La Voz de César Vidal

Editorial: L'Espresso elige a Pedro Sánchez como persona del año - 16/12/25

César Vidal

En este editorial, César Vidal analiza críticamente la elección de Pedro Sánchez como persona del año por la revista italiana L’Espresso, estableciendo un paralelismo histórico con decisiones similares tomadas en el pasado por medios internacionales, como la designación de Adolf Hitler o Joseph Stalin por la revista Time.

César Vidal reconoce que los datos económicos esgrimidos por L’Espresso —crecimiento del PIB, creación de empleo y peso de la economía española en la eurozona— son ciertos, pero advierte del grave error que supone evaluar a un dirigente político únicamente desde indicadores macroeconómicos o desde la simpatía ideológica. A su juicio, este tipo de retratos omiten deliberadamente aspectos esenciales de la realidad española actual.

El editorial denuncia la erosión de las libertades, la degradación de la independencia judicial, el control político de los medios de comunicación mediante la publicidad institucional, la precarización real del empleo, el impacto de la inmigración masiva en el mercado laboral, la sumisión a la agenda globalista y la corrupción sistémica que rodea al entorno del Gobierno de Pedro Sánchez.

Lejos de presentar un líder modélico, César Vidal sostiene que el presidente del Gobierno representa un síntoma más de la decadencia moral, política e institucional de Europa, dominada por el globalismo, el nihilismo ideológico y la pérdida de soberanía nacional. Un editorial que invita a no dejarse llevar por la propaganda, a recuperar el espíritu crítico y a ponerse en pie frente al poder.

