Levitico, Una Ventana al Corazon de Dios Podcast

La Santidad y el Amor

Liliana Alvarez Season 1 Episode 22

En este episodio, La Santidad y el Amor, miraremos el llamado a la santidad en la adoración, en el trato al prójimo, y en la vida cotidiana. El mandato para Israel a  “Sed santos, porque Yo, el Señor su Dios, Soy santo,” son un recordatorio del pacto que hicieron con Dios en el Monte Sinaí y una repetición y ampliación de los 10 mandamientos. El llamado a santidad es un llamado a amar a Dios y al prójimo. Jesús respondió lo siguiente cuando un fariseo le preguntó,  “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?

Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”, respondió Jesús. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas Este capítulo es una continuación del código de santidad para todo Israel. Ya hablamos sobre la sangre y su importancia como medio de expiación, la sexualidad que Dios aprueba y ahora miraremos más ampliamente como se vivía en santidad. Estas leyes regulan la adoración, principios de justicia, morales y sociales en el trato en los negocios, empleados y extranjeros. El llamado a ser santos es el llamado a imitar a Dios, a ser partícipes de una perspectiva divina y completamente diferente a los demás y a las costumbres de las demás naciones. El ser santos es considerar y pensar en el bienestar del prójimo y no solo en el propio. 

 

Hola amigos, bienvenidos. Gracias por estar aquí para el episodio #20 de Levítico, una Ventana al corazón de Dios. En el episodio anterior, exploraremos las relaciones sexuales prohibidas en Levítico 18 y miramos las costumbres cananeas y egipcias, prohibiciones sexuales contra el incesto, la homosexualidad y la bestialidad. También miramos el flagelo de la pornografía en nuestra realidad. En este episodio, La Santidad y el Amor, miraremos el llamado a la santidad en la adoración, en el trato al prójimo, y en la vida cotidiana. El mandato para Israel a  “Sed santos, porque Yo, el Señor su Dios, Soy santo,” son un recordatorio del pacto que hicieron con Dios en el Monte Sinaí y una repetición y ampliación de los 10 mandamientos. El llamado a santidad es un llamado a amar a Dios y al prójimo. Jesús respondió lo siguiente cuando un fariseo le preguntó,  “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?

Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”, respondió Jesús. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas Este capítulo es una continuación del código de santidad para todo Israel. Ya hablamos sobre la sangre y su importancia como medio de expiación, la sexualidad que Dios aprueba y ahora miraremos más ampliamente como se vivía en santidad. Estas leyes regulan la adoración, principios de justicia, morales y sociales en el trato en los negocios, empleados y extranjeros. El llamado a ser santos es el llamado a imitar a Dios, a ser partícipes de una perspectiva divina y completamente diferente a los demás y a las costumbres de las demás naciones. El ser santos es considerar y pensar en el bienestar del prójimo y no solo en el propio. 

El Rabino Jonathan Sacks, en su libro, “Levítico: El Libro de la Santidad,”

explica que “el mandato de ser santos es el llamado de Dios a convertirnos en un tipo de persona diferente. No simplemente alguien que cree que el mundo físico es todo lo que existe, que no hay ninguna autoridad más allá del poder, o que la vida carece de significado.” Sacks continua diciendo, “La santidad es difícil de definir, pero se reconoce en la forma en que una persona se comporta, en su manera de relacionarse con los demás, en su amabilidad, profundidad y humildad. La presencia de una persona santa inspira a quienes la rodean, haciéndolos sentirse mejor de lo que creían ser. Estas personas irradian una presencia que va más allá de sí mismas.” Esto me recuerda una historia que el teólogo, R.C Sproul contó acerca de cuándo Billy Graham jugaba golf, las personas que jugaban con él se comportaban de una manera diferente solo por estar en su presencia. La Madre Teresa fue una persona que tuvo una gran influencia sobre muchos. Su profunda compasión, dedicación y amor al servicio de los más pobres y marginados tuvieron un efecto transformador en quienes la rodeaban. Su presencia a menudo inspiraba a otros a reflexionar sobre sus propias vidas y los motivaba a realizar actos de bondad y servicio. Un periodista que cubría la visita de la Madre Teresa a Toronto relató que conocerla cambió profundamente su perspectiva. Presenciar de primera mano su humildad y dedicación lo inspiró a replantear su propio enfoque sobre el servicio y la compasión. Me fascina esta frase de Sacks, “La santidad no es solo lo que hacemos, sino en la persona que nos convertimos.”

