Levitico, Una Ventana al Corazon de Dios Podcast
Seguramente te estarás preguntando que relevancia tienen las leyes de Levítico para hoy y como se aplican.
En este podcast exploraremos el libro de la Biblia menos leído, poco entendido y controversial en su aplicación para el cristiano de hoy. Tambien nos ayudara a entender que las leyes son expresiones de los valores del dador de la ley.
Cada semana compartire enseñanzas que aprendi de eruditos, rabinos, pastores y amigos que influenciaron mi estudio y entendimiento de Levítico.
Los invito a descubrir cosas maravillosas que contiene este libro.
Si tienes una pregunta, la puedes enviar a podcastdelevitico@gmail.com
A CONTINUACION LES SUGIERO UNA BREVE LISTA DE ALGUNOS
COMENTARIOS QUE RECOMIENDO PARA EL ESTUDIO DE LEVITICO
Levine, B.A. (1989), Leviticus, JPS Torah Commentary (Philadelphia: Jewish Publication Society).
Milgrom, Jacob. (1983), Studies in Cultic Theology and Terminology, Studies in Judaism in Late Antiquity 36 (Leiden: Brill).
Milgrom, Jacob. (2004), Leviticus: A Book of Ritual and Ethics, Continental Commentaries (Minneapolis: Fortress Press).
Tidball, D. (2005), The Message of Leviticus: Free to Be Holy, The Bible Speaks Today (Downers Grove/Leicester: IVP).
Wenham, G. J. (1979), The Book of Leviticus, NICOT (Grand Rapids: Eerdmans).
Morales, L. M. (2015). Who Shall Ascend the Mountain of the Lord?: A Biblical Theology of the Book of Leviticus). NICOT (Apollos; InterVarsity Press).
Rugh, W. W. (1998). Christ in the Tabernacle: Person and work of Jesus Christ. (Woodlawn).
Sacks, Rabbi. Jonathan. (2015). Covenant & Conversation, Volume 3: Leviticus, The Book of Holiness. (Maggid).
Sklar, J. (2014). Leviticus: An Introduction and Commentary. TOTC (Inter-Varsity Press).
Heiser, Michael. S. (2015). The Unseen Realm: Rediscovering the Supernatural Worldview of the Bible. (Lexham Press).
A CONTINUACION LES SUGIERO UNA BREVE LISTA DE ALGUNOS
COMENTARIOS QUE RECOMIENDO PARA EL ESTUDIO DE NÚMEROS
Sacks, Rabbi. Jonathan. (2017). Covenant & Conversation, Volume 4: Numbers, The Wilderness Years. (Maggid).
Milgrom, Jacob. (1989), Numbers, JPS Torah Commentary (Philadelphia: Jewish Publication Society).
Wenham, Gordon, J. (2008). Numbers: An Introduction and Commentary. TOTC (Inter-Varsity Press).
Pakula, M. (2006). Numbers: Homeward Bound. (P. Barnett, Ed). Aquila Press.
Cole, R. D. (2000). Numbers. Vol. 38. (Broadman & Holman Publishers).
Woodall, C. (2023). Messiah in the Mishkan: From Shadow to Substance and Beyond. Wipf and Stock.
Levitico, Una Ventana al Corazon de Dios Podcast
#57. La Voz del Dios que lo Sabe Todo: Balan y su Burra
En este episodio de “Números: Una Ventana al Corazón de Dios,” exploramos Números capítulo 22 y el sorprendente relato de Balaam y su burra que habló. Israel está acampado en las llanuras de Moab, frente a Jericó, a las puertas de la Tierra Prometida. El rey Balac, temeroso del poder de Israel, busca contratar a un profeta pagano para maldecir al pueblo de Dios. Pero el Señor, que todo lo sabe y todo lo ve, convierte la maldición en bendición y revela Su soberanía a través de una voz inesperada.
A través de este pasaje descubrimos que el conocimiento sin carácter conduce a la corrupción, que la obediencia parcial es desobediencia disfrazada, y que Dios puede usar incluso lo más humilde para hablar a nuestros corazones. Como escribió Jonathan Sacks: “Balaam fue un profeta de grandes dones, pero sin lealtad. Un profeta sin fidelidad no es un profeta.”
Acompáñanos mientras aprendemos que cuando Dios quiere detenernos, puede hacerlo con poder, gracia y una voz que aún hoy sigue hablando a quienes saben escuchar.
