Amorte

CÍRCULO DE DUELO: un camino somático hacia las pérdidas

Patty Bueno Season 7 Episode 2

Send us a text

Amanda Valenzuela, psicoterapeuta y tanatóloga, comparte su profunda experiencia personal acompañando a su hija Uma durante cuatro años de enfermedad hasta su fallecimiento, revelando cómo el dolor puede transformarse en sabiduría y servicio.

Nos habla sobre:

• Su trabajo previo con enfermos terminales en hospitales donde Amanda descubrió personas con una vitalidad sorprendente ante la cercanía de la muerte fueron una preparación para el proceso personal que viviría con sus hijos.
• La experiencia cercana a la muerte de su hijo Yamil tras un accidente. eléctrico, superando todos los pronósticos médicos, donde durante un año y 70 operaciones estuvo dedicada a su hijo.
• Al año le diagnostican cáncer a su hija Uma de cuatro años hasta su partida, cuatro años después.
• Nos comparte las reflexiones sobre la conciencia y sabiduría que Uma mostró durante su enfermedad, pidiendo permiso para morir un día antes de partir.
• Su búsqueda de espacios para atravesar el duelo sin la presión de "superarlo" rápidamente.
• La diferencia entre acompañar profesionalmente a otros en procesos de muerte y vivirlo como familiar directo.
•  "Círculo de Duelo" como espacio donde todos los tipos de pérdida pueden ser acogidos sin comparaciones.
• Importancia de habitar las emociones difíciles como el miedo, la tristeza y la culpa, dándoles el tiempo y espacio necesarios

Círculo de Duelo será un proceso de acompañamiento presencial que se llevará a cabo una vez al mes en Ciudad de México. Facilitado por Amanda Valenzuela y Patty Bueno.

Puedes encontrar informes en:

https://www.pattybueno.com/circulo-de-duelo

Con mucho AMORte,

Patty Bueno

Speaker 2:

Gracias, un podcast donde se graba cada vez que siento la necesidad de comunicarles o compartirles algo que siento que vale mucho la pena para ustedes Y bueno, hoy es una de esas ocasiones. Estoy muy contenta de compartir con ustedes a Amanda Valenzuela. Amanda es psicoterapeuta, como les decía hace rato, y tanatóloga Y hace unos meses fue hace unos meses, ¿verdad, amanda, que hicimos contacto. Me contactaste Un poquito, como tres meses. Sí, fue una cosa muy orgánica y realmente fue muy bonito. Porque me invitó a un café, amanda? porque quería platicar sobre un proceso muy personal, muy cerca de su corazón, y logramos ir a tomar un café para platicar. Y ahorita les va a compartir su historia, amanda, lo cual nos llevó a sentir el llamado a hacer algo juntas, algo.

Speaker 2:

Momentos muy vulnerables, viviendo un momento de duelo, de pérdida, incluso a veces es un momento donde estamos frente a la muerte, tocándonos a la puerta, y como cada persona tiene una manera tan personal de vivirlo y tan distinto, manera tan personal de vivirlo y tan distinto. Y a veces esa pérdida no tiene que ver con una muerte. A veces esa pérdida tiene que ver con un momento de vida que se transforma, que llega a un final y nos marca enormemente. Pero hoy Amanda nos va a compartir su historia personal, y con mucha ternura y con mucha vulnerabilidad.

Speaker 2:

Sé que es un tema todavía sensible para ti, amanda, y pues bueno, muchas gracias por abrirte a estar aquí con nosotros, a querernos compartir y abrirnos tu corazón. Así es que bienvenida Morta, amanda, muchas gracias, muchas gracias. Siento honrada también de un duelo y parece ser que el tiempo se para o que quizás pasó una eternidad, y hay como mucha confusión también en estos, en estos tiempos donde estamos viviendo un duelo, que es que es algo que pasa físicamente, neurológicamente, en nuestro cerebro, con las hormonas y demás y el sistema nervioso. Entonces, pues bueno, aquí, con, con todo el amor, te escuchamos.

Speaker 1:

Cuéntanos sobre ese proceso que viviste acompañando a tu hija Umba. Pues, creo que ha sido el proceso más doloroso de mi vida Y sin duda el proceso más amoroso también, una experiencia que yo agradezco profundamente haber tenido la oportunidad de acompañar a mi hija en este camino. Y cuando digo agradezco, pues claramente no es que agradezca el que haya tenido que atravesar por un proceso de tanto dolor, de tanta enfermedad y, finalmente, de su trascendencia. Pero creo que, dentro de esa realidad, que es un misterio no-transcript, que finalmente hoy lo siento como el regalo que me ha permitido abrir el corazón. Abrir el corazón al dolor por la pérdida y también abrir el corazón al amor. ¿no, al amor que sigue vivo? ¿no, y que el vínculo cambia de forma, pero el amor nos sigue conectando, ¿no? Y es algo que me nutre, que me llena de sentido, que me llena de oportunidades para aprender a estar más presente en la vida también.

