Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

503. El Hombre Oso (Leyenda Cherokee)

November 11, 2023 Juan David Betancur Fernandez Season 6 Episode 37
503. El Hombre Oso (Leyenda Cherokee)
Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
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Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
503. El Hombre Oso (Leyenda Cherokee)
Nov 11, 2023 Season 6 Episode 37
Juan David Betancur Fernandez

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Juan David Betancur
elnarrodororal@gmail.com

Había una vez un joven cherokee salió de la aldea en busca de animales salvajes. Su intención era cazar algún animal que les sirviera como alimento y además les ofreciera sus piel como abrigo. Era una mañana de primavera y decidido se despidió de su esposa y comenzó a subir los escarpados bosques de los que hoy se conoce como los smokey mountains. De pronto el hombre vio una oso negro  y tal y como sus antepasados le habían enseñado preparo su arco y sacando una flecha, lo tenso y lanzo la rauda flecha hacia el cuerpo de aquel bello ejemplar de osos negro. El oso pese a recibir un golpe de flecha siguió camiando como si nada hubiera sucedido. El cherokee, contrariado siguió lanzando y lanzando flechas que claramente llegaron al cuerpo del oso pero este oso seguía como si nada. Finalmente el oso paro en su caminar. El oso que aquel cherokee había tratado de cazar era un oso con poderes mágicos que además podía leer los pensamientod de las personas y hablar el lenguaje de los hombres. 

 

El oso se paro en sus patas traseras y con sus patas delanteras tomo las flechas que había recibido en su cuerpo y retirándolas suavemente dijo. 


 Tus flechas no me pueden matar, cazador. Ven te invito a venir conmigo a mi cueva. El cazador sorprendido de ver y oír hablar pensó. Debe ser un ser mágico y si me invita a su cueva es que quiere matarme y devorarme. El oso que tenia el don de leer los pensamientos, dijo "No, no te haré daño, simplemente sígueme y podras contemplar tu mismo como vivimos los osos. El cazador confundido pensaba y como voy a comer si sigo a este oso. El oso de nuevo leyó los pensamientos del cazador y le dijo. No te preocupes por tu comida, tengo mucha comida conmigo y con un ademan le señalo al cazador el camino que llevaría a su cueva. 


  El cazador decidió finalmente ir con el oso y juntos caminaron hasta que llegaron a una cueva en la ladera de una montaña, y el oso dijo: "Aquí no es donde vivo, pero he de decirte que estamos celebrando un concilio aquí adentro. Sin embargo, puedes ver lo que hacemos". Entraron en la cueva, que se ensanchaba a medida que se adentraban hasta que era tan grande como una casa cherokee. Estaba lleno de osos, viejos y jóvenes, marrones y negros, y un gran oso blanco que era el jefe.  El cazador asombrado por lo que veían sus ojos se sentó en un rincón junto al oso negro que lo había traído, pero pronto los otros osos olfatearon su presencia.
 
 —¿Qué es ese mal olor de un hombre? uno preguntó, pero el jefe de los osos respondió: "No hables así. Es solo un extraño que viene a vernos. Déjenlo  en paz".
 
 Los osos comenzaron a hablar entre ellos, y  El cazador se sorprendió de poder entender lo que decían. Discutían sobre la escasez de alimentos de todo tipo en las montañas, y trataban de decidir qué hacer al respecto. Habían enviado mensajeros en todas direcciones, y dos de ellos habían regresado para informar sobre lo que habían encontrado. En un valle al sur, decían, había un gran grupo de castaños y robles, y el suelo debajo de ellos estaba cubierto hasta las rodillas, era un lugar con comida muy abundante. Complacido por esta noticia, un enorme oso negro llamado Long Hams anunció que ya que podían contar con la comida para enfrentar el invierno que se aproximaba podrían celebrar con un baile.
 