Hola amigos, bienvenidos. Gracias por estar aquí para el episodio #57 de “Números: Una Ventana al Corazón de Dios.”
En el episodio anterior, “Victorias, Quejas, Picaduras de Serpientes, Sanación y Cánticos,” exploraremos uno de los capítulos más intensos y transformadores del libro de Números. Veremos cómo Israel experimentó grandes victorias sobre Arad, Sijón y Og, pero también cómo la impaciencia y el descontento volvieron a brotar en la nueva generación. En medio del juicio —cuando las serpientes venenosas trajeron muerte al campamento— Dios reveló su gracia sanadora, proveyendo un medio de salvación. Y al final, el pueblo que antes se quejaba levantó un cántico de júbilo, celebrando la fidelidad de Aquel que transforma el dolor en alabanza.
En este episodio, “La Voz del Dios Que Lo Sabe Todo: Balan y su Burra,” exploraremos Números capítulo 22 y una historia sorprendente acerca de Balaam y su burra que le habló. Es el relato de un profeta muy conocido en su época pero que ultimadamente su carácter reveló su corrupción. Pero aún más extraordinario es su burra que le habla al profeta. La naturaleza misma reconoce la presencia de Dios, y muchas veces los humanos no vemos ni entendemos las realidades espirituales.
Israel ha avanzado hasta las llanuras de Moab, frente a Jericó, tan cerca de la Tierra Prometida que pueden verla desde sus campamentos. Pero no todos se alegran de su llegada. El rey Balac de Moab está aterrorizado. Los rumores de las victorias de Israel contra Sijon y Og se han extendido, y Balac busca una solución sobrenatural.
Así entra en escena Balan, hijo de Beor, un profeta extranjero conocido en toda la región por su reputación: aquel que bendecía, prosperaba; aquel que maldecía, caía en desgracia. Lo curioso es que incluso fuera de la Biblia, en inscripciones antiguas como las de Deir ʿAllā en Jordania, se menciona a un “Balan, hijo de Beor”, reconocido como un gran vidente.
Balac lo contrata con un propósito claro: maldecir a Israel. Pero lo que sigue es una lección magistral sobre el carácter, la soberanía de Dios y la ironía divina de cómo Él puede usar incluso a un enemigo para bendecir a Su pueblo.
Voy a leer el capítulo 22 de Números en la Nueva Versión Internacional y dice:
Los israelitas se pusieron otra vez en marcha y acamparon en las llanuras de Moab, al otro lado del Jordán, a la altura de Jericó.
2 Cuando Balac, hijo de Zipor, se dio cuenta de todo lo que Israel había hecho con los amorreos, 3 los moabitas sintieron mucho miedo de los israelitas. Estaban verdaderamente aterrorizados de ellos, porque eran muchísimos.
4 Entonces dijeron los moabitas a los jefes de Madián: «¡Esta muchedumbre devorará todo lo que hay a nuestro alrededor, como cuando el ganado devora la hierba del campo!».
En aquel tiempo, Balac, hijo de Zipor, era rey de Moab; 5 así que mandó llamar a Balán, hijo de Beor, quien vivía en Petor, a orillas del río Éufrates, en la tierra de los amavitas Balac mandó a decirle:
«Hay un pueblo que salió de Egipto, y que ahora cubre toda la tierra y ha venido a asentarse cerca de mí. 6 Te ruego que vengas y maldigas por mí a este pueblo, porque es más poderoso que yo. Tal vez así pueda yo vencerlos y echarlos fuera del país. Yo sé que a quien tú bendices queda bendito y a quien tú maldices queda maldito».
7 Los jefes de Moab y de Madián fueron a dar a Balán el mensaje que Balac enviaba y llevaron consigo dinero para pagarle sus adivinaciones.
8 Balán los invitó a pasar allí la noche, prometiendo comunicarles después lo que el Señor dijera. Y los oficiales se quedaron con él.
9 Dios apareció a Balán y dijo:
—¿Quiénes son estos hombres que están contigo?
10 Balán respondió:
—Son los mensajeros que envió Balac, hijo de Zipor, que es el rey de Moab. Los envió a decirme: 11 “Un pueblo que salió de Egipto cubre ahora toda la tierra. Ven a maldecirlos por mí. Tal vez así pueda yo luchar contra ellos y echarlos fuera de mi territorio”.
