
Levitico, Una Ventana al Corazon de Dios Podcast
Seguramente te estarás preguntando que relevancia tienen las leyes de Levítico para hoy y como se aplican.
En este podcast exploraremos el libro de la Biblia menos leído, poco entendido y controversial en su aplicación para el cristiano de hoy. Tambien nos ayudara a entender que las leyes son expresiones de los valores del dador de la ley.
Cada semana compartire enseñanzas que aprendi de eruditos, rabinos, pastores y amigos que influenciaron mi estudio y entendimiento de Levítico.
Los invito a descubrir cosas maravillosas que contiene este libro.
A CONTINUACION LES SUGIERO UNA BREVE LISTA DE ALGUNOS
COMENTARIOS QUE RECOMIENDO PARA EL ESTUDIO DE LEVITICO
Levine, B.A. (1989), Leviticus, JPS Torah Commentary (Philadelphia: Jewish Publication Society).
Milgrom, Jacob. (1983), Studies in Cultic Theology and Terminology, Studies in Judaism in Late Antiquity 36 (Leiden: Brill).
Milgrom, Jacob. (2004), Leviticus: A Book of Ritual and Ethics, Continental Commentaries (Minneapolis: Fortress Press).
Tidball, D. (2005), The Message of Leviticus: Free to Be Holy, The Bible Speaks Today (Downers Grove/Leicester: IVP).
Wenham, G. J. (1979), The Book of Leviticus, NICOT (Grand Rapids: Eerdmans).
Morales, L. M. (2015). Who Shall Ascend the Mountain of the Lord?: A Biblical Theology of the Book of Leviticus). NICOT (Apollos; InterVarsity Press).
Rugh, W. W. (1998). Christ in the Tabernacle: Person and work of Jesus Christ. (Woodlawn).
Sacks, Rabbi. Jonathan. (2015). Covenant & Conversation, Volume 3: Leviticus, The Book of Holiness. (Maggid).
Sklar, J. (2014). Leviticus: An Introduction and Commentary. TOTC (Inter-Varsity Press).
Heiser, Michael. S. (2015). The Unseen Realm: Rediscovering the Supernatural Worldview of the Bible. (Lexham Press).
Levitico, Una Ventana al Corazon de Dios Podcast
Cumple Tus Promesas
En este episodio final, “¡Cumple Tus Promesas!", examinaremos el capítulo 27 de Levítico, que trata sobre promesas y las ofrendas dedicadas a Dios. Este capítulo nos revela cómo Israel podía expresar una devoción extraordinaria a través de promesas voluntarias y cómo Dios estableció un sistema para regular el sustento del santuario.
Levítico 27 cierra el libro actuando como un epílogo significativo que aborda los votos y las dedicaciones especiales al Señor. Este capítulo funciona como un puente vital entre la vida religiosa formal del santuario y la vida cotidiana del pueblo de Israel. Este capítulo introduce la dimensión de la devoción personal, mostrando cómo los israelitas podían expresar voluntariamente su compromiso con Dios a través de promesas y ofrendas dedicadas.
La estructura del libro de Levítico sigue un patrón que nos ayuda a entender la ubicación de este capítulo. El libro comienza con el acercamiento a Dios a través de los sacrificios (capítulos 1-7), seguido por la ordenación de los mediadores, los sacerdotes (capítulos 8-10). Luego aborda las leyes de pureza que permiten mantener la santidad (capítulos 11-15), culminando con el Día de la Expiación (capítulo 16). Los capítulos 17-26 contienen el Código de Santidad, estableciendo cómo debe vivir Israel como nación santa. Finalmente, el capítulo 27 muestra cómo la dedicación a Dios puede expresarse en actos voluntarios individuales
Hola amigos, bienvenidos. Gracias por estar aquí para el episodio #30 de Levítico, una Ventana al corazón de Dios. En el episodio anterior, "Bendiciones, Maldiciones y Esperanza," exploramos las bendiciones por la obediencia, maldiciones por la desobediencia y esperanza cuando había arrepentimiento. Cumplir o incumplir el pacto para Israel era como un espejo que reflejaba las consecuencias reales de cada decisión en lo físico y espiritual. Cada decisión conduce a un destino. Israel estaba advertido de las bendiciones por la obediencia y las maldiciones por el quebrantamiento del pacto con Dios.
