Había una vez hace casi 5 mil años en lo que hoy conocemos como Egipto un imperio que pese a todos sus adelantos y su poder no conocían el pan como lo conocemos hoy. En esas épocas el trigo se sembraba en las orillas del rio Nilo y en las épocas de cosecha los egipcios recogían los cereales y luego los llevaban a grandes depósitos.
Luego con una piedras golpeaban las semillas del trigo con una piedra hasta convertirla en una harina que les servía para hacer una masa plana que llevaban al horno, esta masa se cocinaba en el horno formando galletas de trigo que eran el deleite tanto del pueblo como de los faraones.
Pero cuenta la leyenda que la diosa Isis había perdido a su esposo el dios Osiris y se encontraba muy triste y que de su amor y su tristeza la diosa le costaba trabajo recuperarse. Era tal la pena de la diosa que cada año el nivel del rio Nilo sube a consecuencia de las lagrimas derramadas por la Diosas Isis recordando a sus marido el dios Osiris.
Osiris desde el otro mundo observaba como su esposa isis cargaba una pena tal que había abandonado el cuidado de sus hijos los egipcios y buscaba una manera de aliviar la pena regalándoles algo muy especial.
Un día el Dios Osiris noto que una cocinera de el faraón había hecho una masa con el trigo que le habían traído para hacer las galletas de trigo de la comida, pero habiendo sido llamada de urgencia por su familia había dejado la masa fuera del horno y allí había permanecido varios días.
Osiris que todo lo sabía y todo lo controlaba, se dio cuenta que esta era la oportunidad para enviarle un mensaje a su esposa Isis, mediante un regalo que cambiaría para siempre la historia de Egipto y de la humanidad. La masa dejada a la intemperie por la joven que estaba encargada de cocinar para el faraón comenzó a sufrir de un proceso de fermentación que de forma imperceptible empezaba a cambiar la masa de trigo.
Y aquí llego el momento para Osiris. En Egipto pueden pasar décadas o cientos de años sin que llueva y justo antes de que la empleada encargada llegara de nuevo después de varios días de ausencia, Osiris emulando a sus amada Isis decidió dejar caer lagrimas sobre Egipto en forma de lluvia.
La Masa de trigo fermentado recibió como un regalo las gotas de lluvia y absorbió el agua dentro de la masa fermentada y de forma milagrosa hasta esos días aquella masa comenzó a crecer y a crecer hasta formarse una bola de masa fermentada llena de agua.
En esos precisos instantes la encargada de hornear la galleta del trigo, regreso y encontró con horror que la masa había cambiado enormemente debido a la inusual caída de agua del cielo. Sin embargo, tratando de solucionar la situación coloco la masa en los hornos del palacio. Y allí se consumó el acto final del milagro que Osiris regalo a los hombres del mundo como un mensaje a su esposa Isis, La abultada masa del trigo fermentada y llena de agua se transformó en los hornos en un alimento esponjoso y delicioso. Un alimento que sería probado y degustado por primera vez en la historia de la humanidad. Un alimento que a partir de ese día se convertiría en el más apreciado y compartido de todos los alimentos. El Pan.
Y cuentan la leyenda que ese pan que hoy nos comemos todos los días en todas partes del mundo, no es más que el regalo del dios Osiris a todos los seres humanos como un mensaje a la diosa Isis de que el siempre estaría con ella.