
Levitico, Una Ventana al Corazon de Dios Podcast
Seguramente te estarás preguntando que relevancia tienen las leyes de Levítico para hoy y como se aplican.
En este podcast exploraremos el libro de la Biblia menos leído, poco entendido y controversial en su aplicación para el cristiano de hoy. Tambien nos ayudara a entender que las leyes son expresiones de los valores del dador de la ley.
Cada semana compartire enseñanzas que aprendi de eruditos, rabinos, pastores y amigos que influenciaron mi estudio y entendimiento de Levítico.
Los invito a descubrir cosas maravillosas que contiene este libro.
Si tienes una pregunta, la puedes enviar a podcastdelevitico@gmail.com
A CONTINUACION LES SUGIERO UNA BREVE LISTA DE ALGUNOS
COMENTARIOS QUE RECOMIENDO PARA EL ESTUDIO DE LEVITICO
Levine, B.A. (1989), Leviticus, JPS Torah Commentary (Philadelphia: Jewish Publication Society).
Milgrom, Jacob. (1983), Studies in Cultic Theology and Terminology, Studies in Judaism in Late Antiquity 36 (Leiden: Brill).
Milgrom, Jacob. (2004), Leviticus: A Book of Ritual and Ethics, Continental Commentaries (Minneapolis: Fortress Press).
Tidball, D. (2005), The Message of Leviticus: Free to Be Holy, The Bible Speaks Today (Downers Grove/Leicester: IVP).
Wenham, G. J. (1979), The Book of Leviticus, NICOT (Grand Rapids: Eerdmans).
Morales, L. M. (2015). Who Shall Ascend the Mountain of the Lord?: A Biblical Theology of the Book of Leviticus). NICOT (Apollos; InterVarsity Press).
Rugh, W. W. (1998). Christ in the Tabernacle: Person and work of Jesus Christ. (Woodlawn).
Sacks, Rabbi. Jonathan. (2015). Covenant & Conversation, Volume 3: Leviticus, The Book of Holiness. (Maggid).
Sklar, J. (2014). Leviticus: An Introduction and Commentary. TOTC (Inter-Varsity Press).
Heiser, Michael. S. (2015). The Unseen Realm: Rediscovering the Supernatural Worldview of the Bible. (Lexham Press).
A CONTINUACION LES SUGIERO UNA BREVE LISTA DE ALGUNOS
COMENTARIOS QUE RECOMIENDO PARA EL ESTUDIO DE NÚMEROS
Sacks, Rabbi. Jonathan. (2017). Covenant & Conversation, Volume 4: Numbers, The Wilderness Years. (Maggid).
Milgrom, Jacob. (1989), Numbers, JPS Torah Commentary (Philadelphia: Jewish Publication Society).
Wenham, Gordon, J. (2008). Numbers: An Introduction and Commentary. TOTC (Inter-Varsity Press).
Pakula, M. (2006). Numbers: Homeward Bound. (P. Barnett, Ed). Aquila Press.
Cole, R. D. (2000). Numbers. Vol. 38. (Broadman & Holman Publishers).
Woodall, C. (2023). Messiah in the Mishkan: From Shadow to Substance and Beyond. Wipf and Stock.
Levitico, Una Ventana al Corazon de Dios Podcast
#46. Nostalgia por Egipto, Desprecio por el Maná
En este episodio, “Nostalgia por Egipto, Desprecio por el Maná”, exploraremos como Israel idealizo con nostalgia el pasado lleno de dolor y sufrimiento en Egipto segándolos de las bendiciones que Dios les proporcionaba día tras día.
Imaginen la escena: Israel era un pueblo que había visto las diez plagas devastar Egipto, que había caminado en seco por el fondo del Mar Rojo, que había bebido agua dulce de la roca amarga, y que cada mañana despertaba para encontrar el pan del cielo esparcido como rocío alrededor de su campamento. Sin embargo, en Números 11, los encontramos suspirando por los pepinos y melones de su esclavitud, mientras despreciaban el maná que caía fresco cada amanecer.
"Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde", clamaban, convenientemente olvidando los látigos, las cadenas, y el genocidio que preparaba el faraón que acompañaban esa supuesta "comida gratis." Sus memorias habían sido editadas por el descontento, llenos de memorias selectivas recordando solo los sabores mientras borraban el sufrimiento.
Esta es la historia de todos nosotros. Cuántas veces hemos añorado los "buenos tiempos" del pasado mientras menospreciamos las bendiciones del presente. Cuántas veces hemos suspirado por los placeres de nuestra vida anterior mientras despreciamos las provisiones perfectas de Dios que tenemos ahora mismo.
Hola amigos, bienvenidos. Gracias por estar aquí para el episodio #46 de "Números: Una Ventana al Corazón de Dios". En el episodio anterior, “La Nube se Levanta, El Pueblo Marcha”, exploramos la última instrucción para el pueblo antes de emprender su Marcha hacia la tierra prometida y la nube se levantó para guiarlos por el camino. Fue un evento en la historia de Israel realmente extraordinario. También hablamos sobre las trompetas de pura plata de debían hacer para propósitos cruciales como convocación general del pueblo, de lideres, señal de partida y adoración. En este episodio, “Nostalgia por Egipto, Desprecio por el Maná”, exploraremos como Israel idealizo con nostalgia el pasado lleno de dolor y sufrimiento en Egipto segándolos de las bendiciones que Dios les proporcionaba día tras día.
En 1914, Ernest Shackleton y su tripulación zarparon en el Endurance para una expedición a la Antártida. Pero el barco quedó atrapado en el hielo, y lo que iba a ser una misión de gloria se convirtió en una lucha épica por la supervivencia. Durante meses, vivieron en condiciones extremas: frío insoportable, comida limitada, y la constante amenaza de no volver a casa.
Shackleton, sin embargo, mantuvo la moral de su tripulación enfocada en un objetivo: sobrevivir y llegar juntos a salvo. No prometió comodidad, pero sí su compromiso absoluto de liderarlos con esperanza y disciplina. Finalmente, contra todo pronóstico, todos sobrevivieron.
Ahora imagina que, en medio de esa travesía, algunos hombres hubieran comenzado a quejarse diciendo: “Preferiríamos estar de vuelta en la ciudad, aunque fuera con trabajos monótonos y comida sencilla… esto de seguir a Shackleton no vale la pena.”
Ese espíritu de queja habría destruido la unidad y debilitado la esperanza. Y eso es exactamente lo que vemos en Números 11: Israel estaba en un viaje difícil hacia una meta gloriosa, guiados por el mejor Capitán —Dios mismo—, pero su nostalgia por “la comodidad” de Egipto y su queja por las condiciones del camino amenazaban con hundirlos antes de llegar a la Tierra Prometida.
El viaje del Endurance nos recuerda que, en las travesías largas y duras, la actitud es tan importante como el destino. “La queja debilita la unidad y la esperanza. La actitud de gratitud y la perseverancia en dificultades logran lo que el descontento jamás podrá alcanzar: llegar a la meta con fe, unidad y corazón fortalecido.”
Imaginen la escena: Israel era un pueblo que había visto las diez plagas devastar Egipto, que había caminado en seco por el fondo del Mar Rojo, que había bebido agua dulce de la roca amarga, y que cada mañana despertaba para encontrar el pan del cielo esparcido como rocío alrededor de su campamento. Sin embargo, en Números 11, los encontramos suspirando por los pepinos y melones de su esclavitud, mientras despreciaban el maná que caía fresco cada amanecer.
"Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde", clamaban, convenientemente olvidando los látigos, las cadenas, y el genocidio que preparaba el faraón que acompañaban esa supuesta "comida gratis." Sus memorias habían sido editadas por el descontento, llenos de memorias selectivas recordando solo los sabores mientras borraban el sufrimiento.
Esta es la historia de todos nosotros. Cuántas veces hemos añorado los "buenos tiempos" del pasado mientras menospreciamos las bendiciones del presente. Cuántas veces hemos suspirado por los placeres de nuestra vida anterior mientras despreciamos las provisiones perfectas de Dios que tenemos ahora mismo.
