Levitico, Una Ventana al Corazon de Dios Podcast

#39. Portadores de Su Presencia: El Honor Invisible del Siervo Fiel

Liliana Alvarez Season 2 Episode 39

En este episodio, “Portadores de Su Presencia: El Honor Invisible Del Siervo Fiel,” exploraremos las responsabilidades que tenía cada clan levita para transportar el tabernáculo a través del desierto rumbo a la tierra prometida. Veremos la ubicación de cada clan alrededor del tabernáculo y las tareas específicas que debían realizar al desarmarlo, trasladarlo y volver a levantarlo en el lugar designado. Como puedes imaginar, todo esto requería una planificación extraordinaria e instrucciones claras para todo Israel, sin importar a qué tribu pertenecieran.

Cada grupo tenía una ubicación especifica, una tarea precisa, y juntos formaban un anillo de protección y servicio alrededor del tabernáculo. Su ubicación alrededor del santuario y sus funciones no eran casuales: reflejaban el orden, la santidad y la cercanía progresiva hacia la presencia de Dios.

Imagina una gran producción teatral itinerante. Detrás del telón, hay personas que no están bajo los reflectores, pero sin ellos el espectáculo no podría suceder. Unos instalan las luces, otros transportan el vestuario, otros ensamblan el escenario. Cada uno conoce su rol, lo respeta, y lo ejecuta con precisión porque saben que lo que hacen contribuye a algo más grande que ellos mismos.

Números 4 nos revela que el servicio a Dios también tiene bastidores o personas tras el telón. Cuando la gloria de Dios se trasladaba en el desierto, no era una simple mudanza: era un acto sagrado. Había hombres llamados por nombre que cargaban lo santo, y lo hacían con temor reverente. Cuando la presencia de Dios se movía y se trasladaba, los levitas tenían el sagrado deber de cargarla.

Hola amigos, bienvenidos. Gracias por estar aquí para el episodio #39 de "Números: Una Ventana al Corazón de Dios". En el episodio anterior, Llamado a Servir A Dios, miramos el llamado de Dios a los levitas para su servicio. En estos primeros capítulos todo giraba alrededor de la organización de Israel para su viaje por el desierto, comenzando con el pueblo y luego con los levitas. Mientras que las demás tribus fueron distribuidas alrededor del tabernáculo según sus familias y posiciones, los levitas recibieron un lugar especial, justo al lado del santuario. ¿Por qué? Porque los levitas no fueron contados como las demás tribus; ellos fueron apartados exclusivamente para el servicio del Señor. 

Recordemos que en lugar de herencia o territorio, a los levitas se les asignó una tarea sagrada: cuidar el tabernáculo, sus utensilios, y ayudar en los deberes del culto. También recordemos que Levi tuvo 3 hijos, Guersón, Coat y Merari. Todos los levitas redimidos descendían de estos tres clanes, incluyendo Aaron y sus hijos y Moisés. Cada grupo tenía una ubicación especifica, una tarea precisa, y juntos formaban un anillo de protección y servicio alrededor del tabernáculo. Su ubicación alrededor del santuario y sus funciones no eran casuales: reflejaban el orden, la santidad y la cercanía progresiva hacia la presencia de Dios. Enoc, nos enseno esto la semana pasada. En este episodio, “Portadores de Su Presencia: El Honor Invisible Del Siervo Fiel,” exploraremos las responsabilidades que tenía cada clan levita para transportar el tabernáculo a través del desierto rumbo a la tierra prometida. Veremos la ubicación de cada clan alrededor del tabernáculo y las tareas específicas que debían realizar al desarmarlo, trasladarlo y volver a levantarlo en el lugar designado. Como puedes imaginar, todo esto requería una planificación extraordinaria e instrucciones claras para todo Israel, sin importar a qué tribu pertenecieran.

Voy a leer el capitulo 4 de la Nueva Versión Internacional y dice,

El Señor dijo a Moisés y a Aarón: Hagan un censo, por clanes y por familias patriarcales, de los levitas que descienden de Coat. Incluye en él a todos los varones de treinta a cincuenta años que sean aptos para servir en la Tienda de reunión.