En este episodio final, “¡Cumple Tus Promesas!", examinaremos el capítulo 27 de Levítico, que trata sobre promesas y las ofrendas dedicadas a Dios. Este capítulo nos revela cómo Israel podía expresar una devoción extraordinaria a través de promesas voluntarias y cómo Dios estableció un sistema para regular el sustento del santuario.
Antes de comenzar, quiero darte las gracias por acompañarme durante este recorrido por Levítico. Este podcast ha sido una labor de amor y fuente de riqueza espiritual para mi vida. No tengo palabras para expresarles como en mi aflicción Dios me ha prosperado y me ha nutrido cada semana mientras preparo cada episodio. Quiero anunciarles que las próximas cuatro semanas hare un breve resumen y entrevistare algunos oyentes. Estas 4 semanas serán una transición a la próxima serie que será Números, Una Ventana Al Corazón de Dios. Números es un libro increíble y lleno de narrativa e historias contundentes e insólitas. Así que los espero y si este contenido te ha beneficiado, por favor compártelo con otros y escribe un comentario en Apple Podcasts o califica el show en Spotify. Tu apoyo ha sido fundamental para este podcast.
Levítico 27 cierra el libro actuando como un epílogo significativo que aborda los votos y las dedicaciones especiales al Señor. Este capítulo funciona como un puente vital entre la vida religiosa formal del santuario y la vida cotidiana del pueblo de Israel. Este capítulo introduce la dimensión de la devoción personal, mostrando cómo los israelitas podían expresar voluntariamente su compromiso con Dios a través de promesas y ofrendas dedicadas.
La estructura del libro de Levítico sigue un patrón que nos ayuda a entender la ubicación de este capítulo. El libro comienza con el acercamiento a Dios a través de los sacrificios (capítulos 1-7), seguido por la ordenación de los mediadores, los sacerdotes (capítulos 8-10). Luego aborda las leyes de pureza que permiten mantener la santidad (capítulos 11-15), culminando con el Día de la Expiación (capítulo 16). Los capítulos 17-26 contienen el Código de Santidad, estableciendo cómo debe vivir Israel como nación santa. Finalmente, el capítulo 27 muestra cómo la dedicación a Dios puede expresarse en actos voluntarios individuales.
Los capítulos 25-27 son una preparación para Israel para cuando lleguen y se establezcan en la tierra prometida. Los votos eran expresiones de gratitud o compromiso que iban más allá de las obligaciones básicas del pacto.
Teológicamente, este capítulo refleja varios principios fundamentales:
1. La soberanía de Dios sobre todo: Al establecer valores para las personas y propiedades dedicadas, Dios afirma su autoridad último sobre toda la creación.
2. La santidad del voto: Los compromisos hechos a Dios no debían tomarse a la ligera, como advierte Eclesiastés 5:4-5: "Cuando hagas un voto a Dios, no tardes en cumplirlo... Es mejor no hacer votos que hacerlos y no cumplirlos".
3. La provisión para los pobres: Al permitir ajustes en los valores según las capacidades económicas, Dios muestra su preocupación por la inclusión de todos en las prácticas devocionales.
4. La distinción entre lo obligatorio y lo voluntario: Mientras que algunos elementos (como los diezmos) eran obligatorios, los votos eran voluntarios, mostrando el balance entre obligación y libertad en la relación con Dios.
5. La redención como concepto teológico: El sistema de rescate de personas y propiedades introduce el concepto de redención que será central en toda la historia bíblica.
Este capítulo cierra Levítico dejándonos con una verdad profunda: Dios desea no solo nuestra obediencia externa, sino también nuestra devoción voluntaria que surge de un corazón agradecido.