En Números 11, no encontramos simplemente un relato histórico sobre un pueblo rebelde en el desierto. Encontramos un espejo que refleja los patrones más profundos del corazón humano: nuestra tendencia a idealizar el pasado, nuestra incapacidad para valorar las bendiciones presentes, y nuestra peligrosa disposición a cambiar la libertad por la familiaridad del pasado.
En este episodio vamos a explorar juntos esta tensión que es eternamente relevante entre la nostalgia por lo que dejamos atrás y el descontento por lo que Dios nos ha dado. Vamos a descubrir por qué el corazón humano anhela los "pepinos de Egipto" mientras rechaza el "maná del cielo," y más importante aún, cómo podemos aprender a valorar los tesoros que ya tenemos en nuestras manos.
Voy a leer el capítulo 11 de la Nueva Versión Internacional y dice,
Aconteció que el pueblo se quejó de las dificultades que estaba sufriendo. Al oírlos el Señor, ardió en ira y su fuego consumió los alrededores del campamento. Entonces el pueblo clamó a Moisés y este oró al Señor por ellos y el fuego se apagó. Por eso aquel lugar llegó a ser conocido como Taberá, pues el fuego del Señor ardió entre ellos.
Queja del pueblo en Quibrot Hatavá
Gente de toda clase se había mezclado con los israelitas. Esa gente solo pensaba en comer. Y también los israelitas volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera carne! ¡Cómo echamos de menos el pescado que comíamos gratis en Egipto! ¡También comíamos pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos! Pero ahora tenemos reseca la garganta, ¡y no vemos nada que no sea este maná!
El maná se parecía a la semilla del cilantro y su color era como el de la resina. El pueblo salía a recogerlo y lo molía entre dos piedras o bien lo machacaba en morteros y lo cocía en una olla o hacía pan con él. Sabía a pan amasado con aceite. Por la noche, cuando el rocío caía sobre el campamento, también caía el maná.
Queja de Moisés en Quibrot Hatavá
Moisés escuchó que las familias del pueblo lloraban, cada una a la entrada de su tienda, con lo cual hacían que la ira del Señor se encendiera en extremo. Entonces, muy disgustado, Moisés oró al Señor: Si yo soy tu siervo, ¿por qué me tratas mal? ¿Por qué me niegas tu favor y me obligas a cargar con todo este pueblo? ¿Acaso yo lo concebí o lo di a luz para que me exijas que lo lleve en mi regazo como si fuera su nodriza y lo lleve hasta la tierra que prometiste a sus antepasados? Todo este pueblo viene llorando a pedirme carne. ¿De dónde voy a sacarla? Yo solo no puedo con todo este pueblo. ¡Es una carga demasiado pesada para mí! Si este es el trato que vas a darme, ¡me harás un favor si me quitas la vida! ¡Así me veré libre de mi desgracia!
El Señor responde a Moisés
El Señor respondió a Moisés: Tráeme a setenta ancianos de Israel y asegúrate de que sean ancianos y oficiales del pueblo. Llévalos a la Tienda de reunión y haz que esperen allí contigo. Yo descenderé para hablar contigo y compartiré con ellos el Espíritu que está sobre ti, para que te ayuden a llevar la carga de este pueblo. Así no tendrás que llevarla tú solo. Al pueblo solo le dirás lo siguiente: Conságrense para mañana, pues van a comer carne. Ustedes lloraron ante el Señor y le dijeron: ¡Quién nos diera carne! ¡En Egipto la pasábamos mejor! Pues bien, el Señor les dará carne y tendrán que comérsela. No la comerán un solo día, ni dos, ni cinco, ni diez, ni veinte, sino todo un mes, hasta que les salga por las narices y les provoque náuseas. Y esto por haber despreciado al Señor que está en medio de ustedes y por haber llorado, diciendo: ¿Por qué tuvimos que salir de Egipto?”».
La palabra de Dios se cumple
Moisés respondió: Me encuentro en medio de un ejército de seiscientos mil hombres, ¿y tú hablas de darles carne todo un mes? Aunque se degollaran todas las ovejas y vacas, ¿les alcanzaría? Y aunque se pescaran todos los peces del mar, ¿eso les bastaría? El Señor respondió a Moisés: ¿Acaso el poder del Señor es limitado? ¡Pues ahora verás si te cumplo o no mi palabra!
