
Levitico, Una Ventana al Corazon de Dios Podcast
Seguramente te estarás preguntando que relevancia tienen las leyes de Levítico para hoy y como se aplican.
En este podcast exploraremos el libro de la Biblia menos leído, poco entendido y controversial en su aplicación para el cristiano de hoy. Tambien nos ayudara a entender que las leyes son expresiones de los valores del dador de la ley.
Cada semana compartire enseñanzas que aprendi de eruditos, rabinos, pastores y amigos que influenciaron mi estudio y entendimiento de Levítico.
Los invito a descubrir cosas maravillosas que contiene este libro.
Si tienes una pregunta, la puedes enviar a podcastdelevitico@gmail.com
A CONTINUACION LES SUGIERO UNA BREVE LISTA DE ALGUNOS
COMENTARIOS QUE RECOMIENDO PARA EL ESTUDIO DE LEVITICO
Levine, B.A. (1989), Leviticus, JPS Torah Commentary (Philadelphia: Jewish Publication Society).
Milgrom, Jacob. (1983), Studies in Cultic Theology and Terminology, Studies in Judaism in Late Antiquity 36 (Leiden: Brill).
Milgrom, Jacob. (2004), Leviticus: A Book of Ritual and Ethics, Continental Commentaries (Minneapolis: Fortress Press).
Tidball, D. (2005), The Message of Leviticus: Free to Be Holy, The Bible Speaks Today (Downers Grove/Leicester: IVP).
Wenham, G. J. (1979), The Book of Leviticus, NICOT (Grand Rapids: Eerdmans).
Morales, L. M. (2015). Who Shall Ascend the Mountain of the Lord?: A Biblical Theology of the Book of Leviticus). NICOT (Apollos; InterVarsity Press).
Rugh, W. W. (1998). Christ in the Tabernacle: Person and work of Jesus Christ. (Woodlawn).
Sacks, Rabbi. Jonathan. (2015). Covenant & Conversation, Volume 3: Leviticus, The Book of Holiness. (Maggid).
Sklar, J. (2014). Leviticus: An Introduction and Commentary. TOTC (Inter-Varsity Press).
Heiser, Michael. S. (2015). The Unseen Realm: Rediscovering the Supernatural Worldview of the Bible. (Lexham Press).
A CONTINUACION LES SUGIERO UNA BREVE LISTA DE ALGUNOS
COMENTARIOS QUE RECOMIENDO PARA EL ESTUDIO DE NÚMEROS
Sacks, Rabbi. Jonathan. (2017). Covenant & Conversation, Volume 4: Numbers, The Wilderness Years. (Maggid).
Milgrom, Jacob. (1989), Numbers, JPS Torah Commentary (Philadelphia: Jewish Publication Society).
Wenham, Gordon, J. (2008). Numbers: An Introduction and Commentary. TOTC (Inter-Varsity Press).
Pakula, M. (2006). Numbers: Homeward Bound. (P. Barnett, Ed). Aquila Press.
Cole, R. D. (2000). Numbers. Vol. 38. (Broadman & Holman Publishers).
Woodall, C. (2023). Messiah in the Mishkan: From Shadow to Substance and Beyond. Wipf and Stock.
Levitico, Una Ventana al Corazon de Dios Podcast
Cristo Brilla En Levítico
En este episodio, Cristo Brilla En Levítico, hare un recorrido por el libro exaltando la obra maravillosa de Cristo. Las propias palabras de Jesús nos sirven para mirar como la Ley apuntan a él y su obra extraordinaria por nosotros. Voy a leer el capítulo 24 del evangelio de Lucas como contexto para que podamos ver como Cristo y su obra majestuosa brilla gloriosamente en la Ley de Moisés, particularmente en Levítico. Este libro contiene leyes ceremoniales, morales y rituales que Dios dio a Moisés para el pueblo de Israel. Estas leyes, aunque parecen estrictas y a veces difíciles de entender desde nuestra perspectiva moderna, tenían un propósito específico en la historia de la salvación. Jesús no vino a abolir estas leyes sino a cumplirlas plenamente. Como dice Romanos 10:4: “De hecho, Cristo es la culminación de la Ley para que todo el que cree sea justificado.”
Hola amigos, bienvenidos. Gracias por estar aquí para el episodio #31 de Levítico, una Ventana al corazón de Dios. En el episodio anterior, “¡Cumple Tus Promesas!", examinamos el capítulo 27 de Levítico, que trataba sobre promesas y las ofrendas dedicadas a Dios. Era una manera extraordinaria para que Israel pudiera expresar devoción a su Dios a través de promesas voluntarias y al mismo tiempo poder participar activamente en el sustento del santuario.
