Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

193. El palo de Mango

July 06, 2020 Juan Betancur Season 2 Episode 89
Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
193. El palo de Mango
Show Notes

Hoy tenemos un cuento de el país de Miamar en el asia. 

 

Habia una vez un joven principe que había salido a recorrer los campos de su reino. A medida que iba pasando por los terrenos, los habitantes, humildes granjeros y aldenos, paraban de hacer lo que estuvieran haciendo y se inclinaban con una solemne reverencia ante el paso de aquel joven príncipe, que los ignoraba y nunca los saludaba. 

 

El príncipe y su comitiva pasaron frente a una pequeña casa con una cerca de colores que estaba rodeada de bellos arboles de mango. El príncipe desde su caballo podía ver los arboles llenos de la rica fruta, pero además alcanzo a ver que un viejo campesino se encontraba sembrando las pequeñas plantas. 

 

El príncipe observo que aquel viejo campesino no le presto ninguna atención a el y a su comitiva y que ignorándolo siguió sembrando las pequeñas plantas al lado de la cerca de su casa. 

 

El príncipe acostumbrado a que todos en su reino le rindieran respeto y se inclinaran a su paso se sintió molesto y haciendo parar toda la comitiva se bajo de su caballo. El viejo vio como el joven príncipe con su vestimenta real y su corona se acercaba a el y simplemente cogió entre sus manos uno de los mangos que habían caído de uno de los arboles y comenzó a comérselo mientras el príncipe se acercaba. 

 

El Principe irritado por la falta de pleitesía hacia el. Le dijo bruscamente al viejo.

 

Viejo. No sabes quien soy yo. 

 

Claro respondio el viejo, tu eres el príncipe de este reino y estas recorriendo tus tierras. 

 

Ciertamente pero no te has parado de tu sembrado, ni te has inclinado a mi paso. 

 

El Viejo tomo uno de los mangos que tenia a su alcance y estirando el brazo se lo paso al príncipe diciéndole. 

 

Lo siento su alteza pero estaba muy dedicado a sembrar un árbol de mango, que producen mangos como este. Pruebelo su majestad y entendera. 

 

El príncipe tomo con arrogancia el mango y se le dio un pequeño mordisco y luego otro y otro. Y su boca se lleno del dulce sabor de mango. Un sabor que le lleno el espíritu y le hizo olvidar la supuesta afrenta del viejo. 

 

-       Realmente esta delicioso dijo el joven príncipe. Pocas veces he probado mangos tan dulces como este. 

 

Gracias su majestad pero debo continuar sembrando mis palo de mangos. Así que bien puede seguir su camino. 

 

El príncipe sorprendido de la respuesta le dijo. 

 

Viejo dime que edad tienes. 

 

Su majestad tengo 90 años 

 

El príncipe sorprendido le dijo. Tienes una muy avanzada edad y estas dedicado a plantar un árbol que tardara varios años en dar sus primeros frutos. De seguro no tendrás la oportunidad  de disfrutar de los frutos de estos arboles de mango que hoy estas sembrando. 

 

Dime que te lleva a hacerlo. 

 

El viejo se levanto y por primera vez miro a los ojos al joven príncipe y le dijo. 

 

Su majestad. El mango que te he ofrecido viene de aquel arbol, ese árbol fue sembrado por el padre de mi padre y mi padre fue el primero que alcanzo a disfrutar de lo dulce de los mangos que produce. El Siguiente árbol, lo planto mi padre y yo fui el primero en probar sus frutos. Este árbol que estoy plantando solamente lo disfrutaran mis hijos y mis nieto mucho tiempo después de que yo me haya ido.  Muchas veces son nuestros descendientes los que recogen los frutos de lo que hemos sembrado. 

 

El príncipe, entendió el mensaje y postrándose ante el viejo le agradeció su consejo y cuenta el cuento que desde aquel día el príncipe aprendió a tratar con benevolencia a sus súbditos y que el reino pro