Moisés fue y comunicó al pueblo lo que el Señor había dicho. Después juntó a setenta jefes ancianos del pueblo y se quedó esperando con ellos alrededor de la Tienda de reunión. El Señor descendió en la nube y habló con Moisés, y compartió con los setenta jefes ancianos el Espíritu que estaba sobre él. Cuando el Espíritu descansó sobre ellos, se pusieron a profetizar. Pero esto no volvió a repetirse.
Dos de los ancianos se habían quedado en el campamento. Uno se llamaba Eldad y el otro Medad. Aunque habían sido elegidos, no acudieron a la Tienda de reunión. Sin embargo, el Espíritu vino sobre ellos y se pusieron a profetizar dentro del campamento. Entonces un muchacho corrió a contárselo a Moisés: ¡Eldad y Medad están profetizando dentro del campamento! Josué, hijo de Nun, uno de los siervos escogidos de Moisés, exclamó: ¡Moisés, señor mío, detenlos! Pero Moisés respondió: ¿Estás celoso por mí? ¡Cómo quisiera que todo el pueblo del Señor profetizara y que el Señor pusiera su Espíritu en todos ellos! Entonces Moisés y los jefes ancianos regresaron al campamento.
Las codornices
El Señor desató un viento que trajo codornices del mar y las dejó caer sobre el campamento. Las codornices cubrieron los alrededores del campamento, en una superficie de casi un día de camino y a una altura de casi dos codos sobre la superficie del suelo. El pueblo estuvo recogiendo codornices todo ese día, toda esa noche y todo el día siguiente. Ninguno recogió menos de diez jómer. Después las distribuyeron por todo el campamento. Ni siquiera habían empezado a masticar la carne que tenían en la boca, cuando la ira del Señor se encendió contra el pueblo y los hirió con un horrendo castigo. Por eso llamaron a ese lugar Quibrot Hatavá, porque allí fue sepultado el pueblo glotón. Desde Quibrot Hatavá el pueblo partió rumbo a Jazerot y allí se quedó.
La verdad es que todos llevamos un poco de Israel dentro de nosotros. Todos tenemos nuestro propio "Egipto" que recordamos con cariño selectivo, y todos tenemos nuestro propio "maná" que no es suficiente para llenar nuestras expectativas.
Este capítulo es solo el comienzo de las rebeliones que veremos en nuestro viaje por el desierto con Israel. La Biblia no escatima ni oculta la realidad de Israel y sus luchas colectivas y personales durante su travesía hacia una vida llena de esperanza y promesas y una tierra donde finalmente podrían sembrar raíces como nación y pueblo de Dios.
Vamos a desglosar este capítulo en 5 partes de la siguiente manera:
1. La queja y su consecuencia (v1-3) Apenas tres días después de haber partido del monte Sinaí, y casi un año consumiendo el maná su descontento sale a la luz. No era una queja específica, sino una actitud general de descontento que llego directamente “a oídos del Señor". Dios escucha todo, no solo las oraciones. La Respuesta Divina fue Inmediata. El fuego del señor salió manifestando su santidad y juicio y consumió "los alrededores del campamento". El pueblo lleno de temor le pide a Moises que interceda ante Dios. Moisés como mediador fiel intercede inmediatamente y el fuego se apaga. "Tabera" significa “arder” – seria un recordatorio permanente de las consecuencias del descontento. Israel permanecia con la mentalidad de no querer pasar por tiempos difíciles, sino querer que todo fuese fácil sin tener que renunciar a nada. Esta mentalidad está muy presente en Números 11 y, de hecho, es parte de la naturaleza humana: Es una forma de pensar que dice:
“Quiero los beneficios del cambio sin la incomodidad del cambio.”
“Quiero la libertad, pero también quiero mantener los hábitos, las comodidades e incluso las cadenas a las que estoy acostumbrado.”
“Quiero las promesas de Dios, pero a mi manera, sin el costo de la obediencia y la confianza.”