El ministerio de los coatitas en la Tienda de reunión consiste en cuidar de las cosas más sagradas. Cuando los israelitas deban ponerse en marcha, Aarón y sus hijos entrarán en el santuario y descolgarán la cortina que lo resguarda, y con ella cubrirán el arca con las tablas del pacto. Después la cubrirán con piel resistente[a] y con un paño color azul, y le colocarán las varas para transportarla.

Sobre la mesa de la Presencia extenderán un paño color azul y colocarán los platos, las bandejas, los tazones y las jarras para las ofrendas líquidas. También estará allí el pan de la ofrenda permanente. Sobre todo esto extenderán un paño escarlata. Luego cubrirán la mesa con piel resistente y le colocarán las varas para transportarla.

Con un paño color azul cubrirán el candelabro y sus lámparas, cortapabilos, braseros y utensilios que sirven para suministrarle aceite. Después cubrirán el candelabro y todos sus accesorios con piel resistente, y lo colocarán sobre las andas.

Extenderán un paño color azul sobre el altar de oro, lo cubrirán con piel resistente y le colocarán las varas para transportarlo.

Envolverán en un paño color azul todos los utensilios con los que ministran en el santuario, los cubrirán con piel resistente, y luego los colocarán sobre las andas.

Quitarán las cenizas del altar del holocausto y lo cubrirán con un paño carmesí. Sobre el altar pondrán todos los utensilios que usan en su ministerio: braseros, tenedores, tenazas, tazones y todos los utensilios del altar. Luego lo cubrirán con piel resistente y le colocarán las varas para transportarlo.

Cuando Aarón y sus hijos hayan terminado de cubrir el santuario y todos sus accesorios, los israelitas podrán ponerse en marcha. Entonces vendrán los coatitas para transportar el santuario, pero sin tocarlo para que no mueran. También transportarán los objetos que están en la Tienda de reunión.

En cambio, Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, estará a cargo del aceite para el candelabro, del incienso aromático, de la ofrenda permanente de cereal y del aceite de la unción. Además, cuidará del santuario y de todos sus utensilios».

El Señor dijo a Moisés y a Aarón: Asegúrense de que los clanes de Coat no vayan a ser eliminados de la tribu de Leví. Para que no mueran cuando se acerquen a las cosas más sagradas, deberán hacer lo siguiente: Aarón y sus hijos asignarán a cada uno lo que deba hacer y transportar. Pero los coatitas no mirarán ni por un momento las cosas sagradas para que no mueran».

Ministerio de los guersonitas

El Señor dijo a Moisés: Haz también un censo de los guersonitas por clanes y por familias patriarcales. Incluye a todos los varones de treinta a cincuenta años que sean aptos para servir en la Tienda de reunión.

El ministerio de los clanes guersonitas consiste en encargarse del transporte. Llevarán las cortinas del santuario, la Tienda de reunión, su toldo, la cubierta de piel resistente que va encima y la cortina de la entrada a la Tienda de reunión. También transportarán el cortinaje del atrio y la cortina que está a la entrada del atrio que rodea el santuario y el altar, junto con las cuerdas y todos los utensilios necesarios para su servicio. Deberán ocuparse de todo lo relacionado con estos. Todo su trabajo, ya sea transportando los utensilios o sirviendo en la Tienda, deberán hacerlo bajo la dirección de Aarón y de sus hijos. Ellos les asignarán la responsabilidad de lo que deben transportar. El servicio de los clanes de Guersón en la Tienda de reunión será supervisado por Itamar, hijo del sacerdote Aarón.

Ministerio de los meraritas

Haz un censo de los meraritas por clanes y por familias patriarcales. Incluye a todos los varones de treinta a cincuenta años que sean aptos para servir en la Tienda de reunión. Su trabajo en la Tienda de reunión consistirá en transportar los tablones del armazón del santuario, es decir, sus travesaños, postes y bases, lo mismo que los postes que están alrededor del atrio, sus bases, estacas y cuerdas, como también todos los utensilios necesarios para su servicio. Asígnale a cada uno los objetos que deberá transportar. El servicio de los clanes de Merari en la Tienda de reunión será supervisado por Itamar, hijo del sacerdote Aarón».