12 Pero Dios dijo a Balán:
—No irás con ellos ni pronunciarás ninguna maldición sobre los israelitas, porque son un pueblo bendito.
13 La mañana siguiente Balán se levantó y dijo a los oficiales enviados por Balac: «Regresen a su tierra, porque el Señor no quiere que yo vaya con ustedes».
14 Los oficiales moabitas regresaron adonde estaba Balac y dijeron: «Balán no quiere venir con nosotros».
15 Balac envió entonces a otros oficiales, más numerosos y distinguidos que los primeros, 16 quienes fueron y dijeron a Balán:
—Esto es lo que dice Balac, hijo de Zipor: No permitas que nada te impida venir a verme, 17 porque yo te recompensaré con creces y haré todo lo que tú me pidas. Te ruego que vengas y maldigas por mí a este pueblo.
18 Pero Balán respondió a los siervos de Balac:
—Aun si Balac me diera su palacio lleno de oro y de plata, yo no podría hacer nada grande ni pequeño, sino ajustarme al mandamiento del Señor mi Dios. 19 Ustedes pueden también quedarse aquí esta noche, mientras yo averiguo si el Señor quiere decirme alguna otra cosa.
20 Aquella noche Dios se apareció a Balán y dijo: «Ya que estos hombres han venido a llamarte, ve con ellos, pero solo harás lo que yo te ordene».
21 Balán se levantó por la mañana, ensilló su burra y partió con los oficiales de Moab. 22 Mientras iba con ellos, la ira de Dios se encendió y en el camino el ángel del Señor se hizo presente, dispuesto a no dejarlo pasar. Balán iba montado en su burra y sus dos criados lo acompañaban. 23 Cuando la burra vio al ángel del Señor en medio del camino con la espada desenvainada, se apartó del camino y se fue por el campo. Pero Balán la golpeó para hacerla volver al camino.
24 El ángel del Señor se detuvo en un sendero estrecho que estaba entre dos viñas, con cercos de piedra en ambos lados. 25 Cuando la burra vio al ángel del Señor, se arrimó contra la pared, apretando el pie de Balán contra ella. Entonces Balán volvió a pegarle.
26 El ángel del Señor se les adelantó y se detuvo en un lugar más estrecho, donde ya no había hacia dónde ir, ni a derecha ni a izquierda. 27 Cuando la burra vio al ángel del Señor, se echó al suelo con Balán encima. Entonces se encendió la ira de Balán y golpeó a la burra con un palo. 28 Pero el Señor hizo hablar a la burra, y esta dijo a Balán:
—¿Se puede saber qué te he hecho, para que me hayas pegado tres veces?
29 Balán respondió:
—¡Te has venido burlando de mí! Si hubiera tenido una espada en la mano, te habría matado de inmediato.
30 La burra contestó a Balán:
—¿Acaso no soy la burra sobre la que siempre has montado hasta el día de hoy? ¿Alguna vez te hice algo así?
—No —respondió Balán.
31 El Señor abrió los ojos de Balán y este pudo ver en el camino al ángel del Señor empuñando la espada. Entonces, Balán se inclinó y se postró rostro en tierra.
32 El ángel del Señor preguntó:
—¿Por qué golpeaste tres veces a tu burra? ¿No te das cuenta de que vengo dispuesto a no dejarte pasar porque he visto que tus caminos son malos?[b] 33 Cuando la burra me vio, se apartó de mí tres veces. De no haber sido por ella, tú estarías ya muerto y ella seguiría con vida.
34 Balán dijo al ángel del Señor:
—He pecado. No me di cuenta de tu presencia en el camino para cerrarme el paso. Ahora bien, como esto te parece mal, voy a regresar.
35 Pero el ángel del Señor dijo a Balán:
—Ve con esos hombres, pero limítate a decir solo lo que yo te mande.
Y Balán se fue con los oficiales que Balac había enviado.
Balac se encuentra con Balán
36 Cuando Balac se enteró de que Balán venía, salió a recibirlo en una ciudad moabita que está en la frontera del río Arnón. 37 Balac dijo a Balán:
—¿Acaso no te mandé llamar? ¿Por qué no viniste a mí? ¿Crees que no soy capaz de recompensarte?
38 —¡Bueno, ya estoy aquí! —contestó Balán—. Solo que no podré decir nada que Dios no ponga en mi boca.