 Mientras bailaban, los osos notaron el arco y las flechas de El cazador, y Long Hams se detuvo y dijo: "Alto, alto, miren al hombre y miren lo que el lleva consigo. Esto es lo que usan los hombres para matarnos. Veamos si podemos usarlos. Tal vez podamos luchar contra ellos con sus propias armas". Long Hams tomó el arco y las flechas de El cazador. Colocó una flecha y retiró

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Había una vez un joven cherokee salió de la aldea en busca de animales salvajes. Su intención era cazar algún animal que les sirviera como alimento y además les ofreciera sus piel como abrigo. Era una mañana de primavera y decidido se despidió de su esposa y comenzó a subir los escarpados bosques de los que hoy se conoce como los smokey mountains. De pronto el hombre vio una oso negro  y tal y como sus antepasados le habían enseñado preparo su arco y sacando una flecha, lo tenso y lanzo la rauda flecha hacia el cuerpo de aquel bello ejemplar de osos negro. El oso pese a recibir un golpe de flecha siguió camiando como si nada hubiera sucedido. El cherokee, contrariado siguió lanzando y lanzando flechas que claramente llegaron al cuerpo del oso pero este oso seguía como si nada. Finalmente el oso paro en su caminar. El oso que aquel cherokee había tratado de cazar era un oso con poderes mágicos que además podía leer los pensamientod de las personas y hablar el lenguaje de los hombres. 

 

El oso se paro en sus patas traseras y con sus patas delanteras tomo las flechas que había recibido en su cuerpo y retirándolas suavemente dijo. 


 Tus flechas no me pueden matar, cazador. Ven te invito a venir conmigo a mi cueva. El cazador sorprendido de ver y oír hablar pensó. Debe ser un ser mágico y si me invita a su cueva es que quiere matarme y devorarme. El oso que tenia el don de leer los pensamientos, dijo "No, no te haré daño, simplemente sígueme y podras contemplar tu mismo como vivimos los osos. El cazador confundido pensaba y como voy a comer si sigo a este oso. El oso de nuevo leyó los pensamientos del cazador y le dijo. No te preocupes por tu comida, tengo mucha comida conmigo y con un ademan le señalo al cazador el camino que llevaría a su cueva. 


  El cazador decidió finalmente ir con el oso y juntos caminaron hasta que llegaron a una cueva en la ladera de una montaña, y el oso dijo: "Aquí no es donde vivo, pero he de decirte que estamos celebrando un concilio aquí adentro. Sin embargo, puedes ver lo que hacemos". Entraron en la cueva, que se ensanchaba a medida que se adentraban hasta que era tan grande como una casa cherokee. Estaba lleno de osos, viejos y jóvenes, marrones y negros, y un gran oso blanco que era el jefe.  El cazador asombrado por lo que veían sus ojos se sentó en un rincón junto al oso negro que lo había traído, pero pronto los otros osos olfatearon su presencia.
 
 —¿Qué es ese mal olor de un hombre? uno preguntó, pero el jefe de los osos respondió: "No hables así. Es solo un extraño que viene a vernos. Déjenlo  en paz".
 
 Los osos comenzaron a hablar entre ellos, y  El cazador se sorprendió de poder entender lo que decían. Discutían sobre la escasez de alimentos de todo tipo en las montañas, y trataban de decidir qué hacer al respecto. Habían enviado mensajeros en todas direcciones, y dos de ellos habían regresado para informar sobre lo que habían encontrado. En un valle al sur, decían, había un gran grupo de castaños y robles, y el suelo debajo de ellos estaba cubierto hasta las rodillas, era un lugar con comida muy abundante. Complacido por esta noticia, un enorme oso negro llamado Long Hams anunció que ya que podían contar con la comida para enfrentar el invierno que se aproximaba podrían celebrar con un baile.
 
 Mientras bailaban, los osos notaron el arco y las flechas de El cazador, y Long Hams se detuvo y dijo: "Alto, alto, miren al hombre y miren lo que el lleva consigo. Esto es lo que usan los hombres para matarnos. Veamos si podemos usarlos. Tal vez podamos luchar contra ellos con sus propias armas". Long Hams tomó el arco y las flechas de El cazador. Colocó una flecha y retiró