Censo del clan de Coat

Moisés, Aarón y los líderes de la comunidad hicieron un censo de los coatitas por clanes y por familias patriarcales.

El censo incluía a todos los varones de treinta a cincuenta años que eran apto para servir en la Tienda de reunión. El total de los censados por clanes llegó a dos mil setecientos cincuenta hombres. Este fue el total de los censados entre los clanes de Coat para servir en la Tienda de reunión, según el recuento que hicieron Moisés y Aarón, como lo había ordenado el Señor por medio de Moisés.

Censo del clan de Guersón

Se hizo un censo de guersonitas por clanes y por familias patriarcales.

El censo incluía a todos los varones de treinta a cincuenta años que eran aptos para servir en la Tienda de reunión. El total de los censados por familias patriarcales llegó a dos mil seiscientos treinta hombres. Este fue el total de los censados entre los clanes de Guersón para servir en la Tienda de reunión, según el recuento que hicieron Moisés y Aarón, como lo había ordenado el Señor.

Censo del clan de Merari

Se hizo un censo de los meraritas por clanes y por familias patriarcales.

El censo incluía a todos los varones de treinta a cincuenta años que eran aptos para servir en la Tienda de reunión. El total de los censados por clanes llegó a tres mil doscientos hombres. Este fue el total de los censados entre los clanes de Merari, según el recuento que hicieron Moisés y Aarón, como lo había ordenado el Señor por medio de Moisés.

Conclusión

Moisés, Aarón y los jefes de Israel hicieron un censo de todos los levitas por clanes y por familias patriarcales. El total de los varones de treinta a cincuenta años, que eran aptos para servir en la Tienda de reunión y transportarla, llegó a ocho mil quinientos ochenta. A cada uno se le asignó lo que tenía que hacer y transportar, como lo había ordenado el Señor por medio de Moisés.

Así fueron censados, según el mandato que Moisés recibió del Señor.

Quiero comenzar con la siguiente analogía.

Imagina una gran producción teatral itinerante. Detrás del telón, hay personas que no están bajo los reflectores, pero sin ellos el espectáculo no podría suceder. Unos instalan las luces, otros transportan el vestuario, otros ensamblan el escenario. Cada uno conoce su rol, lo respeta, y lo ejecuta con precisión porque saben que lo que hacen contribuye a algo más grande que ellos mismos.

Números 4 nos revela que el servicio a Dios también tiene bastidores o personas tras el telón. Cuando la gloria de Dios se trasladaba en el desierto, no era una simple mudanza: era un acto sagrado. Había hombres llamados por nombre que cargaban lo santo, y lo hacían con temor reverente. Cuando la presencia de Dios se movía y se trasladaba, los levitas tenían el sagrado deber de cargarla.

En las culturas del Antiguo Cercano Oriente, los templos eran fijos. Los dioses de los pueblos paganos habitaban en santuarios construidos con piedra, encerrados en ciudades específicas. Pero el Dios de Israel —el Dios vivo— no estába limitado por geografía ni piedra. Él habitaba entre su pueblo… y se desplazaba con él. El libro de números se toma su tiempo enumerando familias patriarcales, clanes y tribus no solo del pueblo sino de los levitas. El Rabino Jonathan Sacks en su comentario de “Números, Los Años En El Desierto, dice “Para que exista la libertad, debe haber algo que se interponga entre el individuo y el Estado. Por eso el libro de Números, al trazar las etapas finales del viaje hacia la Tierra Prometida, habla sobre familias, clanes y tribus.”

(Sacks, Jonathan. Numbers: The Wilderness Years (Covenant & Conversation Book 4), pp. 108–109. (Function). Kindle Edition).