En el desierto, Israel quería la bendición de la Tierra Prometida, pero sin el riesgo, la disciplina y la fe que requería llegar allí. Egipto había sido cruel —esclavitud, abuso y opresión—, pero ofrecía una rutina predecible, comida conocida y ninguna incertidumbre sobre el mañana. En su mente, la miseria conocida parecía más segura que la promesa desconocida.
2. La queja continuaba y el descontento crecía (v4-9). El grupo de personas no israelitas que salió con ellos de Egipto fomentaron la queja e influenciaron a los Israelitas. Éxodo 12:38 dice “Con ellos salió también toda clase de gente y grandes manadas de ganado, tanto de ovejas como de vacas”. Este grupo solo pensaba en comer y su descontento se extendió a los israelitas que Recordaron solo los placeres de Egipto, no la esclavitud. Ahora querían carne. idealizaron el pasado mientras despreciaron el presente. Despreciaron el Maná diciendo, "Nuestra alma se seca" - dramatizando su insatisfacción y haciendo memoria de todo lo que comían en Egipto. El descontento es, en esencia, una inquietud constante con lo que no se tiene, dónde estás o quién eres, a menudo acompañada de la creencia de que mereces algo mejor… pero sin la disposición de cambiar o sacrificarte para llegar allí.
No es lo mismo que una ambición saludable o un anhelo piadoso; esos pueden inspirar crecimiento. La insatisfacción, en su forma malsana, corroe el alma porque cambia el enfoque:
· De la gratitud a la comparación
· De lo que Dios te ha dado a lo que Él no te ha dado (todavía)
· De confiar en el tiempo de Dios a exigir el tuyo propio
El maná era el alimento y provisión perfecta: nutritivo, abundante, fresco diario y se podía preparar de múltiples maneras. El verdadero problema: No era hambre física, sino descontento espiritual.
3. El disgusto de Moisés lo lleva a quejarse con Dios (V10-15). El escuchó como las familias lloraban a la entrada de sus tiendas. No era algo privado sino público. No solo aumentaba la ira de Dios sino que Moisés también estaba airado con el pueblo. El descontento se había generalizado. Moisés hace una Oración Brutalmente Honesta a Dios. "Si yo soy tu siervo ¿Por qué me tratas mal?" - Moisés cuestiona a Dios directamente y Se siente abandonado en una tarea imposible"Por que me niegas tu favor y me obligas a cargar con todo este pueblo? ¿Acaso yo lo concebí o le di a luz para que me exijas que lo lleve a mi regazo como si fuera su nodriza y lo lleve hasta la tierra que le prometiste a sus antepasados?" Moisés sentía una responsabilidad abrumadora. Y continua orando, “Todo este pueblo viene llorando a pedirme carne. ¿De dónde voy a sacarla? Yo solo no puedo con todo este pueblo. ¡Es una carga demasiado pesada para mí! Si este es el trato que vas a darme, ¡me harás un favor si me quitas la vida! ¡Así me veré libre de mi desgracia!” Mas real no podía ser el clamor de Moisés.
Fue tan fuerte lo que Moisés sintió que le pidió a Dios que le quitara la vida. En 1 Reyes 19:4 el profeta Elías después de haber matado a 400 profetas de Baal se sintió débil y lleno de temor por la persecución de Jezabel, le dijo a Dios “Estoy harto, Señor, protestó. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados”. Este clamor de Moisés según Jacob Milgrom dice es “una manifestación de la autocompasión de Moisés, que culmina con esta observación: dado que Dios es el autor de su miseria, bien podría terminar el trabajo… y quitarle la vida.”