Voy a leer el capítulo 27 en la Nueva Versión Internacional y dice:
El Señor ordenó a Moisés: Habla a los israelitas y diles: Cuando alguien quiera hacerle al Señor una promesa especial equivalente al valor de una persona, se aplicará el siguiente cálculo:
Por los varones de veinte a sesenta años se pagarán cincuenta siclos de plata, según el peso oficial del santuario.
Por las mujeres se pagarán treinta siclos de plata.
Por los varones de cinco a veinte años se pagarán veinte siclos de plata, y diez siclos por las mujeres de la misma edad.
Por los niños de un mes a cinco años se pagarán cinco siclos de plata, y tres siclos por las niñas de la misma edad.
Por los varones mayores de sesenta años se pagarán quince siclos de plata, y diez siclos por las mujeres de la misma edad. Si quien hace la promesa es tan pobre que ni el precio estipulado puede pagar, se le hará comparecer ante el sacerdote, el cual fijará el valor a pagar, según los recursos de quien haga la promesa.
Si lo que se presenta como ofrenda al Señor es un animal, este quedará consagrado por haber sido ofrecido al Señor. No podrá cambiarse ni sustituirse un animal bueno por uno malo; tampoco un animal malo por uno bueno. Si se cambia un animal por otro, ambos quedarán consagrados. Si lo que se presenta como ofrenda al Señor es un animal impuro, se llevará el animal ante el sacerdote, quien determinará el valor del animal. El cálculo aplicado por el sacerdote deberá aceptarse, cualquiera que este sea. Si el dueño quiere rescatar el animal, deberá añadir una quinta parte al valor que haya fijado el sacerdote.
Si alguno consagra su casa al Señor, el sacerdote determinará su valor. El cálculo aplicado por el sacerdote deberá aceptarse, cualquiera que este sea. Si el que consagró su casa quiere rescatarla, deberá añadir una quinta parte al valor que haya fijado el sacerdote, y la casa volverá a ser suya.
Si alguno consagra al Señor parte del campo de su heredad familiar, su precio se determinará según la cantidad de semilla que se requiera para sembrarlo, a razón de cincuenta siclos de plata por cada jómer (160kg) de semilla de cebada. Si consagra su campo a partir del año del jubileo, dicho precio se mantendrá; pero si lo consagra después del jubileo, el sacerdote hará el cálculo según el número de años que falten para el próximo jubileo, con el descuento correspondiente. Si el que consagra su campo realmente quiere rescatarlo, deberá añadir una quinta parte al valor que haya fijado el sacerdote, y el campo volverá a ser suyo. Pero si no lo rescata o se lo vende a otro, ya no podrá rescatarlo. Cuando en el jubileo el campo quede libre, será consagrado como campo reservado para el Señor, y pasará a ser propiedad del sacerdote.
Si alguno compra un campo que no sea parte de su heredad familiar y lo consagra al Señor, el sacerdote determinará su precio según el tiempo que falte para el año del jubileo. Ese mismo día, el que consagra el campo pagará el monto de su valor. Es algo consagrado al Señor. En el año del jubileo, el campo volverá a ser parte de la heredad familiar de su dueño anterior. Todo precio se fijará según la medida oficial del santuario, veinte guerás (11.5gr) por cada siclo.
Sin embargo, nadie podrá consagrar la primera cría de su ganado, sea de res o de oveja, pues por derecho las primeras crías pertenecen al Señor. Si se trata de animales impuros, se podrán rescatar pagando el valor fijado por el sacerdote, más una quinta parte. Si no se rescata, se venderá en el precio que el sacerdote haya fijado.
Nadie podrá vender ni rescatar sus bienes, sean hombres, animales o campos, si los ha consagrado como propiedad exclusiva del Señor. Todo cuanto se consagra como propiedad exclusiva del Señores cosa santísima.
Ninguna persona así consagrada podrá ser rescatada, sino que será condenada a muerte.
