, acompañado de muerte, caos y eventos inesperados. Imagínense la confusión que había. Recordemos que en el capítulo 4 exploramos la ofrenda de purificación y si la ofrenda de purificación era para perdonar a otros, los sacerdotes debían comer la carne, pero si la ofrecían para el perdón de ellos mismos, no podían comerla. Aaron le dio una respuesta a Moisés que el no esperaba y fue la siguiente, “Hoy mis hijos ofrecieron ante el Señor su sacrificio por el perdón y su holocausto, ¡y es cuando tenía que sucederme semejante desgracia! Si hoy hubiera yo comido del sacrificio por el perdón, ¿le habría parecido correcto al Señor?  Al oír esto, Moisés quedó satisfecho con la respuesta. Dicho de otra manera, Aaron le dijo que esa ofrenda es como si hubiera sido por el pecado que sus hijos habían cometido, así que él no sentía que lo correcto era comer de ella. Moisés quedo satisfecho con la respuesta que Aaron le dio.

Pensando en este capitulo y todo lo que sucedió en el primer día de trabajo para Aaron y sus hijos, no me imagino lo difícil que fue vivirlo y asimilar todo lo ocurrido.  Aaron estaba muy claro en su llamado y a quien servía, al Rey del universo. 

Hay dos aspectos que vale la pena resaltar en este capítulo y es que: 

1.    Los sacerdotes tenían una gran responsabilidad en su llamado a ser lideres espirituales del pueblo y mediadores entre Dios y su pueblo. Los errores cometidos por ellos ya fuesen por su mal ejemplo o descuido de sus deberes ponía en riesgo a toda la comunidad a alejarse de su Dios. Hoy en dia vemos esta realidad cuando un pastor, sacerdote o líder espiritual en la iglesia cristiana cae en pecado, toda la comunidad sufre, y algunos terminan por alejarse completamente de Dios. La severidad del castigo rápido para Nadab y Abiu le sirvió de amonestación para Aaron y sus hijos de su gran llamado y responsabilidad. Las suigientesEn lo personal,  palabras de Pablo al joven pastor Timoteo, hubiesen sido una buena exhortación para Nadab y Abiu y dicen, Evita que te desprecien por ser joven; más bien debes ser un ejemplo para los creyentes en tu modo de hablar y de portarte, y en amor, fe y pureza de vida. Mientras llego, dedícate a leer en público las Escrituras, a animar a los hermanos y a instruirlos. No descuides los dones que tienes y que Dios te concedió cuando, por inspiración profética, los ancianos de la iglesia te impusieron las manos. Pon tu cuidado y tu atención en estas cosas, para que todos puedan ver cómo adelantas. Ten cuidado de ti mismo y de lo que enseñas a otros, y sigue firme en todo. Si lo haces así, te salvarás a ti mismo y salvarás también a los que te escuchan.(1 Tim 4:12-16) En lo personal, estas palabras también me recuerdan a mi la gran responsabilidad que tengo ante Dios enseñando su palabra a otros. Santiago dice lo siguiente, “Nosotros, los que enseñamos, seremos juzgados con mayor severidad”. (Sant 3:1)

2.    La muerte de Nadab y Abiu claramente muestra las limitaciones de este sacerdocio Aarónico.   Ningún sacerdote por más bien que sirviera a su Rey, era perfecto. Eran hombres pecadores y esto se reflejaba en el sistema de ofrendas y rituales en el que ellos mismos ofrecían sacrificios por sus propios pecados. Ellos y el sistema que servían no podían perfeccionar a ningún ser humano. Más eran una sombra que apuntaban hacia un nuevo pacto oficiado por un Sumo Sacerdote perfecto, Jesús, quien entregaría voluntariamente su vida como sacrificio perfecto para dar vida y perfeccionar a otros. Pedro nos dice, “Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios”. (1 Pedro 3:18)

Para terminar, quiero leerles lo que dice hebreos, “Así que, hermanos, mediante la sangre de Jesús, tenemos confianza para entrar en el Lugar Santísimo por el camino nuevo y vivo que él nos ha abierto a través de la cortina, lo cual hizo por medio de su cuerpo. También tenemos un gran sacerdote al frente de la casa de Dios. Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y los cuerpos lavados con agua pura. Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa. Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras”. (Heb 10:19-24)

Quiero dejarte con esta inquietud, Jesús es un gran sacerdote al frente de la casa de Dios y nos permite acercarnos al Padre por medo de su sangre. Y tu? ¿Te has acercado al Padre por medio de Jesús? Hasta la próxima semana, si Dios lo permite. Dios los bendiga.