Speaker 2:

tú ya eras tanatóloga antes de que se enfermara tu hija y me has compartido que durante un tiempo de tu vida estuviste totalmente inmersa en este proceso de acompañar a enfermos terminales en diferentes hospitales al servicio, algo que desde muy joven te llamó, era como un llamado de tu corazón muy fuerte. Cuéntanos un poco la diferencia de cuando sentiste este primer llamado antes de tener hijos, y después, cuando pusiste este acompañamiento y estas herramientas que tenías ya en práctica, cuando te convertiste quizás también en el familiar porque es muy distinto acompañar a otros a cuando estamos atravesando nosotros un proceso de duelo de ser el cuidador primario. Cuando hay un vínculo cercano, cambian todas las reglas de todo lo que sabemos como profesionales. ¿Nos puedes compartir un poco ese proceso y esos cambios que sucedieron?

Speaker 1:

Pues, creo que yo llegué por primera vez a este proceso cuando era muy joven, estaba en la universidad estudiando la carrera de psicología clínica, hace más de 26, 27 años, y fue un poco resultado del azar, porque digo, creo que una combinación, pero había que elegir en dónde hacer el trabajo social y entre las opciones estaba acompañar a enfermos en etapa terminal en hospitales públicos, en la raza, en centro médico y hospital general. Ese camino, y claramente había algo que me llamó a tomar esa decisión. Pero para mí fue muy sorprendente lo que encontré ahí. Creo que me sorprendió mucho que casi una constante, la mayoría de los pacientes que estaban atravesando este proceso de tanto dolor, de tanta fragilidad y con una conciencia de que la muerte estaba por delante y era algo cercano, que iban a vivir. Me encontré con tanta vitalidad. Recuerdo sus miradas, ¿no?

Speaker 1:

Llenas de luz y de brillo, y para mí era como muy sorprendente que en esos pabellones, en donde estaba la muerte tan presente, al mismo tiempo hubiera tanta vida, tanta conciencia, tanta presencia y una manera de vivir que yo no había encontrado en ningún otro lugar, como si sintiera que los que estaban ahí estaban mucho más vivos que todos nosotros que estábamos afuera. Para mí eso me atrapó. Me atrapó y me generó, por un lado, un deseo genuino de acompañar y, al mismo tiempo, un anhelo profundo de aprender, de aprender a vivir la vida de esa manera, con esa conciencia, con esa conciencia de la impermanencia, de la finitud, de la fragilidad humana, de que todos vamos a morir, ¿no? Y de que no es una enfermedad, ¿no, no es un problema que haya que evitar, que haya que controlar, que es simplemente parte de la vida y es parte del ciclo.

Speaker 1:

Y creo que, paradójicamente, esta conciencia de la muerte nos despierta una conciencia más profunda de la vida, nos permite estar más presentes en ella. Y para mí eso ha sido increíble, increíble. De hecho, era muy joven, estaba yo a media carrera, y dediqué mi tesis y fue en relación al acompañamiento a pacientes en procesos terminales con SIDA que, en ese entonces, pues, era todo un tema.

Speaker 2:

Y me imagino que en esta exploración hay muchas preguntas que surgen acerca de la vida y de la educación de muerte y, como toda esta sabiduría que surge cuando estás tan cerca de la muerte, ¿qué fue de las cosas que más te sorprendió de estas personas que estaban enfermos terminales o que estaban con mucho dolor, que quizás nunca habías mirado de esa manera, cuando dices que sentías que estaban más vivos que nunca?

Speaker 2:

digamos que es lo que más me enseñaron o lo que más me algo que quizás no te habías cuestionado antes de trabajar con enfermos terminales que te sorprendió cuando dices, es que siento que estaban más vivos que personas que estaban en perfecta salud pues, yo creo que es que estaban en perfecta salud.

Speaker 1:

Pues, yo creo que es un poco en este mismo sentido que a mí me atraparon los hospitales. Cada vez empecé a hacer trabajo social y de ahí me seguí a hacer trabajo como voluntaria y de ahí llegó un punto en el que yo estaba ocho horas en los hospitales Y mi familia porque era muy joven todavía vivía con mi mamá. Me decía, o sea, ¿pero por qué te llama tanto la muerte? no, y en realidad, para mí el simple hecho de atestiguar esos procesos, yo salía de ahí como renovada, revitalizada. Yo decía no, me desgasta, o sea, todo el mundo pensaba que yo me estaba acabando Y yo salía de ahí con una energía, con una vitalidad, con una ¿no Como? y un proceso de deterioro ¿no Como? que implicaba obscuridad, como que implicaba algo que me asustaba. Y encontrarme como, con una experiencia tan distinta, ¿no.