39 De allí se fueron Balán y Balac a Quiriat Jusot. 40 Balac ofreció en sacrificio vacas y ovejas, y las compartió con Balán y los oficiales que estaban con él. 41 A la mañana siguiente, Balac llevó a Balán a Bamot Baal, desde donde Balán pudo ver parte del campamento israelita.
En este capítulo vemos claramente que, si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros? ¿Quién puede resistir la voluntad de Dios? Nadie! El teólogo y autor Michael Heiser solía decir que la Biblia es un libro sobrenatural y debemos verlo de esa manera.
Vamos a desglosar este capítulo en 5 partes de la siguiente manera:
1. Balac, rey de Moab, busca ayuda de Balan, un profeta a sueldo (V 1–6). El capítulo inicia con una escena política cargada de temor. Recordemos que Israel había derrotado Sijón y Og. Los moabitas estaban al norte del territorio que Israel había conquistado. Balac, el rey de Moab, al ver los campamentos de Israel, decidió buscar ayuda de un reconocido profeta a sueldo. El temor de Balac se parecía mucho al del faraón en Éxodo 1:9 y 12 dicen, “y dijo a su pueblo: «¡Cuidado con los israelitas, que ya son más fuertes y numerosos que nosotros!»” “Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y se extendían, de modo que los egipcios llegaron a tenerles miedo;” y números 22:3 dice: “Cuando Balac, hijo de Zipor, se dio cuenta de todo lo que Israel había hecho con los amorreos, los moabitas sintieron mucho miedo de los israelitas. Estaban verdaderamente aterrorizados de ellos, porque eran muchísimos.”
Fue tal su temor que envió mensajeros con regalos para Balan, diciendo:
“Ven, te ruego, maldice a este pueblo, porque es más poderoso que yo; tal vez así pueda derrotarlo y expulsarlo de mi tierra.” (v. 6) Balan, significa “hombre sin pueblo”. Un hombre sin lealtad a nadie es un hombre nada confiable.
En el antiguo Cercano Oriente, se creía que las palabras de un profeta tenían poder mágico: bendecir o maldecir era cambiar el destino. Balac buscaba manipular lo espiritual como un medio de poder. Pero el Dios de Israel no es manipulable. Y pronto Balan descubriría que no hay maldición que prevalezca contra los que Dios ha bendecido. Gordon Wenham en su comentario de Números dice, “Balac quería un hombre que pudiera pronunciar una poderosa maldición sobre sus enemigos, lo cual conduciría así a su derrota. La idea de que las bendiciones o maldiciones, cuando se pronuncian correctamente, pueden ser realmente eficaces, recorre todo el pensamiento bíblico.” En su mensaje a Balan, Balac dijo, “Yo se que a quien tu bendices queda bendito y a quien tu maldices queda maldito.”
2. El Primer encuentro de Balan con Dios (V 7–14). Los mensajeros, que eran los jefes de Moab y de madian, llegaron con honorarios, promesas y con un mensaje de Balac para Balan. Balan los invitó a pasar la noche con él mientras él consultaba a Dios. La respuesta fue clara: “No irás con ellos ni pronunciarás ninguna maldición sobre los Israelitas, porque son un pueblo bendito.” La instrucción era directa y les comunicó a la delegación que no iría con ellos. El se encontraba en una encrucijada, las demandas de Balac y la orden de Dios.
3. El segundo encuentro de Balan con Dios (V15-20). Balac no se dio por vencido y envió una delegación más numerosa y distinguida para convencer a Balan de que fuera con ellos. Le ofrecio una excelente compensación y le rogo que fuera a maldecir a Israel. Balan se niega a ir, pero los invitó a quedarse esa noche con él mientras él consultaba de nuevo al Señor. La respuesta fue “ve con ellos, pero solo harás lo que yo te ordene”. Balan no aceptó la primera respuesta de Dios que fue ‘No irás’. Volvió a consultar a Dios. Dios le concede los deseos de su corazón. Su ambición era más fuerte que su obediencia. Cuando una segunda embajada llega con mayores recompensas, Balan “vuelve a consultar” a Dios, como si esperara que el Señor cambiara de opinión. El Rabino Jonathan Sacks lo describe con precisión: “Balan es una figura de grandes dones, un verdadero profeta, pero un hombre de carácter defectuoso. Ese carácter acabaría llevándolo a su ruina.” (Numbers: The Wilderness Years, p. 372–373) Sacks continúa diciendo: “Podía bendecir o maldecir con eficacia, pero no era un profeta en el sentido moral. Como un asesino a sueldo, sus servicios podían comprarse. Tenía habilidades devastadoras, pero sin compromiso ni raíces en la humanidad.” (p. 373) El problema de Balan no era su don, sino su corazón.