En este episodio, Cristo Brilla En Levítico, hare un recorrido por el libro exaltando la obra maravillosa de Cristo. Las propias palabras de Jesús nos sirven para mirar como la Ley apuntan a él y su obra extraordinaria por nosotros. Voy a leer el capítulo 24 del evangelio de Lucas como contexto para que podamos ver como Cristo y su obra majestuosa brilla gloriosamente en la Ley de Moisés, particularmente en Levítico.
Voy a leer de la Nueva Versión Internacional y dice;
El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro, llevando las especias aromáticas que habían preparado. Encontraron que había sido removida la piedra que cubría el sepulcro y, al entrar, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras se preguntaban qué habría pasado, se les presentaron dos hombres con ropas resplandecientes. Asustadas, se postraron hasta tocar el suelo con su rostro, pero ellos dijeron:
¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que vive? No está aquí; ¡ha resucitado! Recuerden lo que dijo cuando todavía estaba con ustedes en Galilea: El Hijo del hombre tiene que ser entregado en manos de hombres pecadores y ser crucificado, pero al tercer día resucitará.
Entonces ellas se acordaron de las palabras de Jesús. Al regresar del sepulcro, les contaron todas estas cosas a los once y a todos los demás. Las mujeres eran María Magdalena, Juana, María la madre de Santiago y las demás que las acompañaban. Pero a los discípulos el relato les pareció una tontería, así que no les creyeron. Pedro, sin embargo, salió corriendo al sepulcro. Se asomó y vio solo las vendas de tela de lino. Luego volvió a su casa, extrañado de lo que había sucedido.
Aquel mismo día, dos de ellos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. Iban conversando sobre todo lo que había acontecido. Sucedió que, mientras hablaban y discutían, Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos; pero no lo reconocieron, pues sus ojos estaban velados.
¿Qué vienen discutiendo por el camino? preguntó.
Se detuvieron, cabizbajos. Uno de ellos, llamado Cleofas, le dijo:
¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no se ha enterado de todo lo que ha pasado recientemente? ¿Qué es lo que ha pasado? —preguntó.
Ellos respondieron: Lo de Jesús de Nazaret. Era un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo. Los jefes de los sacerdotes y nuestros gobernantes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron; pero nosotros abrigábamos la esperanza de que era él quien redimiría a Israel. Es más, ya hace tres días que sucedió todo esto. También algunas mujeres de nuestro grupo nos dejaron asombrados. Esta mañana, muy temprano, fueron al sepulcro, pero no hallaron su cuerpo. Cuando volvieron, nos contaron que se les habían aparecido unos ángeles quienes les dijeron que él está vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron después al sepulcro y lo encontraron tal como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron.
¡Qué torpes son ustedes, les dijo, y qué tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas! ¿Acaso no tenía que sufrir el Cristo estas cosas antes de entrar en su gloria? Entonces, comenzando por Moisés y por todos los Profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo adonde se dirigían, Jesús hizo como que iba más lejos. Pero ellos insistieron:
Quédate con nosotros que está atardeciendo, pronto será de noche.
Así que entró para quedarse con ellos. Luego, estando con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció. Se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras? Al instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron a los once y a los que estaban reunidos con ellos. ¡Es cierto! decían, El Señor ha resucitado y se le ha aparecido a Simón.
Los dos, por su parte, contaron lo que les había sucedido en el camino y cómo habían reconocido a Jesús cuando partió el pan. Todavía estaban ellos hablando acerca de esto, cuando Jesús mismo se puso en medio de ellos y dijo: ¡La paz sea con ustedes! Aterrorizados, creyeron que veían a un espíritu. ¿Por qué se asustan tanto? preguntó. ¿Por qué les vienen dudas? Miren mis manos y mis pies. ¡Soy yo mismo! Tóquenme y vean; un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que los tengo yo. Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Como ellos no acababan de creerlo a causa de la alegría y del asombro, preguntó: ¿Tienen aquí algo de comer? Le dieron un pedazo de pescado asado, así que lo tomó y se lo comió delante de ellos. Luego dijo: Cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos. Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras. Esto es lo que está escrito, les explicó, que el Cristo padecerá y resucitará al tercer día; en su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. Ustedes son testigos de estas cosas. Ahora voy a enviarles lo que ha prometido mi Padre, pero ustedes quédense en la ciudad hasta que sean revestidos del poder de lo alto. (Lucas 24:1-49)
El Señor les explicó como la Ley de Moisés o sea el pentateuco, los Profetas y los Salmos hablaban y apuntaban a él. Es la razón que me parece tan importante estudiar y mirar muy de cerca la Tora o la Ley de Moisés para entender mejor la obra de nuestro Salvador. Cuando ignoramos estos libros que parecen tan tediosos e imposibles de entender, nos perdemos de la riqueza espiritual y el entendimiento que nos proporcionan para entender mejor el Nuevo Testamento.