Speaker 2:

Me imagino que cuando empezaste a hacer tu familia, dejaste estas prácticas a un lado y una enferma muchos años. bueno, llega a tu vida, muchos años después de este trabajo que hacías de acompañamiento Y Uma enferma de cáncer. y está cuatro años enferma de cáncer. Comienza su enfermedad a los cuatro años.

Speaker 1:

Pero antes de esta experiencia con Uma, tú ya habías vivido un proceso muy fuerte con tu otro hijo, nos puedes platicar un poquito sobre ese proceso, de acompañarlo en un proceso también al borde de la muerte, a raíz de 25 años de edad. Se llama Yamil, tuvo un accidente hace aproximadamente 8 o 9 años. De repente los tiempos se ven, pero 8 o 9 años recibió una descarga eléctrica por un tema de negligencia de la CFE y 25.000 voltios, lo cual es casi imposible sobrevivir. Y bueno, pues ahí empezó todo el proceso complicado. Obviamente no tenía posibilidades de sobrevivir. Los pronósticos eran así dos, tres días va a vivir tu hijo. ¿no? Y yo creo que la vida se abre camino de muchas maneras misteriosas, ¿no? Y dentro de momentos tan difíciles, tan complicados, tan trágicos, pues la vida se fue abriendo caminos, sin entrar en mucho detalle, pero contra todo pronóstico.

Speaker 1:

Aquí recorrimos todos los hospitales en la Ciudad de México y finalmente nos dijeron no hay nada que hacer, señora. Entonces logré trasladarlo en una, logramos trasladarlo en una ambulancia aérea a Houston y todo el tiempo estaba la muerte presente. ¿no, el puro traslado. Me dijeron señora, no va a vivir su hijo. ¿no, el puro traslado. Me dijeron señora, no va a vivir su hijo. Entonces yo decía que si muere, que muera en el intento de hacer algo. Pues ahí inició un proceso muy complicado de estar de frente a la muerte todos los días, contra todo pronóstico. En ese momento yo realmente tenía la, pues casi la certeza de que mi hijo iba a morir y en realidad yo lo que quería era estar ahí para acompañarlo.

Speaker 2:

En su muerte. En su muerte Porque tú estabas tan segura que iba a suceder por el cuadro en el que estaba él en esos momentos.

Speaker 1:

Y en realidad, bueno, pues iba como sorteando, obstáculo tras obstáculo tras obstáculo. ¿no iba como sorteando obstáculo tras obstáculo tras obstáculo, porque entraba cirugía cada tercer día y me tocaba firmar la amputación de una pierna, de un brazo, y finalmente fueron más de 70 cirugías un año en terapia intensiva y un proceso profundo de aprender a soltar, a soltar, a soltar y a soltar y a pues entregarme a los designios misteriosos de la vida que de momento te ponen frente y no hay más que estar ahí. Y al día de hoy, pues, mi hijo sobrevivió, realmente un milagro. Y no sólo sobrevivió, sino es un ser lleno de luz, de vitalidad, de conciencia, de vida. Finalmente, con esto de que iba a perder una pierna, pues camina perfectamente bien, corre, no perdió ninguna pierna y recorre la ciudad en bicicleta todo el tiempo.

Speaker 1:

Y, bueno, pues, está muy vivo, muy vivo, muy despierto, muy presente, muy consciente. Y pues fue una experiencia muy desafortunada, llena de aprendizaje, afortunada, llena de aprendizaje. Y finalmente fue toda una preparación porque al poco tiempo sucedió lo de mi hija. Mi hijo venía, llegando de Houston, ya había salido de peligro después de un año de haber estado hospitalizado y al poco tiempo fue que mi hija se enfermó.

Speaker 2:

Le encontraron un tumor de cáncer. Es como si casi no te hubieran dado tiempo, entre un proceso y otro, para poder recuperarte, para poder recuperar el aliento y tener como un respiro en medio de toda esta adversidad. Amanda, cuando fue el diagnóstico, cuando te dieron el diagnóstico de Uma, tenía cuatro años.

Speaker 1:

Cuatro años Y tú dices que, con el proceso de Yamil, todos los días tú te ibas, tú estabas segura de que Yamil iba a morir. Sí, era como una. digamos que a lo mejor no era totalmente consciente. ¿no, Hoy lo digo porque, pues, como que la experiencia va tomando diferentes formas. A lo mejor no estaba totalmente consciente, pero sí recuerdo que yo no me quería separar de él. Iba al baño y decía ¿y si se muere? Entonces regresaba corriendo, porque yo decía quiero estar ¿Era como un mecanismo de defensa?