Antes de leer el capítulo 19, quiero leer los diez mandamientos en éxodo 20:1-17, que nos ayudarán a reconocerlos y entenderlos más ampliamente en este capítulo de Levítico. El decálogo, como se le llaman, trata dos aspectos muy importantes como amar a Dios y al prójimo.

# | MANDAMIEMTO | Referencia AT | Penalidad/Muerte AT | NT referencia a los mandamientos
1 | “Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, del país donde eras esclavo.No tengas otros dioses además de mí.”   | Ex 20:2-3Deut 5:6-7 | Deut 6:13-15 | Hechos 14:15-17; Luc 4:8; Luc 10:27;
2 | “No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación.  Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones.” | Ex 20:4-6Deut 5:8-10; Jer 25:6; 2 Cro 34:25; Lev 19:4 | Deut 27:15Ex 22:20Deut 28:64 | Mateo 4:91 John 5:21Romanos 1:251 Cor 8:4-131 Cor 10:71 Cor 10:14-22
3 | “No uses el nombre del Señor tu Dios en falso. Yo, el Señor, no tendré por inocente a quien se atreva a usar mi nombre en falso.” | Ex 20:7Deut 5:11; Lev 18:21; Lev 19:12 | Lev 24:15-16 |  Santiago 5:12 
4 | “Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades. Acuérdate de que en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descansó el séptimo día. Por eso el Señor bendijo y consagró el día de reposo.”  | Ex 20:8-11Deut 5:12-15; Lev 19:3,30 | Ex 31:14-15 | Col 2:16Rom 14:1-10Mat 12:12Mat 2:27Juan 9:14Lucas 6:6Hechos 18:4Hebreos 4:4Lucas 23:46Hechos 17:2 
5 | “Honra a tu padre y a tu madre para que disfrutes una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios.” | Ex 20:12Deut 5:16; Lev 19:3 | Ex 21:17Lev 20:9 | Efesios 6:1Mateo 19:19Mateo 15:4
6 | “No mates.”  | Ex 20:13Deut 5:17 | Ex 21:12, 14  | Mat 5:21, 19:18Marcos 10:19; Luc 18:20; Sant 2:11; Rom13:9
7 | “No cometas adulterio.”  | Ex 20:14Deut 5:18 | Lev 20:10 | Rom 13:9; San 2:11; Luc 18:20; Mat 5:27; Rom 2:22
8 | “No robes.”  | Ex 20:15Deut 5:19; Lev 19:11 | Ex 22:1-4 | Mat 19:18; Mar 10:19Rom 2:21
9 | “No des falso testimonio en contra de tu prójimo.”  | Ex 20:16; Deut 5:20; Zaca 8:17; Lev 19:16; Ex 23:1; Lev 19:11 | Deut 19:16-21 | Mat 19:18; Mar 10:19Luc 18:20; 
10 | “No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca.”  | Ex 20:17; Deut 5:21; Deut 7:25 | Jos 7:20-26 | Rom 13:9; Rom 7:7; Hechos 20:33; 1 Tim 3:8;Tito 1:7

 

Te recomiendo que a medida que escuches la lectura de este capítulo categorices mentalmente cada ley de la siguiente manera Dios o prójimo. Voy a leer el capítulo 19 en la Nueva Versión y dice:

El Señor ordenó a Moisés que hablara con toda la asamblea de los israelitas y dijera: Sean santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo.

Respeten todos ustedes a su madre y a su padre, y observen mis sábados. Yo soy el Señor su Dios.

No se vuelvan a los ídolos inútiles, ni se hagan dioses de metal fundido. Yo soy el Señor su Dios.

Cuando ofrezcan al Señor un sacrificio de comunión, háganlo de tal manera que el Señor lo acepte de buen grado. Cómanselo el día en que lo sacrifiquen o al día siguiente. Lo que sobre para el tercer día deberán quemarlo. Si alguien lo come al tercer día, tal sacrificio no será válido, pues la carne ya se habrá vuelto impura. Cualquiera que lo coma sufrirá las consecuencias de su pecado por profanar lo que ha sido consagrado al Señor. Tal persona será eliminada de su pueblo.

Relaciones sociales

Cuando llegue el tiempo de la cosecha, no sieguen hasta el último rincón de sus campos ni recojan todas las espigas que allí queden. No rebusquen hasta el último racimo de sus viñas, ni recojan las uvas que se hayan caído. Déjenlas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor su Dios.

No roben.

No mientan.

No engañen a su prójimo.

No juren en mi nombre falsamente, ni profanen el nombre de su Dios. Yo soy el Señor.

