Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

486. El angel

September 20, 2023 Juan David Betancur Fernandez Season 6 Episode 20
486. El angel
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Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
486. El angel
Sep 20, 2023 Season 6 Episode 20
Juan David Betancur Fernandez

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Juan David Betancur
elnarrodororal@gmail.com

Había una vez, en un reino lejano y mágico, existía un lugar conocido como el Valle de las Estrellas. Este valle era famoso por ser el hogar de los ángeles más hermosos y benevolentes que jamás se hubieran visto. Cada noche, cuando el sol se ocultaba en el horizonte y la luna ascendía en el cielo, los ángeles del Valle de las Estrellas se reunían en el Jardín de la Luna para desplegar sus alas y comenzar su trabajo.

Los ángeles del Valle de las Estrellas
tenían una tarea especial: eran guardianes de los sueños de los niños en todo
el mundo. Cada noche, volaban a través del cielo, dejando un rastro de polvo de
estrellas a su paso. Este polvo de estrellas se convertía en los sueños que los
niños tenían mientras dormían.

Había un ángel en particular en el Valle de
las Estrellas llamado Aurora, que era conocida por ser la más amable y atenta
de todos los ángeles. Su cabello era del color del amanecer, y sus alas
relucían con un brillo plateado. Aurora tenía una conexión especial con los
niños y podía escuchar sus deseos más profundos y sus temores más oscuros.

Una noche, mientras volaba sobre un pequeño
pueblo, Aurora escuchó el llanto de un niño llamado Daniel. Intrigada, se
acercó y vio al niño sentado solo en su habitación, con lágrimas en los ojos.
Aurora se posó suavemente en el borde  de
la ventana y le susurró palabras de consuelo a Daniel.

"¿Por qué lloras, querido
Daniel?" preguntó Aurora.

Daniel levantó la cabeza y vio a la hermosa
ángel con alas plateadas en la ventana. Le contó a Aurora sobre sus
preocupaciones y miedos, sus deseos y sueños. Aurora escuchó con atención y le
aseguró que ella cuidaría de él y haría todo lo posible para ayudarlo a
encontrar la felicidad.

Desde esa noche, Aurora visitó a Daniel
cada noche en sus sueños. Le recordaba que no estaba solo, que siempre había
alguien cuidando de él, y le mostraba visiones de un mundo lleno de esperanza y
alegría. Con el tiempo, los miedos de Daniel se desvanecieron, y su corazón se
llenó de confianza y alegría.

A medida que los años pasaban, Daniel
creció y se convirtió en un hombre sabio y compasivo. Siempre recordaba a
Aurora y la influencia positiva que había tenido en su vida. Decidió dedicar su
vida a ayudar a los demás y a difundir la bondad en el mundo.

 

Después de muchos años, Daniel se volvió viejo y comenzó a temer por su vida. Había pasado su vida ayudando a los demás, había dedicado su vida a llevar consuelo a todos aquellos que había conocido, pero ahora que llegaba el final de sus vida se sentía solo. Sentia que nada de lo que había hecho tenia alguna recompensa ya que se encontraba transitando los últimos días sin nadie que lo acompañara. 

Aquella noche, cuando más cansado, viejo y solo se sentía se durmió con el pesar que solo la soledad puede ofrecer. Pero allí en su sueño, en el momento final, Aurora volvió a su lado, y como lo había hecho cuando Daniel era joven le mostro visiones de esperanza y alegría y le prometio que algún día no estaría solo. 