4. Dios le responde a Moisés (V16-30). La respuesta a su clamor por la carga que llevaba y la exigencia de Israel por carne es inmediata e inesperada. Dios le pide a Moisés que escoja 70 ancianos con experiencia y respetados por la comunidad y se presenten en la tienda de reunión y esperen. Raymond Brown en su comentario “El Mensaje de Números: Viaje hacia la tierra prometida” dice, “Hay una soledad inevitable en el liderazgo. La mayoría de las penas no pueden compartirse fácilmente, pero el Señor, generosamente, provee a sus siervos de buenos colaboradores que pueden aliviar parte de las presiones. El lamento de Moisés fue un clamor pidiendo ayuda, y Dios movilizó el apoyo de los ancianos de la comunidad, ampliamente respetados como líderes y autoridades confiables”. En su comentario de Números, el Rabino Jonathan Sacks dice, “Enfrentarse a un enemigo es difícil; enfrentarse a uno mismo lo es todavía más. Guiar a otros para que encuentren la fuerza de cambiar es, sin duda, el mayor reto de todo liderazgo.” Dios le proveyó a Moisés hombres que le ayudaran a llevar la carga. Dios descendió y habló con Moisés diciéndole que prepara al pueblo pues iban a comer carne. Dios compartió con esos 70 hombres del espíritu que había en Moisés, dándoles poder para profetizar y entendimiento para poderlo ayudar. El Espíritu capacito a este liderazgo de una manera sobrenatural.
5. Dios le concede el deseo de carne a su pueblo (V31-35) Un mes completo comerían carne hasta que se saciaran y les saliera por las narices provocándoles nauseas. No me imagino semejante situación. Era una cantidad extraordinaria un milagro increíble. "Aún estaba la carne entre sus dientes, antes que fuese masticada" y el juicio llegó en el momento de mayor satisfacción. "Se encendió el furor de Dios" – y la ira divina se desato contra la codicia del pueblo desatando una plaga. No sabemos exactamente que tipo de plaga sufrió el pueblo, pero el lugar de estos eventos quedó grabado para la historia, Quibrot Hatava, que significa “sepulcro del deseo”. La realidad es que todo pasa, nada dura para siempre. Así como llegaron las codornices, llego el juicio y luego queda el dolor y remordimiento por la desobediencia. Todo esto sirve para revelar lo que hay en el corazón. Cada parada de Israel en su camino a la tierra prometida es una oportunidad para aprender o repetir sus errores.
El precidaor bautista, Russell Conwell, contaba la historia que un guía le compartio en uno de sus viajes. Esta historia real es de un antiguo persa llamado Ali Hafed, dueño de una gran finca con huertos, campos de grano y jardines… y un hombre rico y satisfecho. Un día, un sabio del oriente le habló sobre los diamantes y le dijo cuán inmensamente rico sería si tuviera una mina de diamantes. Aquella noche, Ali Hafed se acostó siendo un hombre pobre… pobre no por perder su dinero, sino por haber perdido su contentamiento.
Ansioso por encontrar una mina de diamantes, vendió su finca y partió en busca de esas raras piedras preciosas. Viajó por el mundo entero hasta que, arruinado, quebrado y derrotado, se quitó la vida.
Un día, el hombre que había comprado la finca de Ali Hafed llevó su camello al jardín para beber. Cuando el camello hundió el hocico en el arroyo, el hombre vio un destello de luz en la arena. Sacó una piedra que reflejaba todos los colores del arcoíris. Había descubierto la mina de diamantes de Golconda, la más magnífica de toda la historia.
Si Ali Hafed se hubiera quedado en casa y hubiera cavado en su propio jardín, habría tenido acres de diamantes… en lugar de encontrar la muerte en una tierra lejana.
Así como Ali Hafed murió en tierra extraña buscando diamantes para ser más rico, muchos israelitas murieron por codiciar lo que no necesitaban mientras despreciaban las provisiones perfectas de Dios.
Bueno y que dice el Nuevo Testamento:
1. Jesús se presenta como el verdadero maná, el pan que da vida. Rechazarlo es repetir el error de Israel.
Juan 6:26-35 y dice, “Jesús respondió con firmeza, Les aseguro que ustedes me buscan no porque han visto señales, sino porque comieron pan hasta llenarse. Trabajen, pero no por la comida que es perecedera, sino por la que permanece para vida eterna, la cual les dará el Hijo del hombre. Dios el Padre ha puesto sobre él su sello de aprobación.¿Qué tenemos que hacer para realizar las obras que Dios exige? —le preguntaron. Esto es lo que Dios quiere que hagan: que crean en aquel a quien él envió —respondió Jesús. ¿Y qué señal milagrosa harás para que la veamos y te creamos? ¿Qué puedes hacer? insistieron ellos. Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”. Les aseguro que no fue Moisés el que les dio a ustedes el pan del cielo —afirmó Jesús—. El que da el verdadero pan del cielo es mi Padre. El pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo. Señor —le pidieron—, danos siempre ese pan. Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed”.
