Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

227. El abrigo de Cosiaca (Leyenda Urbana )

November 27, 2020 Juan Betancur Season 3 Episode 23
Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
227. El abrigo de Cosiaca (Leyenda Urbana )
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Había una vez un hombre que vivía en el Medellin del siglo XIX llamado Cosiaca. Cosiaca era básicamente un vagabundo que recorría todo el pueblo buscando conseguir algo con que sobrevivir el dia. Siendo el Medellin un pueblo todavía, todo el mundo conocía a Cosiaca y Cosiaca conocía a todo el mundo. 


Un dia un juez muy presumido y poderoso iba caminando por la ciudad después de haber salido de una parranda con aguardiente, tipleros y mujeres de dudosa reputación. El Juez estaba recorriendo el camino desde El Barrio lovaina reconocido por sus casas de diversión hasta su casa localizada en las orillas de lo que en su tiempo era la quebrada Santa Elena y que hoy después de ser canalizada y cubierta se conoce como la avenida la playa. Pues en esa época la quebrada Santa Elena correa a cielo abierto y sus aguas sonaban sobre las grandes rocas que formaban sus orillas. 


El Juez de marras caminaba un domingo a la madrugada muy tomado y muy contento cuando sus piernas dieron con unas rocas y se fue de bruces a la quebrada y allí totalmente borracho se quedo a la orilla sin poderse levantar. 


Pero como dicen el refranero popular, Mi Dios cuida a sus borrachitos, y después de algunos minutos de aquella noche oscura pasaba tirado y abandonado entre las piedras de la quebrada Santa Elena, paso Cosiaca por aquella parte de la ciudad, que a esa hora se encontraba totalmente abandonada y oscura. 


Cosiaca alcanzo a oír un murmullo entre las piedras de la quebrada y con mucho cuidado bajo a ver que era ese sonido como de alma que se la lleva el diablo y se topo con nada mas y nada menos que con el juez dormido que totalmente borracho se había dormido. 


Cosiaca se acerco lentamente ante el hombre y con sus manos lo aparto de la orilla y vio que aquel hombre era nada mas y nada menos que el Juez principal de la ciudad. El hombre al que tantas veces lo habían llevado después de sus pilatunas. 


El juez trata consigo una bello abrigo que bien podía servirle a Cosiaca para calmar el frio, asi que con diligencia tomo el abrigo, se lo puso y finalmente dejo al juez dormido a salvo pero sin abrigo. 


A la mañana siguiente, cuando los gallos comenzaron a cantar, el Juez despertó y en medio de su resaca por los tragos de la noche anterior, se dirigió a su casa y al llegar se dio cuenta que su costoso y bello abrigo había desaparecido y pensé.  y le dijo a su mujer e hijas..Me robaron, anoche me robaron. Yo venia muy tarde después de haber salido de mi despacho de revisar unos casos y alguien me ataco y me robo. 


Al otro dia, al abrir el juzgado, se dio cuenta que la policia de la ciudad tenia en sus manos a Cosiaca y que este había sido capturado durante la tarde del domingo por tener un costoso abrigo de piel. 


El juez inmediatamente reconoció su abrigo y deseoso de castigar a cosiaca por haberle robado y delante de todos los otros jueces y secretarios  que entraban  al juzgado, le dijo a cosiaca.


Haber cosiaca Digame de donde saco usted ese bello abrigo. 


Cosiaca que era reconocido por su inteligencia y su capacidad de responder hábilmente a lo que se le presentara dijo. 


Su Señoría… Ayer por la madrugada iba pasando por la Quebrada Santa Elena,  por cierto cerca de su casa, y me encontré con un hombre  sentado en la orilla de la quebrada que olía a licor y a perfume de mujeres de mala reputación, debería venir de Lovaina porque venia muy contento. 


Pero le confieso su señoría que estaba haciendo mucho frio y yo le quite el abrigo a dicho señor. 


Pero llevo todo el dia buscándolo, pero como no lo reconocí debido a la oscuridad no se quien era. Y estoy muy arrepentido. 


Pero su señoría si usted supiera quien