Speaker 2:

quizás.

Speaker 1:

No lo sé, fíjate, porque yo, como que en el caso de mi hijo, que fue un accidente tan tremendo, había una sensación como de, como yo creo que lo que influyó mucho fue la manera en la que mi hijo estaba asumiendo y enfrentando con mucha desde un lugar de acompañarlo en lo que fuera su destino, a diferencia de mi niña chiquita que, al tener ocho años, para mí era todavía mi bebé Y como madre se vive, aunque no es así. Pero pues sentimos que la responsabilidad de su vida es nuestra vida, es nuestra, ¿no? Y también, en ese sentido, creemos, ¿no? Que tenemos el poder de hacer algo para que no suceda.

Speaker 1:

Entonces digamos que la experiencia de mi hija yo la sentí más como si fuera un reto para mí. ¿no, no, voy a permitir y no va a pasar y voy a hacer lo que tenga que hacer, pero mi hija va a estar bien porque es mi trabajo. ¿no, es mi papel. En el caso de mi hijo, como que ya estaba más, pues sí, yo lo veía ya un ser más independiente, con una vida propia, con un destino desconocido para mí, ¿no? Y mi niña, pues, era mi bebé Cuando le diagnosticaron tenía cuatro años.

Speaker 2:

Cuatro años, cuatro años, sí. Entonces cuando empezaste este proceso, como dices Amanda, entraste en este proceso con ok, como mamá, necesito tener toda la energía disponible para hacer todo lo que está a mi alcance, como esta persona responsable de ella, para mantenerla viva, para mantenerla segura y para que ella esté bien. ¿y entonces qué sucedió?

Speaker 1:

Pues digamos que a partir de ese diagnóstico, fue un cáncer sarcoma de Ewing en la columna, que es uno de los cánceres más agresivos que hay el pronóstico era pésimo 98% de los casos mueren y el tiempo de vida me decían entre ocho meses y un año. Y en ese momento para mí, como te compartía hace rato, yo les dije a los doctores o sea, no me vuelvan a decir, ese porcentaje Para mí no es importante. En realidad, solo necesito ese 2% para que ese 2% para mí y para la familia sea el 100%, y poner toda la energía y todo el enfoque y toda la fuerza y toda la confianza y la fe en ese 2%. Hicimos todo lo que pudimos. Eso también me da una sensación de mucha paz En medio del dolor, hay como una paz y como una certeza de que hicimos todo lo que pudimos y pues iniciamos una búsqueda.

Speaker 1:

Digo, fue el protocolo convencional de quimioterapia, de trasplante de médula este, y fueron cuatro años. Afortunadamente fueron cuatro años porque pues nos decían ni un año, y fueron cuatro largos años, pues llenos de dolor y también llenos de vida. Y justamente esto que te compartía, que había experimentado en hospitales muchos años antes, ahora estaba tan presente al acompañar a mi hija, una niña, pequeña en edad, pero con una sabiduría profunda y con una conciencia muy amplia, muy amplia, enfrentó todo el proceso con mucha dignidad, con mucha conciencia, con mucha fuerza, con mucha entrega y, al mismo tiempo, con aceptación. Tengo cantidad de memorias hermosísimas que me inspiran, que ahora, conforme va pasando el proceso, voy recuperando, porque digamos que al principio, como que había muchos recuerdos de lo doloroso, de los momentos de tanto dolor, porque este cáncer pues era sumamente doloroso, de tanto dolor, porque este cáncer pues era sumamente doloroso. Y ahora experimento, como que me vienen muchísimas memorias de experiencia, de momentos de mucha felicidad, de mucha plenitud, mucha plenitud.

Speaker 1:

Recuerdo una anécdota que se me hizo, así que se quedó grabada en mi corazón en algún momento jugábamos, nos gustaba hacernos como una casita de campaña, y entonces entre los sillones, y entonces ahí nos quedábamos a dormir, como que acampábamos, y en una de esas ocasiones empezamos a jugar verdad o reto, y yo pues, como con una inquietud, una curiosidad de hacer una pregunta, pero también con un poco de temor, y la pregunta fue ¿eres feliz? Y me conmueve mucho recordarlo Porque me dijo ay, mamá, o sea, hazme una pregunta inteligente, por supuesto que soy feliz, ¿no? Y yo pues, o sea como no entendía, ¿no, porque la hice con miedo, desde mi experiencia, y me dijo por supuesto que soy feliz. ¿por qué no sería feliz? Y yo, ¿y por qué eres feliz? Pues, obvio, por todo, ¿no, soy la más feliz.