El diezmo de todo producto del campo, ya sea grano de los sembrados o fruto de los árboles, pertenece al Señor, pues le está consagrado. Si alguien desea rescatar algo de su diezmo, deberá añadir a su valor una quinta parte. En cuanto al diezmo del ganado mayor y menor, uno de cada diez animales contados[i] será consagrado al Señor. El pastor no hará distinción entre animales buenos y malos ni hará sustitución alguna. En caso de cambiar un animal por otro, los dos quedarán consagrados y no se les podrá rescatar.
Estos son los mandamientos que el Señor dio a Moisés para los israelitas en el monte Sinaí.
Gordon Wenham en su comentario de Levítico, nos ayuda a entender nuestra condición humana y nos da un marco de referencia para entender este capítulo y dice, “Frente a la muerte, incluso los ateos más endurecidos son conocidos por orar. A lo largo de la historia humana, cuando los hombres se han encontrado en situaciones desesperadas, han orado pidiendo liberación y han hecho votos a Dios, prometiendo hacer algo para Dios si Él los rescataba. El Antiguo Testamento da varios ejemplos de hombres que hicieron votos en tales circunstancias. Jacob, huyendo de su hermano, ofreció diezmar sus bienes si Dios lo llevaba a casa sano y salvo (Génesis 28:20 en adelante). Israel, después de sufrir una derrota a manos de los cananeos, prometió destruir completamente las ciudades enemigas (Números 21:2). Jonás hizo votos en el vientre del pez (Jonás 2:10 [versículo 9 en algunas versiones])”.
Y Wenham continua diciendo, “Los votos suelen hacerse en el calor del momento. En retrospectiva, cuando la crisis ha pasado, pueden parecer insensatos e innecesarios, y la persona que hizo el voto puede verse tentada a olvidarlo o a cumplirlo solo parcialmente. La Escritura incluye varias advertencias contra tal actitud. Un ejemplo típico de la perspectiva bíblica es Eclesiastés 5:3–4 (4–5), donde dice:
“Cuando hagas un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque a Dios no le agradan los necios. Cumple tus votos. Mejor es que no hagas votos a que hagas un voto y no lo cumplas”
Vamos a desglosar este capítulo en 5 partes de la siguiente manera:
1. Votos relacionados con personas (Levítico 27:1-8)
Son promesas que involucraban dedicar personas al Señor, ya sea la misma persona o a su hijo. Es importante entender que esto no implicaba sacrificio humano, prohibido en Israel, sino una forma de dedicación simbólica que se redimía mediante un pago. El salmo 116:14-18 dice, ¡Tan solo cumpliendo mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo! Mucho valor tiene a los ojos del Señor la muerte de sus fieles. Yo, Señor, soy tu siervo; soy siervo tuyo, hijo de tu sierva; ¡tú has roto mis cadenas! Te ofreceré un sacrificio de gratitud
e invocaré, Señor, tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo.” También recordemos que Ana, lloro y le prometió a Dios que si le daba un hijo, pues ella era estéril entonces ella se lo entregaría a Dios.
Se establecen unas tarifas específicas según edad y género:
- Hombres de 20-60 años: 50 siclos de plata
- Mujeres de 20-60 años: 30 siclos de plata
- Varones de 5-20 años: 20 siclos de plata
- Mujeres de 5-20 años: 10 siclos de plata
- Niños varones de 1 mes a 5 años: 5 siclos de plata
- Niñas de 1 mes a 5 años: 3 siclos de plata
- Hombres mayores de 60 años: 15 siclos de plata
- Mujeres mayores de 60 años: 10 siclos de plata
Estas valuaciones reflejaban el valor económico potencial dentro de aquella sociedad, particularmente relacionado con la capacidad laboral en un contexto agrícola. Sin embargo, el versículo 8 muestra la compasión de Dios: "Si alguien es tan pobre que no puede pagar estos valores, presentará la persona al sacerdote, quien fijará el valor según las posibilidades de quien hizo el voto." Esta provisión aseguraba que incluso los más pobres pudieran expresar su devoción a Dios.