Vamos a comenzar.
El libro de Levítico contiene leyes ceremoniales, morales y rituales que Dios dio a Moisés para el pueblo de Israel. Estas leyes, aunque parecen estrictas y a veces difíciles de entender desde nuestra perspectiva moderna, tenían un propósito específico en la historia de la salvación. Jesús no vino a abolir estas leyes sino a cumplirlas plenamente. Como dice Romanos 10:4: “De hecho, Cristo es la culminación de la Ley para que todo el que cree sea justificado.” A continuación, analizaremos cómo Jesús cumplió las diversas leyes de Levítico.
Levítico 1-7: Las Ofrendas
En los primeros capítulos de Levítico, Dios estableció el sistema de sacrificios y ofrendas para que su pueblo se pudiera acercarse a Él en su Santa Morada, el Santuario. Estos sacrificios incluían holocaustos, ofrendas de cereales, ofrendas de paz, ofrendas de purificación y ofrendas de reparación. Nadie podía visitar o acercarse al Rey, sin primero cumplir con los requisitos que El mismo exigió.
Jesús cumplió completamente el sistema de sacrificios al convertirse él mismo en el sacrificio perfecto y definitivo.
1. Asi como la ofrenda quemada, Olah, permitía el acercamiento a Dios por la expiación de los pecados, Jesús se entregó voluntariamente y totalmente como sacrificio perfecto una vez y para siempre. Hebreos 10:8-10 dice, “Primero dijo: «Sacrificios y ofrendas, holocaustos y sacrificios por el pecado no te complacen ni fueron de tu agrado», a pesar de que la Ley exigía que se ofrecieran. Luego añadió: «Aquí me tienes: He venido a hacer tu voluntad». Así quitó lo primero para establecer lo segundo. Y en virtud de esa voluntad somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre.”
2. Asi como La ofrenda de cereal, Minchah, se ofrecía con sal en gratitud por la provisión de Dios y recordatorio del pacto, Jesús en la última cena “tomó pan , después de dar gracias, lo partió, se lo dio a ellos y dijo:
Esto es mi cuerpo, entregado por ustedes; hagan esto en memoria de mí.” (Lucas 22:19)
3. Así como la ofrenda de sacrificio de comunión o paz, “zevah shelamim” era una cena entre Dios, oferente y sacerdote, Jesús es nuestra paz y por medio de su sacrificio nos reconcilió con Dios, restaurando la comunión que el pecado había roto. (Efe 2:14-16)
4. Así como la ofrenda de sacrificio de purificación (Chattat) expiaba el pecado no intencional, Jesús, mediante su sangre, limpia nuestra conciencia, borra nuestro pecado y nos santifica para vivir en comunión con Dios. “La sangre de machos cabríos y de toros, y las cenizas de una novilla rociadas sobre los que están impuros, los santifican de modo que quedan limpios por fuera. ¡Cuánto más la sangre de Cristo, quien por el Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, limpiará nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, a fin de que sirvamos al Dios viviente!” (Heb 9:13-14)
5. Así como la ofrenda de reparación (Asham) pagaba la deuda incurrida por el pecado contra Dios y otros, Jesús, pagó completamente nuestra deuda adquirida por el pecado y restauró nuestra relación con Dios y nos abrió el camino a la vida justa. Antes de recibir esa circuncisión, ustedes estaban muertos en sus transgresiones. Sin embargo, Dios nos[b] dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados 14 y anular la deuda[c] que teníamos pendiente por los requisitos de la Ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz. (Col 2:13-14)
6. Así como El fuego siempre debía arder y nunca apagarse sobre el altar, Jesúspermanece para siempre, su sacerdocio es imperecedero. Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos. (Heb 7:24-25)
7. Así como el castigo de ser eliminado de su pueblo, “Karet” se implementaba por diferentes violaciones a la ley, Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, sufrió fuera de la puerta de la ciudad. (Heb 13:12)
Levítico 8-10: El Sacerdocio
Estos capítulos detallan la consagración de Aarón y sus hijos como sacerdotes, sus primeros sacrificios y las normas que debían seguir en su ministerio.