No defraudes a tu prójimo ni lo despojes de nada. No retengas la paga de tu jornalero hasta el día siguiente.

No maldigas al sordo ni pongas tropiezos al ciego, sino teme a tu Dios. Yo soy el Señor.

No perviertas la justicia, ni te muestres parcial en favor del pobre o del rico, sino juzga a todos con justicia.

No andes difundiendo calumnias entre tu pueblo, ni expongas la vida de tu prójimo con falsos testimonios. Yo soy el Señor.

No alimentes en tu corazón odios contra tu hermano, sino reprende con franqueza a tu prójimo para que no sufras las consecuencias de su pecado.

No seas vengativo con tu prójimo ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.

Otras exigencias de la santidad

Cumplan mis estatutos:

No crucen animales de especies diferentes.

No planten en su campo dos clases distintas de semilla.

No usen ropa tejida con dos clases distintas de hilo.

Si un hombre se acuesta con una esclava prometida a otro en matrimonio, pero que aún no ha sido rescatada ni declarada libre, a los dos se les impondrá el castigo debido, pero no se les condenará a muerte porque ella aún no ha sido declarada libre. No obstante, el hombre deberá ofrecer al Señor un carnero como ofrenda por su culpa. Lo llevará a la entrada de la Tienda de reunión, y el sacerdote pedirá perdón ante el Señor por el pecado cometido. De este modo su pecado será perdonado.

Cuando ustedes entren en la tierra y planten cualquier clase de árboles frutales, durante tres años no comerán su fruto, sino que lo considerarán inmundo. En el cuarto año todo su fruto será consagrado como una ofrenda de alabanza al Señor, y en el quinto año ya podrán comer de su fruto. De este modo aumentarán sus cosechas. Yo soy el Señor su Dios.

No coman nada que tenga sangre.

No practiquen la agorería ni la adivinación.

No se corten el cabello en redondo ni se despunten la barba.

No se hagan heridas en el cuerpo por causa de los muertos, ni tatuajes en la piel. Yo soy el Señor.

No degraden a su hija haciendo de ella una prostituta, para que tampoco se prostituya la tierra ni se llene de perversidad.

Otros deberes

Observen mis sábados y muestren reverencia por mi santuario. Yo soy el Señor.

No acudan a los médiums, ni busquen a los espiritistas, porque se harán impuros por causa de ellos. Yo soy el Señor su Dios.

Ponte de pie en presencia de los mayores.

Respeta a los ancianos.

Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.

Cuando algún extranjero se establezca en el país de ustedes, no lo traten mal.  Al contrario, trátenlo como si fuera uno de ustedes. Ámenlo como a ustedes mismos, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el Señor su Dios.

No sean deshonestos falseando las medidas de longitud, de peso y de capacidad. Usen balanzas, pesas y medidas justas. Un efa exacto y un hin exacto. Yo soy el Señor su Dios, que los saqué de Egipto.

Cumplan todos mis estatutos y obedezcan todas mis leyes. Yo soy el Señor».

 

 

Derek Tidball, en su libro, “El Mensaje de Levítico: Libres para Ser Santos,” dice, “la santidad no es un concepto o abstracto o inalcanzable. Es una realidad práctica que se expresa en la vida cotidiana, en las relaciones, la justicia, la ética y hasta en acciones tan comunes como cosechar, vender en el mercado o hablar con los demás. No es un ejercicio privado o místico, sino una vivencia comunitaria que transforma la forma en que las personas interactúan y viven juntas.” Me parece que Tidball captura muy claramente el mensaje de este capitulo.

Vamos a dividir este capítulo en 3 partes:

1.    La Santidad en la Adoración. (V1-8). Aquí vemos una referencia a los mandamientos 1, 2 y 5 del decálogo.  Este capítulo, comienza con el mandato a ser santos porque su Dios, El Señor, es santo. Es una oportunidad para imitar a Dios en su carácter. A ser completamente diferentes a las demás naciones en su adoración y manera de tratar a su prójimo. Era trasportar la cultura celestial a la tierra. Una cultura de otro mundo, ajena a su entorno, pero exaltando a su Dios. Israel estaba llamada a vivir en el mundo, pero ser diferente al mundo. El respetar a la madre y padre era mostrar reverencia, aceptación y sumisión al Dios que había escogido sus padres. En otros versículos el orden era respetar a padre y madre, pero el propósito era honrarlos igualmente y sin diferencias. Desobedecer y rebelión contra los padres era castigado con pena de muerte. Aquí vemos la importancia del núcleo familiar en la comunidad. Todo comienza en casa, en el hogar. Es obvio que hacer ídolos de metal fundido o cualquier otro material estaba completamente prohibido. Cuidaba los corazones de cada miembro de la comunidad Israelita contra la idolatría y la propagación de dichas prácticas. Los sacrificios de comunión eran ofrenda y cena en la que participaban Dios, el sacerdote y el oferente. Esta ofrenda se debía llevar a cabo cumpliendo con todas las regulaciones establecidas al pie de la letra. Toda la adoración tenia un orden, un enfoque en Dios y a su morada. Todo giraba alrededor de su presencia en medio de su pueblo. 