Baruch Levine en su comentario de Levítico da la siguiente explicación por la diferencia de valoración entre hombre y mujer y dice, “La diferenciación de género podría estar vinculada a la productividad, presumiéndose que un varón podía generar mayores ingresos que una mujer. La diferencia en las valoraciones también puede reflejar cierta actitud hacia las mujeres. Sin embargo, es digno de destacar que las mujeres podían participar libremente en el sistema de votos, hecho que es indicado por varias fuentes bíblicas. El ejemplo de Ana hace referencia a que la mujer libremente podía hacer una promesa. Números 30, aclara que una mujer casada puede cumplir su voto si su esposo no se opone y está de acuerdo, pero si se opone lo puede anular y ella quedaría libre de cumplirlo. En el caso de Ana, su esposo estuvo de acuerdo y ella cumplió. Si la mujer era soltera, entonces era su padre quien validaba o invalidaba su voto.
2. Votos relacionados con animales (Levítico 27:9-13)
Esta sección distingue entre animales aptos para el sacrificio y los que no lo eran:
Animales limpios (aptos para el sacrificio, versículos 9-10):
- Si alguien dedicaba un animal apto para el sacrificio, este se consideraba sagrado.
- No se permitía sustituirlo por otro, ni mejor ni peor.
- Si alguien intentaba cambiarlo, tanto el animal original como el sustituto quedaban consagrados.
Esta prohibición evitaba que las personas intentaran reemplazar un animal valioso prometido a Dios por uno de menor calidad, protegiendo así la integridad del sistema sacrificial.
Animales impuros (no aptos para el sacrificio, versículos 11-13):
- Si el animal no era apto para el sacrificio, debía ser presentado al sacerdote.
- El sacerdote determinaba su valor.
- El dueño podía rescatarlo pagando ese valor más un 20%.
Esta provisión permitía dedicar a Dios incluso animales que no podían ser sacrificados (como camellos o asnos), reflejando una devoción que abarcaba todas las posesiones.
3. Votos relacionados con propiedades inmuebles (Levítico 27:14-25)
A. Casas (versículos 14-15)
- Si alguien consagraba su casa, el sacerdote determinaba su valor.
- El dueño podía rescatarla pagando el valor más un 20%.
- Si no la rescataba, la casa pasaba a ser propiedad del santuario permanentemente.
B. Tierras heredadas (versículos 16-21)
- El valor se basaba en la capacidad de producción (medida en "jomer" approx 58 de volumen de medida seca de semilla de cebada).
- El precio completo se aplicaba si la consagración ocurría en el año del jubileo.
- Si se consagraba entre jubileos, el valor se reducía proporcionalmente según los años restantes.
- El dueño podía rescatar la tierra pagando el valor más un 20%.
- Si no la rescataba y se vendía a otro, ya no podía rescatarla.
- En el jubileo, la tierra no volvía al dueño original sino que quedaba consagrada permanentemente como propiedad de los sacerdotes.
Esta regulación era particularmente significativa en Israel, donde la tierra ancestral era fundamental para la identidad familiar y tribal.
C. Tierras compradas (versículos 22-25)
- Si alguien consagraba un campo comprado (no heredado), el sacerdote calculaba su valor hasta el jubileo.
- La persona pagaba ese valor inmediatamente como ofrenda consagrada.
- En el jubileo, el campo volvía a su dueño original (la familia a quien pertenecía como herencia).
Esta distinción protegía el sistema de propiedad familiar en Israel, asegurando que las tierras ancestrales no se perdieran permanentemente fuera de la familia.
4. Excepciones a la redención (Levítico 27:26-29)
A. Primogénitos de animales (versículos 26-27)
- Los primogénitos de animales limpios ya pertenecían al Señor y no podían ser consagrados mediante votos.
- Los primogénitos de animales impuros podían ser rescatados pagando su valor más un 20%.
- Si no se rescataban, debían venderse según la valoración.
Esto reflejaba el principio fundamental de que los primogénitos ya pertenecían a Dios como conmemoración de la liberación de Egipto. Éxodo 13:2 dice, “Conságrame el primogénito de todo vientre. Míos son todos los primogénitos israelitas y todos los primeros machos de sus animales.”