 

Vamos a dividir este capítulo en 5 partes de la siguiente manera:

1.    El ministerio de los Coatitas, descendientes de Coat. Ellos eran los portadores de la Presencia de Dios. V1-20. Dios le pidió a Aaron y Moisés que hicieran un censo de los coatitas, guersonitas y meraritas por clanes y por familias patriarcales, Incluyendo en él a todos los varones de treinta a cincuenta años que fuesen aptos para servir en la Tienda de reunión. El total de los coatitas hombres entre 30-50 años de edad fue de 2750. Ellos Acampaban al sur del tabernáculo. Aaron y sus hijos, al igual que Moises acampaban al este del tabernáculo y debian cuidar y asegurarse que nadie se entrara al tabernáculo pues tenían órdenes de matar a tal intruso. Los coatitas tenian la tarea más delicada y sagrada: cuidar y transportar los objetos del lugar santo y santísimo, como: El arca del pacto. La mesa del pan de la proposición. El candelabro. Los altares, el de incienso y de bronce. Los utensilios del santuario. Sin embargo, los coatitas no podían tocar ni mirar directamente estos objetos sagrados pues les costaría su Vida. La santidad de Dios no era negociable. Los sacerdotes, los hijos de Aarón que también pertenecían a este clan, debían cubrirlos antes de que los coatitas los transportaran. Jacob Milgrom en su comentario de Números dice, “El trabajo de los coatitas implicaba una responsabilidad mayor porque transportaban los objetos más sagrados, y su labor era más peligrosa, ya que arriesgaban sus vidas.”

2.    El ministerio de los Gersonitas, descendientes de Gersón. V21-28 Ellos eran los guardianes del velo. Su tarea era transportar las cortinas, cuerdas, cubiertas… cosas que parecen “menos importantes” pero eran lo que envolvían y protegían lo sagrado. No todos estaban llamados a llevar el arca, pero todos sostenian la estructura de la presencia. Ellos acampaban en el lado oeste del tabernáculo. Se encargaban de las cubiertas del tabernáculo, incluyendo: El toldo exterior de pieles. La cortina de la entrada del atrio. Las cortinas laterales del atrio. Las cuerdas y demás elementos relacionados. Su servicio se centraba en los elementos de protección y separación del tabernáculo. El total de los gersonitas hombres entre 30-50 años de edad fue de 2630.

3.    El ministerio de los Meraritas, descendientes de Merari. V29-33 Ellos eran los cargadores de peso y estabilidad. Se encargaban de la estructura física del tabernáculo, incluyendo: Las tablas de madera. Las columnas y bases. Las estacas y cuerdas que sostenían toda la estructura. Su labor era pesada, centrada en el soporte y montaje del santuario portátil.  Su trabajo era pesado, pero esencial. Sin ellos, el Tabernáculo no se mantenía en pie.

Ellos acampaban al norte del tabernáculo. El total de los meraritas hombres entre 30-50 años de edad fue de 3200.

 

4.    El Ministerio de Los sacerdotes, descendientes directos de Aarón, de la familia de Coat.  Ellos acampaban al este, frente a la entrada del tabernáculo. Eran los únicos autorizados para ministrar directamente ante el Señor, ofrecer sacrificios y entrar al Lugar Santísimo una vez al año (el sumo sacerdote. Representaban la intercesión espiritual del pueblo ante Dios. 

5.    Un Dios que toma nota (V34–49) Cada hombre fue contado, cada tarea fue asignada. Nada fue dejado al azar. Esto nos recuerda que el servicio a Dios no es improvisado ni caótico, sino planeado y santo. El total de los censados fue de 8580 hombres entre los 30-50 años al servicio del Señor

Bueno y que dice el Nuevo Testamento 

1.    Jesús como el verdadero Coatita: Portador de lo Santísimo

Los coatitas eran los únicos responsables de transportar los objetos más sagrados del tabernáculo: el arca del pacto, el propiciatorio, la mesa del pan, el candelabro y el altar del incienso. Su trabajo era tan delicado que no podían ver ni tocar directamente estos objetos —hacían su tarea bajo cobertura, con el riesgo de morir si desobedecían. Jesús cumple esta función al llevar en sí mismo la presencia misma de Dios. Él no solo toca lo santo: Él es lo santo encarnado. Ya no necesitamos cargar el arca; Él vino a ser el Tabernáculo viviente, el portador perfecto de la gloria.