Sacks continua diciendo:
“Lo que importa a largo plazo no son los dones que tenemos, sino el uso que hacemos de ellos. Balan perdió la reputación que podría haber tenido porque carecía de un compromiso básico con los principios morales. Un profeta sin lealtad no es un profeta.
4. El tercer encuentro de Balan con Dios (v 21-35). Balan emprende el viaje con los príncipes de Moab. Dice el texto que “la ira de Dios se encendió” porque Balán fue. El ángel del Señor se interpuso en el camino, pero Balan no lo vio… pero su burra sí. Tres veces el ángel se coloca frente a ellos; tres veces la burra se aparta; y tres veces Balan, ciego en su orgullo, la golpea. Hasta que ocurre lo impensable: “Entonces el Señor abrió la boca de la burra, y esta dijo a Balan: ¿Se puede saber qué te he hecho, para que me hayas pegado tres veces?” (v. 28). El profeta que se suponía “vidente” no ve; el animal sin entendimiento percibe lo espiritual. La burra se convierte en la voz de Dios que expone el pecado del profeta. El ángel le dice a Balan, —“¿Por qué golpeaste tres veces a tu burra? ¿No te das cuenta de que vengo dispuesto a no dejarte pasar porque he visto que tus caminos son malos? Cuando la burra me vio, se apartó de mí tres veces. De no haber sido por ella, tú estarías ya muerto y ella seguiría con vida.” La burra representa la conciencia que Balan ha silenciado. Dios usa lo humilde, lo inesperado, un animal para revelar su voluntad. Es un recordatorio de que la ceguera espiritual no proviene de los ojos, sino del corazón. Estas palabras de Sacks refiriéndose a Balan son increíbles, “Era conocido como el hombre que poseía los secretos de la bendición y la maldición”. Ahora Dios procede a mostrarle a Balan que, cuando Él así lo decide, incluso la burra de Balan es una profeta más grande que él.” Dios no estaba dispuesto a dejar que Balan se saliera con la suya. Cada golpe que Balan le daba a su burra demostraba la maldad que había en su corazón. Proverbios 12:10 dice, “El justo atiende a las necesidades de su bestia, pero el malvado es cruel.” Gordon Wenham dice, “El asna quedó atrapada tres veces entre la espada del ángel y el bastón de Balan. Pronto, Balan se encontrará atrapado tres veces entre las exigencias de Balac y las prohibiciones de Dios.” Sacks hace la siguiente observación acerca de los profetas falsos y verdaderos:
El falso profeta habla.
El verdadero profeta escucha.
El falso profeta le dice a la gente lo que quiere oír.
El verdadero profeta le dice lo que necesita oír.
El falso profeta cree en sus propias fuerzas.
El verdadero profeta sabe que no tiene poder alguno.
El falso profeta habla con su propia voz.
El verdadero profeta habla con una voz que no es la suya.
“No soy hombre de palabras”, dijo Moisés (Éxodo 4:10).
“No sé hablar, porque soy un niño”, dijo Jeremías (Jeremías 1:6).
El número tres en la Escritura representa plenitud o confirmación divina.
Tres veces Pedro negó al Maestro.
Tres veces Samuel fue llamado por Dios.
Tres veces Pablo pidió que le quitara el aguijón.
Tres veces Jesus oro para que copa pasare de el.
En este relato, los tres golpes simbolizan tres advertencias espirituales:
La primera, cuando ignoramos suavemente la voz del Espíritu.
La segunda, cuando resistimos con ira la corrección.
Y la tercera, cuando nos volvemos completamente ciegos, insistiendo en nuestro propio camino.
El animal inocente salva la vida del profeta necio. Lo que Balan veía como obstáculo, era en realidad protección. Cada obstáculo que Dios pone en nuestro camino puede ser un muro de misericordia, no un castigo. Tres veces fue detenido, tres oportunidades para preguntarse qué estaba sucediendo, pero su enojo, crueldad y necedad le impedían ver la realidad. Dios le estaba mostrando gracia, permitiéndole vivir e ir donde Balac a pronunciar bendiciones sobre su pueblo.