B. Ofrendas "dedicadas a la destrucción" - herem (versículos 28-29)
- Lo que se dedicaba incondicionalmente al Señor, herem- en hebreo y significa prohibido y dedicar y no podía ser vendido ni rescatado.
- Esto incluía personas, animales o propiedades.
- Las personas así dedicadas no podían ser rescatadas, sino que morirían.
El concepto de herem, dedicación completa se refería principalmente a enemigos derrotados en guerra santa, como en la conquista de Canaán. No implicaba sacrificio humano voluntario, sino la ejecución judicial de enemigos declarados de Dios.
5. Los diezmos (Levítico 27:30-34)
A. Diezmos de la tierra (versículos 30-31)
- El diezmo de las cosechas pertenecía al Señor como algo santo.
- Podía ser redimido pagando su valor más un 20%.
B. Diezmos del ganado (versículos 32-33)
- El diezmo del ganado se determinaba haciendo pasar a los animales bajo un bastón.
- Cada décimo animal se consagraba al Señor, sin seleccionar entre buenos y malos.
- Estos animales no podían ser sustituidos ni rescatados.
A diferencia de los votos, que eran voluntarios, los diezmos eran obligatorios, representando el reconocimiento de que todo pertenece ultimadamente a Dios.
Y que dice el Nuevo Testamento:
1. Cristo como nuestro rescate perfecto. Mientras que en Levítico el valor de una persona se medía en términos económicos, Jesús estableció el valor infinito de cada ser humano. Cristo se convirtió en el rescate definitivo, no con plata o siclos según una escala variable, sino con su propia vida, estableciendo el mismo precio infinito para todos, independientemente de edad, género o posición social.
"Porque el Hijo del Hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos." (Marcos 10:45 NVI)
"Porque ya saben que ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto." (1 Pedro 1:18-19 NVI)
2. Cristo como sacrificio perfecto e insustituible. La prohibición de sustituir un animal consagrado encuentra su cumplimiento perfecto en Cristo. No hay sustituto para el sacrificio de Cristo; es único, perfecto y definitivo.
"Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien dio su vida como rescate por todos." (1 Timoteo 2:5-6 NVI)
"Pero este sacerdote [Jesús], después de ofrecer por los pecados un solo sacrificio para siempre, se sentó a la derecha de Dios... porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando." (Hebreos 10:12,14 NVI)
No hay sustituto para el sacrificio de Cristo; es único, perfecto y definitivo.
3. Cristo y nuestra herencia eterna. La distinción entre tierras heredadas y compradas, y su regreso en el jubileo, apunta a la herencia eterna que tenemos en Cristo. Así como el sistema del jubileo aseguraba que la tierra finalmente volviera a su dueño original, Cristo asegura que nuestra herencia espiritual está garantizada y no se puede perder.
(1 Pedro 1:3-4 NVI)
"Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que, según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva y recibamos una herencia que jamás podrá destruirse, corromperse ni marchitarse. Dicha herencia está reservada en el cielo para ustedes." (1 Pedro 1:3-4 NVI)
Efesios 1:13-14 NVI
"También ustedes, por haber oído la palabra de verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y por haber creído en él, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido. Este garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria."
Mateo 5:3 y 5
“Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece…
Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia.”
4. Cristo y nuestra consagración total. El concepto de herem (dedicación total) fue completamente cumplido por Cristo. El no fue rescatado de la muerte sino murió cumpliendo así su entrega y dedicación total y absoluta al Padre.
Mateo:27:45-50
Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde[h] toda la tierra quedó en oscuridad. Como a las tres de la tarde,[i]Jesús gritó con fuerza:
—Elí, Elí,[j] ¿lema sabactani? —que significa “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.[k]
Cuando lo oyeron, algunos de los que estaban allí dijeron:
—Está llamando a Elías.
Al instante uno de ellos corrió en busca de una esponja. La empapó en vinagre, la puso en una vara y se la ofreció a Jesús para que bebiera. Los demás decían:
—Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo.