Juan 1:14:  Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y contemplamos su gloria, la gloria que corresponde al Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Hebreos 9:11–12: 11 Pero Cristo, al presentarse como sumo sacerdote de los bienes definitivos[a] en el santuario más excelente y perfecto, no hecho por manos humanas (es decir, que no es de esta creación), 12 entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo. No lo hizo con sangre de machos cabríos y becerros, sino con su propia sangre, logrando así un rescate eterno

2.    Jesús como el verdadero Gersonita: El que cubre y protege lo sagrado. Los gersonitas se encargaban de las cortinas, cubiertas, cuerdas y velos del tabernáculo. Aunque no manipulaban los objetos santos, preservaban y protegían el espacio donde se encontraba la gloria de Dios. Su rol era envolver, cuidar y asegurar que lo sagrado permaneciera cubierto y sin profanación. Jesús cubrió nuestra vergüenza, protegió nuestra dignidad rota y rasgó el velo que nos separaba del Padre. Jesús no solo protegió lo sagrado, Él rasgó el velo para darnos acceso. Se convirtió en la cobertura definitiva entre Dios y la humanidad.

Hebreos 10:19–20: “ Hermanos, puesto que con toda libertad podemos entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, es decir, de su propio cuerpo, 

3.    Jesús como el verdadero Merarita: Sostén estructural del Tabernáculo de Dios. Los meraritas tenían la tarea de cargar los postes, bases, estacas y columnas del tabernáculo. Su función no era visible ni gloriosa, pero sin ellos, el tabernáculo simplemente no se sostenía. Ellos llevaban el peso del orden y la estabilidad. Jesús sostuvo todo el sistema sacrificial y lo llevó a cumplimiento. Él no solo fue el sacrificio, fue la estructura que sostuvo la redención. Como los meraritas, Jesús llevó el peso de lo que nadie más podía cargar: el peso del pecado, la ley y la justicia divina.

Colosenses 1:17: Él existía antes de todas las cosas, y por él se mantiene todo en orden. 

Cada cuerda, cada estaca, cada objeto sagrado… todos apuntaban a Él.

Jesús es el Tabernáculo que se trasladó hacia nosotros

Y como Podemos aplicarlo a nuestra vida hoy

1.    Tu rol en el Reino importa, aunque no sea visible. Tal vez no estás “en la plataforma”, pero Dios te ve. Los gersonitas y meraritas no eran públicos, pero eran indispensables.

Colosenses 3:23-24 Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, 24 conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor. 

2.    No trates las cosas santas con ligereza. No podemos servir a Dios con manos sucias o corazones tibios. La familiaridad no sustituye la santidad.

Hebreos 12:28-29 Así que nosotros, que hemos recibido un reino inconmovible, debemos ser agradecidos y, con esa misma gratitud, servir a Dios y agradarle con temor y reverencia.29 Porque nuestro Dios es un fuego que todo lo consume.

3.    Sirve con preparación y responsabilidad. Dios merece lo mejor de ti: lo mejor de tu cuerpo, tu mente y tu espíritu.

2 Timoteo 2:21:  Así que, quien se limpia de estas cosas será un instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.

 

Para concluir, Números 4 nos enseña que cargar lo sagrado es un privilegio… pero también una responsabilidad. El servicio a Dios no es un hobby, es un llamado que requiere estructura, pureza y temor reverente.

Te dejo con esta inquietud…

¿Estás dispuesto a servir a Dios con humildad y fidelidad, sin visibilidad alguna sabiendo que El si te ve y valora lo que haces? o prefieres ser un espectador desde lejos sin involucrarte? Hasta la próxima semana, si Dios lo permite. Dios los bendiga!