2.    La Santidad en el trato al prójimo (V9-18). Aquí vemos una referencia a los mandamientos 3, 8 y 9 del decálogo. Dios llama a su pueblo tener cuidado por los pobres y extranjeros. El llamado era a no cejar hasta los rincones de sus campos y no recoger el ultimo racimo de sus viñedos. Es la manera de proteger la dignidad del pobre y el extranjero. Israel fue extranjero en Egipto y por lo tanto vivieron lo que se sentía ser extranjero, maltratado y oprimido y Dios no quería que ellos hicieran lo mismo con los extranjeros. El no cegar le daba la oportunidad al pobre de comer sin tener que mendigar. Además, era Dios el que le proveía al dueño del terreno. Dios siempre provee para el pobre y el rico. El no robar protegía la propiedad del prójimo. El no mentir, engañar y jurar en falso protegía de la injusticia. En el ámbito laboral, Dios exigía que los trabajadores no fueran maltratados reteniéndoles su sueldo diario ya que dependían de el para su sustento diario. Dios le exigía a los Israelitas tratar con compasión a los discapacitados. No había lugar para pervertir la injusticia en los tribunales. La imparcialidad era importantísima ya fuese para el rico o pobre, no debía haber ninguna diferencia. Dios le prohibió a Israel calumniar a alguien ya que sería exponer la vida del prójimo, hasta posiblemente causarle la muerte. El rencor y la venganza estaban terminantemente prohibidas, el llamado era a no odiar sino amar al prójimo. Me imagino lo difícil que era cumplir con este mandamiento. Salomón dice lo siguiente en Eclesiastés, “Hay un mal en todo lo que se hace bajo el sol: todos tienen un mismo final. Además, el corazón del hombre rebosa de maldad; la necedad está en su corazón toda su vida y después de eso la muerte.” Dios quería que Israel amara sobre todas las cosas. David en el 139 dice, “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis ansiedades. Fíjate si voy por un camino que te ofende y guíame por el camino eterno.” ¡Ama a tu prójimo como a ti mismo! El amor es la ética más alta y cumple toda la ley.

3.    La santidad en otros aspectos de la vida (V19-37) Aquí vemos una referencia a los mandamientos 7, 4 y 8 del decálogo. El no cruzar animales, sembrar semillas diferentes en el mismo campo y usar ropa tejido con diferentes hilos tienen que ver con el orden que Dios estableció desde el principio. Dios es un dios de orden y no de caos. Los hilos diferentes más bien tenia que ver los el orden establecido en la adoración. Los sacerdotes y el mismo tabernáculo usaban hilos diferentes para el cobertor de la tienda de reunión y el sacerdote. Recordemos que todo lo que tenia que ver con el santuario incluyendo el servicio sacerdotal era sagrado y no era de uso común. Jacob Milgrom hace esta observación para explicar esta prohibición. El dueño de una esclava prometida a otro en matrimonio no debía tener relaciones sexuales con ella, pero si lo hacia debía presentar una ofrenda de reparación por el pecado cometido. Aquí hay una ley muy interesante y que cuando Israel tomara posesión de la tierra prometida y sembraran árboles frutales solo podían comer el fruto producido el quinto año, los años anteriores les estaba prohibido comerlos pues eran consagrados como ofrenda para Dios. Obedecer este mandamiento les aseguraría que siempre tuviera cosechas en el futuro. Israel tenía terminantemente prohibido practicar la brujería, adivinación, consultar espiritistas y médiums que eran practicas normales en las naciones vecinas.   Además, tampoco se debían cortar el cabello, marcar sus cuerpos, causarse heridas y entregar a sus hijas a prostitución como lo hacían las demás naciones en sus cultos paganos. Dios le pedía a Israel que respetara a sus mayores o ancianos. Por último, la integridad en los negocios era importante. Se les prohibía hacer trampa en medidas de longitud, peso y capacidad. Era una manera de mantener la honestidad y justicia en el comercio. Esta ley protegía la comunidad de los estafadores y ventajosos. 