Jesús cumplió las leyes del sacerdocio levítico al convertirse en nuestro eterno Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec (Hebreos 6:20). A diferencia de los sacerdotes levíticos que servían temporalmente y luego morían, el sacerdocio de Jesús es permanente (Hebreos 7:23-25). Él no necesitaba ofrecer sacrificios por sus propios pecados porque era perfecto y sin pecado, y su sacrificio fue ofrecido una sola vez para siempre.
8. Así como los sumos sacerdotes eran apartados y consagrados al servicio de Dios, Jesús, fue consagrado por Dios, ungido por el Espíritu Santo, ofreció su cuerpo como sacrificio perfecto, y se convirtió nuestro Sumo Sacerdote perfecto y eterno ante el trono de Dios.
Hebreos 7:26-27 (NVI)
“Así convenía que tuviéramos un sumo sacerdote como este: santo, irreprochable, puro, apartado de los pecadores y exaltado por encima de los cielos. Él no tiene necesidad de ofrecer sacrificios día tras día, como lo hacen los sumos sacerdotes, primero por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque él ofreció el sacrificio una sola vez y para siempre, cuando se ofreció a sí mismo.”
Lucas 3:21-22 (NVI) (Su unción con el Espíritu Santo)
“Un día en que todos acudían a Juan para que los bautizara, Jesús fue bautizado también. Y mientras oraba, se abrió el cielo, y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz del cielo: ‘Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo’.”
Hebreos 4:14 (NVI)
“Por lo tanto, ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha atravesado los cielos, aferrémonos a la fe que profesamos.”
9. Así como el sumo sacerdote y sus hijos comenzaron su ministerio, Jesús, comenzó su ministerio como mediador del nuevo pacto en su sangre,
Hebreos 9:11-12 (NVI)
“Cuando Cristo vino como sumo sacerdote de los bienes definitivos, a través de un tabernáculo más excelente y perfecto, no hecho por manos humanas, es decir, no de esta creación, entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo, no con sangre de machos cabríos ni de becerros sino con su propia sangre, logrando así una redención eterna.”
10.Así como Nadab Y abiu murieron por su desobediencia, Jesús, por el contrario, “En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte y fue escuchado por su temor reverente. Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a obedecer. Al ser así perfeccionado, llegó a ser autor de salvación eterna para todos los que le obedecen y Dios lo nombró sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.” (Heb 5:7-10)
(Filipenses 2:7-8)
Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!
Levítico 11-15: Las Leyes de Pureza
Estas leyes trataban sobre animales puros e impuros, la purificación después del parto, enfermedades de la piel, contaminación por moho y diversos flujos corporales.
Jesús invirtió completamente el principio general de contaminación ceremonial. En el sistema levítico,
11.Asi como lo impuro contaminaba lo puro, Jesús, al contrario, siendo "puro" en todos los sentidos, limpiaba al impuro cuando lo tocaba y no se contaminaba de impureza. (Lucas 5:12-14
12.Así como la ley exigía pureza externa, Jesús, elevo el estandar, siendo perfecto en todo.
(Hebreos 4:15)
Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.
13.Así como los sacerdotes y los Israelitas podían entrar en un estado de impureza ritual por la comida, enfermedades de piel y cadáveres, Jesús por el contrario sanaba leprosos y enfermos, resucitaba muertos y declaro todos los alimentos puros.
Levítico 16: El Día de la Expiación
Este capítulo describe el Día de la Expiación anual, cuando el sumo sacerdote entraba en el Lugar Santísimo para hacer expiación por el mismo y por todo el pueblo.
14.Así como el sumo sacerdote entraba al santuario hecho con manos humanas, Jesús, entro en el verdadero santuario en el cielo mismo para presentarse ante Dios a nuestro favor (Hebreos 9:24).
15.Así como el sacrificio de expiación se ofrecía anualmente, Jesús con su propio y único sacrificio hizo perfectos para siempre a los que han sido santificados (Hebreos 10:14).
16.Así como el sumo sacerdote ofrecía sacrificios por sus propios pecados y los de Israel en el día expiación, Jesús, por el contrario, como sumo sacerdote perfecto y sin mancha se entregó a sí mismo como sacrificio perfecto, cargando sobre si nuestro pecado y pagando la deuda que habíamos adquirido por nuestro pecado
17.así como el macho cabrío vivo fue llevado fuera del campamento cargando los pecados de Israel, Jesus, cargo nuestros pecados sobre si mismo
Levítico 17-22: Leyes de Santidad
Estos capítulos contienen varias leyes sobre la santidad, incluyendo prohibiciones sobre prácticas sexuales ilícitas, normas para los sacerdotes, festivales religiosos y diversos mandamientos morales.