Speaker 1:

Y bueno, experiencias y momentos y lecciones como esos me dejó para siempre. Momentos y lecciones como esos me dejó para siempre. Y me encanta poder recordar también eso porque, sorpresa, era una niña que tenía esa conciencia y tan la tenía que un día antes de morir nos pidió permiso, a su papá y a mí, para morir y nos dijo mamá, yo estoy muy bien con eso, estoy muy tranquila, solo quiero que ustedes estén bien y que estén listos. Y bueno, para mí es una experiencia, es un tesoro, es una experiencia sagrada, llena de dolor que me atraviesa todo el tiempo, y también llena de sabiduría, de amor, de de inspiración.

Speaker 2:

Para mí, Te escucho y tengo que hacer una pausa para respirar, porque me doy cuenta que dejo de respirar y seguro también muchas personas escuchándonos dejan para respirar porque me doy cuenta que dejo de respirar y seguro también muchas personas escuchándonos dejan de respirar porque no, no nos podemos imaginar lo que es perder a un hijo, que no es natural en el orden de la vida. Entonces, cuando tu hija te pide permiso para decirte ya es tiempo de que me vaya, ya es tiempo de morir. y les quiero pedir permiso para morir, ¿qué le contestas a tu hija, amanda?

Speaker 1:

¿Qué le contestas a tu hija, amanda? En realidad no solo fue la pregunta, sino como el lugar desde donde lo hizo. Yo la sentí tan presente, con tanta claridad de lo que estaba diciendo, con tanto amor y con tanto respeto hacia ella y hacia nosotros que en realidad para mí fue muy claro en ese momento ¿no? Y dije mi amor, no soy yo quien te tiene que dar permiso. ¿no, gracias, gracias por haber recorrido estos años conmigo, por haberme regalado la oportunidad de acompañarte. ¿no? Con tanta fuerza, con tanta determinación, con tanta alegría, con tanto amor como lo hizo, aunque me hubiera encantado que viviera 80 años más, realmente yo sentía que no le faltaba, o sea que no. Es un poco complicado esto decirlo, porque por un lado estaba mi anhelo de que viviera muchos años, pero por otro lado había una sensación de que había cumplido con su misión, con su su vida había tenido todo el sentido para mí y aparte, había luchado con mucha fuerza y tenía todo el derecho de De dejarse descansar.

Speaker 2:

me pareció que fue tan claro que yo no podía hacer absolutamente nada más que abrazarla y acompañarla, también en esa claridad, en esa decisión, decisión recuerdo que otra de los puntos que tocamos en esta plática, cuando tuvimos este café, que nos nos dieron como pauta a querer ofrecer este espacio que estamos por abrir y por crear juntas, era hablar de, en ese momento, que tú estabas tan concentrada en estar con ella, en poder cuidarla en todas las cosas que aprendiste a hacer para tú poder entregarte a ese proceso con todo tu corazón, ¿no, todo tu corazón, ¿no? Desde canalizarla, desde tu ser quien hacía, como todos los cuidados, los protocolos, cocinarles, aprender tantas cosas para poder acompañarla de la mejor manera, este amor desbordado. hablabas de de lo que, de lo que significaba para ti en esos momentos recibir apoyo tanatológico, que en esos momentos para ti no había lugar para ese apoyo, que lo sentías hasta invasivo. y pero, después de que falleció Uma, buscabas como sentir en este acompañamiento que estabas buscando ¿Y por qué, antes de que falleciera Uma, estabas un poco renuente a recibir este acompañamiento.

Speaker 1:

Sí, yo creo que cuando estaba acompañando a mi hija, cuando estaba acompañando a mi hija, para mí era justamente porque estaba la muerte estaba tan presente es que yo atesoraba cada momento con ella, cada momento de vida. Y para mí poner la mirada en la muerte era distraerme, ¿no? Era como dejar de estar en el presente, dejar de estar en la vida con ella, aquí, ahorita, ¿no. Yo decía pues, si mi hija muere, cuando muera tendré toda la vida para procesarla. Pero ahorita, ella está aquí y ella está luchando, ¿noando? ella tiene la mirada puesta en la posibilidad y para mí acompañarla era poner la mirada en el mismo lugar, en la posibilidad, en la vida, en aquí estás hoy, y si estás hoy, aquí, es todo lo que necesito para estar contigo.

Speaker 1:

Entonces, para mí era como que me quitaban el tiempo, un poco el tiempo tan preciado que era estar con mi hija, porque todo el tiempo estábamos leyendo, escribiendo, dibujando, hacíamos máscaras. El hospital era como fantasías, miguel, eso me decían los doctores, o sea máscaras piñatas. Entonces para mí era tan sagrado el tiempo en la vida que prepararme para la muerte era pues quitarle tiempo a la vida. Y cuando murió mi hija, por supuesto empecé a buscar desesperadamente todo tipo de apoyo Terapias, terapias, terapias, terapias, terapias, terapias. Y además fue cuando me metí a estudiar para dobla de muerte en una escuela en Madrid que ahorita te platico por qué fue esa inquietud.