Y aquella noche Daniel cerro los ojos por ultima vez, su cuerpo quedo allí en aquella casa solitaria pero su alma volo hasta el valle de las estrellas. El mismo valle que Aurora le había descrito. Su alma buena y justa se convirtió en una ángel que fue recibido por Aurora y todos los demás ángeles. Su misión no había terminado apenas había empezado. Daniel comenzó a viajar durante las noches a dar consuelo a los niños que sentían que su vida era triste y al igual que Aurora pudo cambiar mediante los sueños el alma de muchos que necesitan una voz de consuelo en las noches más os

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Juan David Betancur
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Había una vez, en un reino lejano y mágico, existía un lugar conocido como el Valle de las Estrellas. Este valle era famoso por ser el hogar de los ángeles más hermosos y benevolentes que jamás se hubieran visto. Cada noche, cuando el sol se ocultaba en el horizonte y la luna ascendía en el cielo, los ángeles del Valle de las Estrellas se reunían en el Jardín de la Luna para desplegar sus alas y comenzar su trabajo.

Los ángeles del Valle de las Estrellas
tenían una tarea especial: eran guardianes de los sueños de los niños en todo
el mundo. Cada noche, volaban a través del cielo, dejando un rastro de polvo de
estrellas a su paso. Este polvo de estrellas se convertía en los sueños que los
niños tenían mientras dormían.

Había un ángel en particular en el Valle de
las Estrellas llamado Aurora, que era conocida por ser la más amable y atenta
de todos los ángeles. Su cabello era del color del amanecer, y sus alas
relucían con un brillo plateado. Aurora tenía una conexión especial con los
niños y podía escuchar sus deseos más profundos y sus temores más oscuros.

Una noche, mientras volaba sobre un pequeño
pueblo, Aurora escuchó el llanto de un niño llamado Daniel. Intrigada, se
acercó y vio al niño sentado solo en su habitación, con lágrimas en los ojos.
Aurora se posó suavemente en el borde  de
la ventana y le susurró palabras de consuelo a Daniel.

"¿Por qué lloras, querido
Daniel?" preguntó Aurora.

Daniel levantó la cabeza y vio a la hermosa
ángel con alas plateadas en la ventana. Le contó a Aurora sobre sus
preocupaciones y miedos, sus deseos y sueños. Aurora escuchó con atención y le
aseguró que ella cuidaría de él y haría todo lo posible para ayudarlo a
encontrar la felicidad.

Desde esa noche, Aurora visitó a Daniel
cada noche en sus sueños. Le recordaba que no estaba solo, que siempre había
alguien cuidando de él, y le mostraba visiones de un mundo lleno de esperanza y
alegría. Con el tiempo, los miedos de Daniel se desvanecieron, y su corazón se
llenó de confianza y alegría.

A medida que los años pasaban, Daniel
creció y se convirtió en un hombre sabio y compasivo. Siempre recordaba a
Aurora y la influencia positiva que había tenido en su vida. Decidió dedicar su
vida a ayudar a los demás y a difundir la bondad en el mundo.

 

Después de muchos años, Daniel se volvió viejo y comenzó a temer por su vida. Había pasado su vida ayudando a los demás, había dedicado su vida a llevar consuelo a todos aquellos que había conocido, pero ahora que llegaba el final de sus vida se sentía solo. Sentia que nada de lo que había hecho tenia alguna recompensa ya que se encontraba transitando los últimos días sin nadie que lo acompañara. 

Aquella noche, cuando más cansado, viejo y solo se sentía se durmió con el pesar que solo la soledad puede ofrecer. Pero allí en su sueño, en el momento final, Aurora volvió a su lado, y como lo había hecho cuando Daniel era joven le mostro visiones de esperanza y alegría y le prometio que algún día no estaría solo. 

Y aquella noche Daniel cerro los ojos por ultima vez, su cuerpo quedo allí en aquella casa solitaria pero su alma volo hasta el valle de las estrellas. El mismo valle que Aurora le había descrito. Su alma buena y justa se convirtió en una ángel que fue recibido por Aurora y todos los demás ángeles. Su misión no había terminado apenas había empezado. Daniel comenzó a viajar durante las noches a dar consuelo a los niños que sentían que su vida era triste y al igual que Aurora pudo cambiar mediante los sueños el alma de muchos que necesitan una voz de consuelo en las noches más os