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La voz con César Vidal, desde el exilio. Muy buenos días, muy buenas tardes, muy buenas noches, ando tochadura de la voz. I'm César Vidal, hoy is the 16th December of 2025, and I dirige to the Hispanoparlans of ambassadors, to the situation at the other side of the Atlantic and Pacific, and I was in the exit. The elegant was not to Adolf Hitler. Time señaled that for much that despotricara through the maquinations of the communism international and cierto era that the Federer Hitler converted in the revolutionarious internacional número de todo el mundo. Lo que Hitler había hecho por Alemania in menos de seis años era aplaudido salvaje y estasiadamente por la mayoría de los alemanes. Había alzado a Alemania del derrotismo de la posguerra y su dictadura no era corriente, sino que se caracterizaba por una gran energía y por una magnífica planificación. No solo había acabado con la crisis económica derivada de la Gran Depresión y aumentado de manera espectacular el número de puestos de trabajo, sino que además había conseguido que Alemania se convirtiera en uno de los grandes poderes militares del mundo de hoy. La apreciación de la revista Time acerca de Hitler contenía no poco de verdad. El establecimiento de una Alemania que había salido de la terrible derrota en la Primera Guerra Mundial para convertirse en una potencia donde los resultados económicos en empleo y pobreza eran mejores que en Estados Unidos y el resto de Europa y donde resultaba visible no solo una enorme unión social, sino un despertar militar, constituían datos innegables que comprensiblemente despertaban la admiración de un mundo donde el desempleo y la miseria constituían categorías que afectaban a centenares de millones de seres humanos. Sin embargo, junto con esas facetas de la realidad, Taim pasaba por alto otras no menos reales y, desde luego, inquietantes. Hitler había suprimido sin parpadear el sistema parlamentario alemán y con él todo tipo de libertades. Había creado un sistema de campos de concentración que todavía eran de reeducación, pero que recordaban no sin causa el sistema establecido en la Unión Soviética. Y había diseñado todo un conjunto de normas antisemitas que todavía no perseguían al exterminio, pero que habían convertido a los judíos alemanes en seres privados de ciudadanía de los que se esperaba que abandonaran cuanto antes el territorio de Alemania. Sin ese contrapunto necesario, la imagen de Hitler resultaba falaz y, sobre todo, aparecía trazada con colores excesivamente positivos. Antes de que pasara un año, la revista Time tendría motivos más que sobrados para arrepentirse de haber designado a Hitler como el hombre del año 1938. Y sin embargo, no parece que aprendiera la lección, porque en 1939 el designado como hombre del año fue nada menos que Joseph Stalin. La revista italiana L'Espresso acaba de designar a Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, como la persona del año. Sin ánimo de ser exhaustivos, los hechos son los siguientes. Primero, como cada mes de diciembre, la publicación italiana L'Espresso ha procedido a elegir a la persona del año. Segundo, como en otras ocasiones, la finalidad de esa elección es apuntar a alguien que ha logrado lanzar un mensaje claro, una señal. Tercero, este año la señal llega desde Madrid y lleva el nombre de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, que aparece en la portada del número de este mes. Cuarto, la elección se basa en lo que el expreso considera un dato innegable y es que mientras muchas economías europeas avanzan con dificultad, la economía española sigue corriendo. Quinto, así, en el año 2023, el Pior Bruto creció un 2,7%. En 2024 un 3,5%, y según las estimaciones ya casi definitivas de la Comisión Europea, en 2025 cerrará con más de un 2,9%. Sexto, estas cifras, según LESO, no se ven en ninguna otra gran economía de la Unión, sobre todo si se comparan con el cero coma de crecimiento de Italia y Alemania. Séptimo, como recuerda Carlo Cottarelli en su intervención en las páginas del Espresso, la comparación con Italia es implacable, ya que aunque ambas economías han creado puestos de trabajo, solo España ha logrado transformar ese nuevo empleo en un crecimiento robus, hasta tal punto que hoy en día la economía española representa por sí sola el 40% del aumento del Pior Bruto de toda la zona euro. Octavo. Igualmente, con 22 millones de personas empleadas, España ha alcanzado el récord histórico de todos los tiempos. Noveno. Sánchez, en una amplia entrevista de Felice Florio, resume así su labor. El éxito de España representa una desautorización total de las ideologías neoliberales predominantes en muchos gobiernos europeos y occidentales. Décimo. Según L'Espresso, se trata de una afirmación clara que explica no solo un rendimiento económico, sino una visión política clara y decidida. Un décimo. A este aspecto notable, en términos económicos, se suman otros dos indicadores adicionales que han impulsado al expreso a elegir a Sánchez como persona del año. El informe Chensis, publicado hace unos días, sitúa a Sánchez en segundo lugar entre los dirigentes europeos que disfrutan de una mayor confianza entre los italianos con un sorprendente 44,9%. De hecho, Sánchez solo aparece por detrás del Papa. Décimo tercero. Además, el plebiscito llegado en estos meses de los lectores del Expreso, que en la web y en las redes sociales han mostrado un interés creciente por sus políticas y por el papel del gobierno español en Europa, ha confirmado que la figura del presidente Sánchez también habla a Italia. Decimo cuarto. Así, según el medio italiano, Sánchez rechazó los ultimatums de Donald Trump que exige un aumento del 5% en los gastos de la OTAN. Decimoquinto. Igualmente, Sánchez emprendió una batalla por los derechos digitales, obligando a Meta a responder por las violaciones de la privacidad. Decimo sexto, Sánchez fue también uno de los primeros dirigentes en calificar de genocidio lo ocurrido en Gaza, rompiendo las relaciones con el gobierno de Netanyahu y pidiendo a Europa que reconsiderara el acuerdo de cooperación con Tel Aviv. Xéptimo, a lo anterior se une, según Le Expreso, que Sánchez ha defendido de forma coherente los derechos civiles, en particular los de la Comunidad LGBTQ. XII, Sánchez también ha apoyado la integración europea, pidiendo