Había una vez una pareja que desde su creación estaban destinados a estar unidos. La primera vez que se encontraron vieron que eran iguales en todo, que eran básicamente la copia fiel del uno. Tanto en apariencia como en razón de vida. y que todos los elementos de su vida los llevaba a estar ligados al otro.
Todos los que lo conocían sabían que este par eran absolutamente inseparables y que el uno sin el otro no serian nada, que todos los dias tendrían que vivir juntos y disfrutar juntos. Eran la pareja perfecta.
Sus compañeros de labor los veían siempre felices de estar juntos, y rara vez los veían separados compartiendo con otros. Todas las mañanas que salían, salían juntos y durante el dia eran absolutamente inseparables, cada moviento del uno era notado por el otro y se acompasaban en una armonía francamente admirable. Por las noches, generalmente antes de dormir, se tocaban y luego caían dormidos sabiendo que el uno estaría allí cerca del otro.
Su mayor placer era cuando salían a caminar juntos. Sabían que en esas largas caminatas podrían compartir experiencias maravillosas y que si bien llegaban con el sudor corriendo por todo su cuerpo el solo haber estado con el otro era la mayor de las satisfacciones.
Eran la pareja perfecta. Vivian juntos, trabajaban juntos, se divertían juntos y durante el dia podían sentir y vivir hasta el ultimo movimiento del otro. Cuando se miraban a un espejo por casualidad no podian distinguir quien era quien y se reían de verse así tan compenetrados.
Alguna vez alguno de ellos se separo mas de lo debido y el otro perdió la cabeza, no sabia que hacer, no podia actuar, no podia siquiera dormir. Solamente cuando el otro regreso pudo reconciliar su vida y no se atrevió a preguntar siquiera donde había ido o que había hecho durante esas largas horas en que no estuvieron juntos.
Pero el tiempo fue pasando y aquel idilio de pareja se fue desgastando a medida que los dias y el esfuerzo por permanecer unidos hacia huella en sus mentes y sus cuerpos.
Un dia uno encontró que el otro, en un dia de descanso, se encontraba muy junto a otro ser de diferente características, este ser era claramente de color diferente y pareciera que se encontraba atraído hacia su pareja. Las recriminaciones no se hicieron esperar y la pareja solamente podia balbucear que nada ocurría, que era simplemente una reunion coincidencia pero que sabia que eran absolutamente incompatibles y que jamas saldría con aquel otro ser tan diferente.
Pero allí estaba la duda, después de años de vivir juntos, respirar juntos, dormir juntos y recorrer mil caminos juntos, la duda era ya una realidad.
La recriminacion llego y el resentimiento llego, su cuerpos y sus mentes comenzaron a rasgarse con la duda y la tension fue apareciendo. Ya sus cuerpos no eran tan ágiles y tersos como solían ser y ya el simple contacto entre ellos no hacia saltar las chispas que anteriormente producían. Su piel comenzaba a desgarrarse y a perder el suave color que antes tenían y al mirarse no sentían la pasión que antes tenían cuando por la noche dormían enredados el uno en el otro.
Y llego aquel dia… Aquel dia en que uno sin confesarle al otro decidió dar el paso final. Aquella mañana de domingo, lo tenia todo planeado. Sabia que tomarían un baño juntos y que tendrían la oportunidad de acariciarse y tocarse por ultima vez y no dejaría que sus intensiones se notaran. Asi que después del baño juntos tomaría el paso que le permitiría salir de aquel compromiso eterno.
Y lo hizo. Cuando después de el baño se dedicaron a secarse, se acerco a la pared y haciendo el mayor esfuerzo por permanecer contra la pared mientras su pareja se preparaba para salir vio como por arte de magia que nadie nunca ha podido resolver su cuerpo de