Entonces Jesús volvió a gritar con fuerza y entregó su espíritu.
5. Cristo y nuestra generosidad. Aunque Jesús no abolió el concepto del diezmo, lo elevó al principio más amplio de la generosidad que fluye del corazón. En Cristo, nuestra ofrenda no se limita a un porcentaje específico de nuestros bienes, sino que abarca toda nuestra vida como un acto de adoración.
Mateo 23:23 NVI
"¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que dan la décima parte de sus especias: la menta, el anís y el comino. Pero han descuidado los asuntos más importantes de la ley, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad. Debían haber practicado esto sin descuidar aquello."
Y como podemos aplicar estas leyes a nuestra vida:
1. Llamados a cumplir las promesas que hacemos. Las promesas hechas a Dios deben tomarse con seriedad y cumplirse fielmente. Como creyentes, debemos ser personas de palabra, especialmente en compromisos que involucran nuestra fe y ministerio.
"Todo lo que hagas, hazlo con todo el corazón, como para el Señor y no para los hombres, consciente de que el Señor te recompensará con la herencia. Tú estás sirviendo a Cristo el Señor." (Colosenses 3:23-24 NVI)
"Así que, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios." (Romanos 12:1 NVI)
“También han oído que se dijo a sus antepasados: “No faltes a tu juramento, sino cumple con tus promesas al Señor”… Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y cuando digan “no”, que sea no.” Mateo 5:33 y 37
2. Llamados a La generosidad como expresión de gratitud. Nuestra generosidad hacia Dios y los demás debe fluir de un corazón agradecido por lo que Él ha hecho por nosotros.Debemos dar generosamente no por obligación o para ganar favor, sino como respuesta natural al amor y gracia de Dios.
"Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría." (2 Corintios 9:7 NVI)
"Acuérdense de esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará." (2 Corintios 9:6 NVI)
"Ustedes ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que, aunque era rico, por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos." (2 Corintios 8:9 NVI)
3. Llamados a una consagración total a Cristo. Cristo llama a sus seguidores a una entrega completa, no parcial. Nuestra vida cristiana debe caracterizarse por una consagración radical que pone a Cristo por encima de todo lo demás.
"Si alguno quiere ser mi discípulo —les dijo—, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz cada día y me siga." (Lucas 9:23 NVI)
"El que ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí." (Mateo 10:37 NVI)
Al llegar al final de nuestro estudio de Levítico 27, hemos completado un viaje extraordinario a través de todo el libro de Levítico. Comenzamos explorando cómo acercarse a un Dios santo a través de los sacrificios y ofrendas, y terminamos ahora viendo cómo expresar devoción voluntaria más allá de las obligaciones básicas del pacto.
Este capítulo final sobre los votos y las dedicaciones especiales muestra que Dios no solo busca nuestra obediencia externa a sus mandamientos, sino también nuestro corazón. Los votos representan esos momentos en que decidimos ir más allá de lo requerido, expresando gratitud, devoción y compromiso extraordinario. Son un eco del corazón que dice: "Todo lo que tengo es tuyo, Señor."
Para nosotros hoy, Levítico 27 nos invita a preguntarnos: ¿Estamos dispuestos a ir más allá de lo mínimo en nuestra relación con Dios? ¿Reconocemos que todo lo que tenemos le pertenece realmente a Él? ¿Expresamos nuestra gratitud y devoción de maneras concretas y costosas?
Como seguidores de Cristo, ya no estamos bajo el sistema de votos y redenciones del Antiguo Testamento, pero los principios espirituales permanecen: la santidad de nuestros compromisos con Dios, la administración fiel de todo lo que Él nos ha dado, la generosidad como expresión de gratitud, la consagración total a Cristo y el reconocimiento del valor infinito de cada persona.
Para terminar, “Te dejo con esta inquietud: ¿Tu compromiso con Dios reflejan palabras vacías o una vida verdaderamente entregada en adoración y gratitud?”
Hasta la próxima semana, si Dios lo permite. ¡Dios los bendiga!