La expresión "sean santos porque yo El Señor su Dios, soy santo" (Levítico 19:2) resume el énfasis de estos capítulos.
18.
Así como la ley estipulaba que la sangre fue dada por Dios sobre el altar para el perdón de los pecados, Jesús derramo su sangre del pacto para el perdón de pecados. (Mat 26:28)
19.
Así como todo Israel era llamado a la santidad, Jesús cumplió estas leyes al vivir una vida perfectamente santa (1 Pedro 1:15-16).
20.Así como la ley prohibía la adivinación, prácticas ocultistas y la adoracion a demonios Jesús demostró su autoridad sobre los espíritus impuros y desarmo a los poderes y autoridades.
Levítico 23-25: Las Fiestas y Años Especiales
Estos capítulos describen el calendario de Dios, las fiestas anuales de Israel, las normas para el tabernáculo, y los años sabáticos y de jubileo.
Jesús cumplió el significado espiritual de cada una de estas fiestas:
· Como Señor del Sabbat, restauró el verdadero propósito que era el descanso, adoración y hacer el bien (Lucas 6:5)
· Como Cordero Pascual, fue sacrificado por nuestros pecados (1 Corintios 5:7)
· Como Pan de Vida, cumplió la Fiesta de los Panes sin Levadura (Juan 6:35)
· Su resurrección inauguró una nueva creación, cumpliendo la Fiesta de las Primicias
· El envío del Espíritu Santo en Pentecostés cumplió la Fiesta de las Semanas
· Su regreso futuro cumplirá las fiestas de otoño: Trompetas, Expiación y Tabernáculos
Respecto al año de jubileo, Jesús anunció su cumplimiento cuando leyó de Isaías en la sinagoga de Nazaret: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor" (Lucas 4:18-19, NVI).
Levítico 26-27: Bendiciones, Maldiciones y Votos
Estos capítulos finales describen las bendiciones por la obediencia, las maldiciones por la desobediencia y las leyes sobre los votos y diezmos.
Jesús asumió sobre sí mismo la maldición de la ley para que nosotros pudiéramos recibir la bendición: "Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: 'Maldito todo el que es colgado de un madero'" (Gálatas 3:13, NVI).
El amor de Cristo y su sacrificio permiten que el requisito de la ley se cumpla en nosotros, "que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu" (Romanos 8:4). Como Pablo escribió: "El amor no hace mal al prójimo; por tanto, el amor es el cumplimiento de la ley" (Romanos 13:10).
Conclusión
Jesús no abolió la ley de Moisés; la cumplió perfectamente. Como maestro, enseñó a obedecer la Ley (Mateo 22:35-40) y como practicante, la cumplió en su vida (Juan 8:46). Al vivir una vida perfecta, Jesús cumplió las leyes morales; en su muerte sacrificial, cumplió las leyes ceremoniales
El Nuevo Pacto que Jesús inauguró no elimina la importancia de la ley, sino que revela su verdadero propósito: mostrarnos nuestra necesidad de un Salvador y señalar a Cristo. A través de su Espíritu, ahora podemos cumplir el propósito espiritual de la ley: amar a Dios y amar a nuestro prójimo, temas fundamentales en Levítico.
Como dijo Jesús: "No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos, sino a darles cumplimiento." (Mateo 5:17, NVI). La obra de Cristo no solo cumplió las demandas de la ley, sino que también proporcionó el poder para que vivamos según el espíritu de la ley.
Quiero recordarles que estamos en las cuatro semanas de transición para comenzar la próxima serie que será Números, Una Ventana Al Corazón de Dios. Números es un libro increíble y lleno de leyes, narrativa e historias contundentes e insólitas. ¡Así que los espero! Quiero pedirte un favor, si este contenido te ha beneficiado, por favor compártelo con otros y escribe un comentario en Apple Podcasts o califica el show en Spotify. Tu apoyo ha sido fundamental para este podcast.
Y por último quiero dejarlos con estas palabras del Rabino Lord Jonathan Sacks, que expresan el corazón de Dios en Levítico, “Vayiakra es el porque la Ley necesita amor y el amor necesita ley.”
Hasta la próxima semana, si Dios lo permite. Bendiciones!