un mayor reparto de la soberanía, ha ampliado los flujos migratorios regulares, abordando con pragmatismo el envejecimiento de la población. Xoveno. Finalmente, según el medio italiano, Sánchez ha invertido decididamente en la transición energética, lo que ha llevado a España a tener una de las facturas más bajas del continente gracias a la fuerza combinada del sol y el viento. Vigésimo, por todo ello, según Le Expresso, Pedro Sánchez no solo parece un líder capaz, es un punto de referencia en una Europa perdida entre miedos y aplazamientos. Y Vigésimo, de todo lo anterior, el medio italiano concluye que nuestra persona del año representa la idea de que otra política más justa, más valiente, más europea no solo es posible, sino que ya es una realidad. La evaluación de los personajes históricos, pasados o presentes, exige, para ser acertada, incluir todos los elementos que caracterizan su trayectoria. En España resulta patético, incluso ridículo, escuchar a personas que denigran o ensalzan a la figura del general Franco, recordando los primeros solo la ausencia de libertades y la represión, mientras que los segundos se refieren únicamente al desarrollismo de los años 60. Guste o no, Franco significó el enorme desarrollo de los años 60, pero también una carencia prácticamente absoluta de libertades y un sistema represivo que incluía la propia Iglesia católica y que tuvo una eficacia extraordinaria a la hora de amedrentar y adocenar a millones de españoles. No tener en cuenta ambos aspectos sumados a otros, como la sumisión total de la política nacional a los Estados Unidos o la pérdida de los últimos restos del imperio colonial, difícilmente pueden considerarse un retrato fiel de lo sucedido, siquiera porque no son completos. Es lo mismo que encontramos en la designación de Hitler por la revista Time como hombre del año, reconociendo logros innegables en el terreno político y social y sobre todo económico, pero evitando las críticas a la supresión total de las libertades o a la legislación antisemita. También es lo mismo que encontramos en la designación como persona del año que el expreso ha hecho recaer sobre Pedro Sánchez. Las referencias al número de empleados o al crecimiento económico son ciertas. No lo son menos aquellas que, al referirse a los derechos civiles, no pueden ir más allá de la adulación que Pedro Sánchez dispensa a los colectivos homosexuales. Incluso se podría extender esa visión positiva al cuestionamiento del aumento del gasto militar en La OTAN y a la crítica a las acciones del gobierno de Netanyahu en Gaza. Sin embargo, ese retrato que pretende presentar a un político modélico pasa por alto aspectos que son indiscutiblemente esenciales. El primero es la supresión de libertades en la España contemporánea, una supresión de libertades que está en la línea de la Unión Europea, pero que ha ido convirtiendo a los medios más importantes en meras furcias mediáticas que subsisten sobre la base de la publicidad pública derivada del Gobierno de Sánchez. En segundo lugar, Pedro Sánchez ha ido erosionando la independencia judicial e institucional hasta extremos verdaderamente bochornosos. Que haya podido utilizar a Buscabonus de la agencia tributaria para intentar exculpar a su hermano ante un juzgado de instrucción, o que controle a Capricho la Fiscalía indica hasta qué punto la independencia judicial o las libertades han ido retrocediendo a paso acelerado en la España de Sánchez, que sigue insistiendo en la tarea de indultar por completo a los golpistas catalanes. En tercer lugar, la situación de los españoles de a pie dista mucho de ser halagüeña. No solo es que el empleo en buena medida es precario y mal remunerado, sino que además el mercado de trabajo ha reventado por la llegada masiva de extranjeros. Extranjeros, por otro lado, que constituyen ya una de las bazas políticas principales de Sánchez, ya que de aquí a las próximas elecciones pretende conceder la ciudadanía española a más de 2.400.000 personas. En cuarto lugar, el Gobierno de Sánchez se ha mostrado vez tras vez no como una alternativa, sino como una lacayuna marioneta de la agenda globalista. Lejos de presentar una voz independiente en el contexto de la Unión Europea, Sánchez se ha inclinado ante todos los dogmas globalistas de la ideología de género al cambio climático, pasando por la inmigración masiva. Así, su responsabilidad en la configuración de una España menos libre, menos soberana y menos independiente resulta innegable. Una España, por cierto, donde desde antes de llegar Sánchez al poder, millones de españoles tienen que decidir en invierno si encienden la calefacción o comen, dado que los precios de la energía no son tan risueños como pretende el expreso. Finalmente, el gobierno de Sánchez no ha dejado de estar en ningún momento bajo el foco de acción policial de la corrupción. Una corrupción que debe decirse es sistémica y sistemática y que afecta al sistema de partidos en España, pero que en el caso de Sánchez ha implicado hasta la fecha a su esposa, a su hermano, a varios de sus ministros más relevantes, al secretario de Organización del Partido Socialista y a varios de los personajes más importantes en la maquinaria interna del partido en el poder. Cuando se tienen en cuenta todos esos factores, es posible quizás seguir manteniendo la elección de Pedro Sánchez como el hombre del año, en especial en una Italia cada vez más cansada de la política de Meloni y que tiene como personaje más popular al Papa León. Lo es, sin embargo, aceptando la realidad que no es otra que la de una política europea sometida totalmente a la agenda globalista y que precisamente por ello avanza pasos agigantados hacia el final del continente en el que algunos hemos nacido. De esa decadencia degenerada moralmente, globalista politicamente andhilista ideologicamente, Pedro Sánchez, like Starmer, Merch or Macron, constitute an example indiscutible. But no, for the design or the frustration, and the poderos be gigantic, it is also because they contemplate the rodillas, and that was the time to put them in place. Les ha hablado César Vidal desde el exilio. Que Dios los bendiga!

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Sección patrocinada mediante crowdfunding con el siguiente mensaje: Nuestro Señor Jesucristo, el único Dios verdadero, es misericordioso y nuestro Salvador.