2. Pablo amonesta a los creyentes contra codiciar lo malo haciendo referencia a las rebeliones de Israel durante su viaje por el desierto.
1 corintios 6:3-5 dice, “Todos comieron el mismo alimento espiritual y todos bebieron la misma agua espiritual. Pues bebieron de la roca espiritual que viajaba con ellos, y esa roca era Cristo. Sin embargo, Dios no se agradó con la mayoría de ellos, y sus cuerpos fueron dispersados por el desierto.
Y como podemos aplicar estas lecciones a nuestras vidas
1. Cuida tu corazón contra las quejas. De la abundancia del corazón habla la boca. Las quejas de Israel provenían de un corazón lleno de descontento. Así como Dios escucho las quejas de Israel, Dios escucha las nuestras y conoce nuestros deseos ocultos.
Mateo 12:34-36 dice, ¿”Cómo pueden decir cosas buenas, si son malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno saca cosas buenas del buen tesoro de su corazón; el hombre malo saca cosas malas de su mal tesoro. Pero yo les digo que, en el día del juicio, cada uno de ustedes dará cuenta de cada palabra ociosa que haya pronunciado”.
2. Cultiva el contentamiento. Así como Israel menosprecio las provisiones y bendiciones de Dios deseando lo que tenían en la esclavitud, nosotros podemos mirar con nostalgia lo que dejamos en nuestro “Egipto. El contentamiento cultiva el terreno de un corazón agradecido y no es conformismo pasivo. Es vivir con gratitud y alegría por lo que Dios ha dado hoy, mientras esperamos con esperanza lo que Él traerá mañana.
1 Timoteo 6:6 – “La piedad, acompañada de contentamiento, es gran ganancia.”
3. Apoya a tus lideres espirituales. Muchos pastores y líderes cristianos sufren agotamiento porque las congregaciones esperan que lleven solos cargas que deberían ser compartidas. Ayuda a crear una cultura de apoyo mutuo donde los dones espirituales se usen para aliviar las cargas del liderazgo y de otros para beneficio de toda la comunidad.
1 Tesalonicenses 5:12-13 dice, “Hermanos, les pedimos que sean considerados con los que trabajan arduamente entre ustedes, y los guían y amonestan en el Señor. Ténganlos en alta estima y ámenlos por el trabajo que hacen. Vivan en paz unos con otros.”
Hebreos 13:17 dice , “Obedezcan a sus dirigentes y sométanse a ellos, pues cuidan de ustedes como quienes tienen que rendir cuentas. Obedézcanlos a fin de que ellos cumplan su tarea con alegría y sin quejarse, pues el quejarse no les trae ningún provecho.”
Santiago 5:9 dice, “No se quejen unos de otros, hermanos, para que no sean juzgados. ¡El Juez ya está a la puerta!”
Gálatas 6:2 - Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas y así cumplirán la ley de Cristo.
Un monje entró a un monasterio y tomó voto de silencio. Después de 10 años dijo: “Comida mala.”
Diez años después: “Cama dura.”
Diez años más tarde: “Me voy.”
El superior le respondió: “No me sorprende. No has hecho más que quejarte desde que llegaste.” Aun con pocas palabras decimos mucho.
Este capítulo nos relata dos lamentables eventos días después de que Israel había comenzado su marcha hacia la tierra prometida. Espero que podamos escuchar, aceptar y aplicar lo que Dios quiere ensenarnos a través de este recorrido por el desierto.
Para terminar, te quiero dejar con esta inquietud, ¿Estas contento con lo que tienes? Dios ya te ha dado tesoros maravillosos… si tan solo lo crees en tu corazón y abres tus ojos para verlos.
Hasta la próxima semana, si Dios lo permite. ¡Bendiciones!