Speaker 1:

Y en esta búsqueda la verdad es que digo todo me sirvió un espacio en el que yo sintiera encontrar como un hogar para ese dolor, encontrar testigos que pudieran ver mi dolor y simplemente atestiguarlo, sin quererlo curar ni sanar, ni modificar, ni apresurar, ni apurar. Que toda mi red de apoyo, mi familia pues, con todo el amor, han estado acompañándome de la mejor manera. Pero creo que para quienes es más difícil acompañarnos es para quienes más nos aman. Y de alguna manera yo me sentía sola, porque compartir el dolor con mi mamá era no, vas a estar bien, ¿no? Como también el propio dolor.

Speaker 1:

Mi dolor le lanzaba, ¿no? Lo mismo hacia todos lados. ¿no, entonces mi dolor era una amenaza para la gente que más me ama, ¿no, entonces sentía yo como la angustia, la prisa, vas a estar bien? y no encontra encontrar un espacio para habitarlo, para compartirlo, para encontrar un lenguaje común para el dolor y también para el amor, para ese vínculo invisible que permanece vivo y que necesita encontrar un lenguaje diferente, un lenguaje propio. Y pues, en esta cultura, en donde le tenemos fobia al duelo y al dolor. Tenemos como una adicción a la felicidad. Tenemos como una adicción a la felicidad, ¿no? Entonces el dolor era como amenazante, ¿no? Y de alguna manera, vivirlo en soledad y de silencio y de estar conmigo eran muy importantes, pero yo necesitaba un espacio en el que sintiera que pertenecía, que mi dolor no amenazaba, no asustaba, que podía ser mirado sin juicio, sin prisa.

Speaker 2:

Sin una necesidad de encontrar una solución para quitarlo Exacto exacto.

Speaker 1:

¿por qué? Porque el duelo no es una enfermedad que haya que curar, no es un obstáculo que haya que quitar del camino o resolver. ¿no, no es un problema que debas resolver Y creo que esta idea hace muy distinto el proceso de la vida. Profundo, profundo, es un camino de amor. Implica un proceso de transmutación, de transformación profunda, porque la vida cambia y cambia para siempre, y pensar que todo va a volver a ser igual entorpece el proceso, le quita toda esta posibilidad de riqueza, no proceso, le quita toda esta posibilidad de riqueza. Y creo que el dolor merece vivirse con todo el espacio, con toda la dignidad, porque el duelo habla de una historia de un amor profundo absolutamente.

Speaker 2:

Y recuerdo que en el momento que estábamos teniendo esta conversación en el café, se despertó una profunda añoranza de las dos de poder compartir un espacio, a pesar de que, bueno, yo estoy viviendo todavía un duelo creo que ya voy de salida ¿no? un duelo muy distinto, pero que también tiene un lugar y que no se compara, ni tiene por qué compararse, porque es muy diferente a la pérdida de un hijo. Pero la pérdida de un hijo, pero la pérdida de una pareja también, en muchos momentos y no siempre, te deja en un momento vulnerable donde quizás necesitas tiempo para atravesarlo. Entonces Uma está tres años de haber trascendido y yo tiene dos años, nueve meses, que me separé de mi pareja. Entonces estamos apenas, como retomando y como hablamos desde otro lugar, como si hubiéramos sido unas antes, en la manera en que acompañábamos, antes de vivir esta pérdida, y ahora somos otras, como nuevas, como renovadas, como con nuevas miradas.

Speaker 2:

Y entonces fue cuando se nos ocurrió qué tipo de espacio podríamos ofrecer para hacer un acompañamiento y cómo lo podríamos hacer, porque las dos estamos sumamente ocupadas y en esta ciudad atravesarla, hacerlo presencial, era difícil y poder ofrecer un espacio para otras personas que no viven en la Ciudad de México también.

Speaker 2:

Y fue cuando hablamos sobre el círculo de duelo, un espacio donde podemos acompañar desde una mirada somática, es decir permitir que el cuerpo hable más que un proceso intelectual, un proceso que tiene que ser categorizado, cuantificado, que tiene que tener pasos, como si fuera una receta donde podemos sostener el que cada quien vaya compartiendo cómo está viviendo su pérdida, que puede ser desde una pérdida por una muerte, puede ser una pérdida por una ruptura de una pareja o de alguna amistad, o una pérdida de trabajo o síndrome de nido vacío que también estás justo atravesando. Ese otro duelo y tantas otras pérdidas que hay, que muchas, a veces, no tienen nombre o no tienen un valor dado o reconocido por la sociedad, ¿no? Y que es importante, ¿no? Como poder tener un espacio donde podamos ser mirados, sin un tiempo, como dices hace rato, ¿no?