Y que dice el Nuevo Testamento:

 

1. El Mandato de Ser Santos (Levítico 19:2)

 

“Santos serán, porque santo soy yo, el SEÑOR su Dios.” (Levítico 19:2)

 

1 Pedro 1:15-16“Sino que, así como aquel que los ha llamado es santo, así también sean santos en toda su manera de vivir, porque escrito está: ‘Sean santos, porque yo soy santo.’”

Efesios 5:1“Sean, pues, imitadores de Dios como hijos amados.”

 

2. Amar al Prójimo (Levítico 19:18)

 

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el SEÑOR.” (Levítico 19:18)

 

Mateo 22:39“Y el segundo es semejante: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo.’”

Romanos 13:9“Porque los mandamientos: ‘No cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás’, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resumen: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo.’”

Gálatas 5:14“Porque toda la ley se cumple en esta sola palabra: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo.’”

 

3. Justicia en los Negocios (Levítico 19:35-36)

 

“No cometerán injusticia en medidas de longitud, peso o capacidad. Ustedes deben tener balanzas justas, pesas justas, un efa justo y un hin justo.” (Levítico 19:35-36)

 

Lucas 6:38“Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida buena, apretada, remecida y rebosante. Porque con la medida con que midan, se les volverá a medir.”

Santiago 5:4“Miren, el jornal de los obreros que han cosechado sus campos, el cual han retenido con fraude, clama; y los clamores de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos.”

 

4. No Oprimir al Débil y al Extranjero (Levítico 19:33-34)

 

“Cuando un extranjero habite con ustedes en su tierra, no lo opriman. Como a un nacido entre ustedes lo tratarán, y lo amarás como a ti mismo, porque extranjeros fueron ustedes en la tierra de Egipto.” (Levítico 19:33-34)

 

Hebreos 13:2“No se olviden de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.”

Mateo 25:35“Porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me recibieron.”

 

5. No Robar ni Mentir (Levítico 19:11)

 

“No robarán. No mentirán ni engañarán a su prójimo.” (Levítico 19:11)

 

Efesios 4:25“Por lo cual, desechando la mentira, hablen la verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros.”

Efesios 4:28“El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.”

 

6. No Practicar Adivinación ni Hechicería (Levítico 19:26, 31)

 

“No coman cosa alguna con sangre. No practiquen adivinación ni hechicería.” (Levítico 19:26)

“No se vuelvan a los médiums ni a los adivinos. No los busquen para contaminarse con ellos.” (Levítico 19:31)

 

Hechos 19:19“Muchos de los que habían practicado la magia trajeron sus libros y los quemaron delante de todos.”

Gálatas 5:19-20“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicería…”

 

7. Respetar a los Ancianos (Levítico 19:32)

 

“Ante las canas te levantarás y honrarás el rostro del anciano.” (Levítico 19:32)

 

1 Timoteo 5:1-2“No reprendas con dureza al anciano, sino exhórtalo como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las más jóvenes, como a hermanas, con toda pureza.”

 

 

Como puedes aplicarlo a tu vida:

1.    Demuestra santidad en tu Integridad y Justicia con todos. Sé una persona confiable en el trabajo, en la familia y en la sociedad. No engañes a otros para obtener ventaja. En el mundo laboral, evita prácticas como exagerar información, cobrar de más a un cliente o engañar en un negocio. La integridad construye confianza y refleja el carácter de Dios.

 

2.    Demuestra santidad en tu forma de vivir. La santidad no es solo evitar el pecado, sino vivir de manera que refleje a Dios. No participes en conversaciones tóxicas o chismes. Se un ejemplo de amor, paciencia y dominio propio en casa, en el trabajo y en la comunidad. Pregúntate: ¿Mis acciones, palabras y decisiones diarias muestran que pertenezco a Dios?

 

3.    Demuestra santidad ayudando a los necesitados. Se una persona que ayuda a los pobres, abusados, maltratados y oprimidos en tu comunidad.

 

4.    Demuestra santidad amando a tu prójimo como a ti mismo. Se una persona que perdona y no guarda resentimientos en su corazón. Jesus dijo, “Ustedes, por el contrario, amen a sus enemigos, háganles bien y denles prestado sin esperar nada a cambio. Así tendrán una gran recompensa y serán hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los ingratos y malvados. 36 Sean compasivos, así como su Padre es compasivo.”

Para terminar, el llamado a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos es claro, ¿Y tu? ¿Amas a tu prójimo? Hasta el próximo episodio, si Dios lo permite. Bendiciones!