5. La voluntad de Dios prevalece (22:36–41). Balan finalmente llega ante Balac. Pero lo primero que dice no son palabras de poder, sino de rendición:
“Solo podré decir las palabras que Dios ponga en mi boca.” (v. 38). En los capítulos siguientes veremos las bendiciones y declaraciones de Dios sobre Israel usando a Balan como instrumento de bendicion
Y que dice el Nuevo Testamento:
Balan representa el profeta corrupto; Jesús, en contraste, es el Profeta perfecto.
2 Pedro 2:15-16 dice, “Han abandonado el camino recto y se han extraviado para seguir la senda de Balán, hijo de Bosor, a quien le encantaba el salario de la injusticia. Pero fue reprendido por su maldad: su burra —una muda bestia de carga—, habló con voz humana y refrenó la locura del profeta.”
Balan buscó recompensa; Jesús se entregó gratuitamente.
Mateo 20:26-28 dice, “Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás, así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.”
Balan golpeó al inocente; Jesús fue el inocente golpeado.
Isaías 53:5-6 dice, “Él fue traspasado por nuestras rebeliones y molido por nuestras iniquidades. Sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz y gracias a sus heridas fuimos sanados. Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su propio camino, pero el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros.”
Balan quiso hablar por su propio interés; Jesús habló solo las palabras del Padre.
Juan 12:49-50 dice, “Yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió me ordenó qué decir y cómo decirlo. Y sé muy bien que su mandato es vida eterna. Así que todo lo que digo es lo que el Padre me ha ordenado decir».”
Y donde Balan buscó ganancia, Cristo se hizo pobre para hacernos ricos.
2 Corintios 8:9 dice, “Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, quien era rico y por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos.”
Este capítulo nos recuerda que Dios ve lo que nosotros no vemos, que Su bendición es irrevocable, y que incluso en medio de nuestra necedad, Él puede usar cualquier medio —incluso una voz inesperada— para detenernos y salvarnos.
El asna habló porque Dios aún quería que Balan escuchara. Quizá hoy, de formas distintas, Dios también sigue hablando… solo necesitamos tener oídos para oír, y humildad para ver.
Como aplicación quiero dejarte con tres preguntas de reflexion:
1. ¿Estás usando tus dones para enriquecerte? La codicia espiritual es real y es usar los dones que Dios te ha dado para beneficio personal.
2. ¿Estas justificando tu pecado? Hay alguna área de tu vida donde hay compromiso moral, es decir, has justificado el pecado en nombre de la “tolerancia.”
3. ¿Estás disfrazada de religiosidad, ocultando la desobediencia? ¿Aparentas obediencia para quedar bien con otros y con Dios?
Dios ve lo que nosotros ni otros ven. Mientras Balan avanzaba ciego, el asna vio el ángel y se detuvo. Dios no solo ve el futuro; ve también los motivos ocultos del corazón. A veces, los “obstáculos” en nuestro camino son en realidad la misericordia de Dios deteniéndonos antes del desastre. Cuando algo te detiene o te retrasa, no siempre es oposición; puede ser protección divina.
La obediencia parcial es desobediencia disfrazada. Balaam parecía obedecer, pero su corazón ya había decidido seguir la voz del dinero antes que la de Dios. El Señor le permitió ir, pero no porque había aprobado su camino, sino porque estaba revelando su intención. Dios no busca apariencias de obediencia, sino corazones rendidos. Cuando insistimos en lo que queremos oír, podemos terminar confundiendo la gracia de Dios con Su aprobación.
Dios puede hablar por medio de lo inesperado. El asna habló para revelar lo invisible. A veces Dios usa lo que menos esperamos —una palabra, un silencio, un obstáculo, un animal o incluso una persona que no imaginábamos— para advertirnos y realinearnos con Su propósito. No desprecies las voces pequeñas. A veces lo que parece una interrupción es en realidad una intervención de Dios.
Proverbios 3:5–6 (NVI) “Confía en el Señor de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia; reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas.”
El Señor te bendiga y te guarde;
El Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y te extienda su amor;
El Señor mueva su rostro hacia ti y te conceda la paz”.
Queridos amigos, necesito tu ayuda. Si este podcast ha sido de bendición para tu vida, por favor compártelo con otros. Gracias de nuevo por tu apoyo. Hasta la próxima semana, si Dios lo permite. ¡Dios los bendiga!