Speaker 1:

Entonces, ¿qué te hizo tener como este anhelo, a pesar de este momento tan vulnerable que estás viviendo, decir sí, tengo miedo, sí, hay una parte mía que todavía está muy tierna, pero siento que me hace muy bien ponerlo al servicio bueno, por un lado, quería compartir algo en relación a esto de los diferentes tipos de duelo, que algo que me parece muy valioso, justamente, de esta posibilidad de hacer un círculo de duelo, un espacio común común, es que, justamente, cuando yo compartía mi experiencia de pérdida, es como que había una comparación ¿no, era como que entonces, como si naturalmente midiéramos el dolor, ¿no? O tuviera y empecé a darme cuenta que es muy importante encontrar un espacio para el dolor. Más allá de las historias, el dolor es el mismo, el dolor desde este lugar, como que la historia no es tan importante, como que la historia no es tan importante. Y lo que me parece y me emociona muchísimo es encontrar un espacio para, digamos, hermanarnos desde el dolor. ¿no, no, desde esta idea, ¿no?

Speaker 1:

O desde este juicio de qué duele más o qué duele menos, ¿no, sino un espacio en el que podamos encontrar eco en el dolor Y desde ahí, como reconectar con un sentido de pertenencia, como humanidad. Porque esta separación con la que yo me encontraba constantemente, cuando alguien me decía yo estoy en duelo, ay no, pero no, eso no. Entonces yo decía es importante que todos los dolores se encuentren en un lugar y puedan ser bienvenidos ¿no? Con la misma importancia, y vivirlos con la misma dignidad? ¿no, porque el dolor que más nos duele es el propio, ¿no, y es el que toca recorrer finalmente. Eso por un lado, y por otro lado la pregunta era a pesar de que estás en un espacio todavía muy vulnerable.

Speaker 2:

¿qué te llevó a decir estoy lista para dar el paso?

Speaker 1:

O no sé si estoy lista para dar el paso, pero mi corazón tiene el deseo genuino de poner al servicio esto que estoy atravesando para otras personas que quizás no tienen una comunidad o recursos de alguna manera, entre muchos de los regalos y de las de las cosas que el duelo me ha dejado, una de ellas creo que tiene que ver con la compasión y en ese sentido es como este anhelo de digamos no, nada más, la empatía y la posibilidad de resonar con el dolor, sino como un pasito más allá, en el que tengo el deseo profundo y el anhelo de que este dolor también se convierta en un recurso que lo pueda poner al servicio.

Speaker 1:

Y creo que en ese sentido también es una posibilidad y una oportunidad para seguirme acompañando, porque sé que este proceso de duelo me va a durar toda la vida y corresponde al amor que me va a durar toda la vida, la vida y corresponde al amor que me va a durar toda la vida. Entonces, de alguna manera, este espacio yo lo veo como una posibilidad de servicio, de acompañar con todo el amor, pero también de seguirme acompañando y de ser acompañada. Siento que una parte importante del proceso es encontrar un sentido a ese dolor y no buscarlo como una meta, como un objetivo, sino es algo que llega como resultado del camino recorrido y yo siento que eso, pues, es parte de lo que me ha motivado y me mueve ¿no Llevar a la acción, esto y poder crear un espacio como el que a mí me hubiera encantado encontrar, ¿no?

Speaker 1:

Muy valiente Pues pensaba en algo que me parece importante mencionar, porque en algún momento mencionaste el miedo, ¿no? no-transcript? el miedo para mí, en este proceso se ha convertido en un mapa, en una invitación clara de que esos lugares que me asustan son lugares en los que también voy a encontrar sanación. Entonces me encanta esto que dices.

Speaker 1:

Digamos yo no me peleo con el miedo. El miedo lo entiendo perfectamente bien, pero creo que lo que es importante es aprender a mirarlo también de otra manera y decir si me asusta, ¿no, creo que puede ser una señal de por dónde hay que caminar, ¿no? Y en ese sentido, para mí es como importante nombrar el miedo, porque está presente.

Speaker 2:

El miedo, la tristeza, el enojo, la negación, la frustración, todas estas, la vergüenza, todas estas.

Speaker 1:

La culpa.

Speaker 2:

Ajá la culpa, todas estas emociones, que nos cuesta mucho trabajo darles un buen lugar, permitirlas. ¿no Es como rápido necesito resolverlas, necesito transmitarlas, necesito encontrar, hacer algo, hacer algo para poder superarlas. ¿y cómo sería poder darles espacio, el tiempo necesario, con amor.

