Había una vez un pueblo donde vivía un hombre reconocido por su astucia pero igualmente por su capacidad de hacer el mal. El hombre un consumado científico pasaba las horas haciendo cálculos pero igualmente tramando como robar, matar y mentir. El pueblo había desarrollado un método de justicia en el cual dependiendo de la gravedad de la falta publica se le asignaba un castigo proporcional que siempre consistía en la extradición a una distancia determinada.
Así si el acusado había cometido un robo se le expulsaba del pueblo y debía vivir a 1000 kilometros del pueblo, si el acusado además había mentido debía vivir a 15 kilometros adicionales, y si mataba a alguien debía vivir a minimo 2000 kilometros del pueblo.
Así el sistema de justicia del pueblo se aseguraba que el reo se alejara la mayor distancia posible y jamas se le volviera a ver por el pueblo después de ser extraditado, so pena de ser decapitado si regresaba.
Aquel Mal hombre había logrado durante años burlar la justicia y se había dedicado a robar ganado, robar tiendas de abarrotes , mentir a todos los habitantes del pueblo, había destruido la fuente de la plaza y había asesinado a sangre fría varios habitantes del pueblo, pero inteligente como era, cubría muy bien su rastro y cuando un crimen o un robo o una falta a la propiedad privada era investigada, nadie le podía probar que el era el culpable.
Hasta que un día, una muy pequeña prueba en uno de los asesinatos salió a la luz y con ella la policía del pueblo podía demostrar que fue el asesino. Y corriendo fueron a apresarlo a su casa.
Al día siguiente fue llevado ante el juez y acusado de aquel asesinato. Pero aquel hombre sonriendo, reconocio que efectivamente el era el asesino y reconoció haber matado 14 personas mas. Ademas reconocio haber robado 4 tiendas de abarrote, y haberle mentido a los 607 habitantes del pueblo
El juez asombrado oyó como el acusado reconocía en detalle todos los crímenes y tomando papel y lápiz comenzó a calcular la distancia del exilio que debía cumplir el acusado.
Y leyendo el dictamen dijo
Usted es un crimina espantoso y deberá salir inmediatamente de este juzgado y este juzgado lo condena a vivir a 40070 kilometros de aquí so pena de ser decapitado de no cumplir con lo aquí estipulado. Liberen al preso para que pueda cumplir con la sentencia
El hombre, sonrio de nuevo y saliendo del juzgado regreso a su casa que quedaba a 5 kilometros al oeste del juzgado, donde vivio para siempre sin que nadie en este planeta de 40075 kilometros de circumferencia lo volviera a molestar.