Speaker 1:

Sostenerlas simplemente ¿no, sí Habitarlas ¿no.

Speaker 2:

Habitarlas, habitarlas el tiempo que nos acompañen. Pues bueno, muchísimas gracias por habernos acompañado y les compartimos que este curso, que se llama Círculo de Duelo, va a comenzar el 1 de octubre, va a ser del 1 de octubre al 5 de noviembre. Es en línea por Zoom, la plataforma de Zoom. Van a quedar grabados. Entonces, si presencialmente no pueden acompañarnos, luego pueden ver la grabación. Serán los miércoles de 11 a 1, horario de Ciudad de México. Y pues bueno, les dejo en mi cuenta de Instagram toda la información, en mi bio, en Life is a Ceremony, y estaremos compartiéndoles también por un newsletter que les voy a hacer llegar. Y estamos también al pendiente de cualquier duda que tengan del taller, que tengan alguna duda si es para ustedes o no. Y pues, amanda, para cerrar el programa, nos va a acompañar un pensamiento, no sé si es un pensamiento o una frase de Uma.

Speaker 1:

Sí, yo quiero compartirles una frase que me regaló Uma pocas semanas antes de morir, y es una frase que se quedó grabada en mi corazón y en mi alma. Uma me dijo la vida siempre florece, mamá, y esa frase me ha acompañado desde entonces como una semilla de esperanza y de amor profundo, y se las comparto con la certeza de que la vida siempre encuentra formas misteriosas de florecer, incluso en el dolor, incluso en la pérdida.

Speaker 2:

Y bueno, se me hace hermoso poderles compartir este regalo que Uma nos dejó y me toca profundamente esa frase y me hace pensar como en en la mirada de amor, el juego de palabras de amor a la muerte, mirar a la muerte y a las pérdidas con amor y poder también hacer espacio para todas, para todas las gamas de todas esas emociones que nos acompañan en ese proceso tan humano y que nos va a tocar humanamente a todos en este viaje de compartir por aquí. Muchas gracias, amanda, gracias por la invitación a formar un equipo para poder acompañar a otras personas en sus pérdidas, en sus duelos, por la valentía, por el amor y por también la vulnerabilidad, para poder estar como humanos acompañándonos unos a otros.

Speaker 1:

Y ese valor tan importante corazones y acompañar en la vulnerabilidad humana, en la verdad también.

Speaker 2:

muchas gracias, muchas gracias muchas gracias a ti, gracias a todos por escucharnos y esperamos que, si saben de algo, si alguno de ustedes que nos está escuchando está buscando comunidad para compartir su duelo, pues también, por favor, que compartan este podcast para que sepan que hay un espacio que los está esperando Hasta la próxima, con mucho amor. Yo soy Pati Bueno, aquí acompañada de.

Speaker 1:

Amanda.

Speaker 2:

Valenzuela, hasta la próxima, muchas gracias, gracias, hola que tal.

Speaker 2:

Bienvenidos a un episodio más de Amorte. Yo soy su anfitriona, patti Bueno, aquí en este podcast, donde miramos a la muerte y las pérdidas con amor. Uno, dos, tres, comenzamos de nuevo. Hola, ¿qué tal? Bienvenidos a un episodio más de Amorte, donde miramos a la muerte y las pérdidas con amor. Yo soy su anfitriona, patti Bueno. El día de hoy tengo el gusto de tener con nosotros Amanda Valenzuela. Ella es psicóloga clínica y psicoterapeuta transpersonal con más de 30 años de experiencia en el acompañamiento terapéutico. Ha trabajado en hospitales con pacientes terminales. Su visión integra Uno, dos, tres de nuevo. Hola, ¿qué tal? Bienvenidos al episodio 2 de la temporada 7 de Amorte Podcast, donde miramos a la muerte y pérdidas con amor. Yo soy, patti Bueno, su anfitriona. Es un gusto tenerlos de nuevo por aquí Hoy.

Speaker 2:

Tengo de invitado especial Amanda Valenzuela. Ella es psicóloga clínica y psicoterapeuta transpersonal con más de 30 años de experiencia en el acompañamiento terapéutico. Ha trabajado en hospitales con pacientes terminales y familias en duelo. Su visión integra lo clínico, lo somático y lo transpersonal. Además, su propia experiencia de pérdidas, incluido el tránsito de su hija hace menos de tres años, ha nutrido profundamente su vocación. Amanda nos recuerda que el dolor puede convertirse en un portal hacia la transformación cuando lo habitamos con amor y presencia. Espero que gocen este capítulo. Muchas gracias por estar aquí.