Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
19. La sopa de piedra
Hacer click aquí para enviar sus comentarios a este cuento.
Había una vez un hombre muy pobre que estaba recorriendo los campos. El hombre llego a un pueblo muy pequeño y por la características de sus casas igualmente muy pobre. pero curiosamente en dicho pueblo había una casa que se veía que era de alguien muy adinerado. El hombre que llevaba muchas horas caminando sin haber comido nada decidió tocar en la puerta de la casa y pedir algo de comer.
Después de tocar varias veces la enorme puerta de madera de aquella casa, lentamente y muy desconfiadamente, le abrieron la puerta y allí frente a el había una señora con una mirada de malos amigos. Y ella le pregunto
- Dígame que desea…
El hombre sonriendo le dijo. Discúlpeme es que vengo desde muy lejos y aquí frente a su casa me encontré con esta piedra tan jugosa, que de por si le cuento es una rareza universal, la muy conocida “piedruris delicious” (le dijo sacando una piedra grande de su mochila) y como no tengo una olla de barro donde cocinarla, me preguntaba si usted me podría permitir usar una de sus ollas, un poco de agua y un fogón para prepararme una sopita de piedra bien deliciosa y así saciar el hambre que tengo.
La señora que era bastante avara y siempre buscaba formas de ahorrar, se sintió intrigada por la idea de hacer una sopa usando solamente una piedra y le pregunto
Sopa de piedra. Como así que se puede hacer una sopa de piedra.
Claro mi señora, le contesto el viajero. Casi nadie sabe eso, y por eso gastan tanto dinero en comprar carne y vegetales para comer. Pero yo que he viajado por todo el mundo, algún día me encontré con un sabio que me enseño la formula para sacar sabor y nutrientes a las piedras del camino. Especialmente de una piedra tan rara como las que tiene usted al frente de su casa. Así he podido vivir durante mis últimos 20 años recorriendo caminos y pueblos. Y como le digo esta piedra que encontré se ve bien jugosa para una buena sopa.
Esto que ha oído la señora, para que inmediatamente le dejara entrar en la casa y rápidamente lo llevó a la cocina para verle preparar la sopa de piedras. En su mente ya hacia las cuentas de cuanto se iba a ahorrar en el futuro preparando fabulosas sopas de las piedras que habían fuera de su casa. Y muchas que habían.
Ya en la cocina el hombre tomó una gran olla de barro y le echó una buena cantidad de agua y la puso sobre el fogón de leña, que estaba ya prendido y listo para cocinar el almuerzo del día.
El hombre esperó unos minutos, y siempre bajo la atenta mirada de la dueña de la casa, se acercó con un cucharón a la olla de barro y sacó un poco del agua que ya estaba hirviendo. Y con ademanes de gran cocinero probó el agua del cucharón y dijo
Ya empieza a coger sustancia. Pero la verdad es que le falta un poco de sal y pimienta…. Y en mi mochila no tengo la sal…Déjeme yo salgo a buscar un poco de sal. La señora ansiosa por ver el resultado de la sopa le dijo. Noooo señor como se le ocurre y yo tengo aquí la sal y la pimienta que usted necesita. Y rápidamente le pasó los frascos con la sal y la pimienta y el hombre se los echó a la sopa de piedra… Momentos después el hombre se acercó de nuevo con el cucharón a la olla y dijo… Ahora si va quedando muy buena. Sin embargo, yo creo que si le echo algunas papas y algunas yucas, le podemos dar mas consistencia a la sopa y quedara mejor. Inmediatamente la señora le alcanzo las papas y la yuca que tenia para el almuerzo y el hombre suaquete se los tiró a la olla y empieza esa olla a desprender olor a papa y yuca
El hombre esperó 5 minutos más y dice …. Vea mi doña como esta quedando de bien esta sopa y eso que no le tenido que echar el repollo y la arracacha y el plátano que acompañan también a el sabor de la piedra y la señora inmediatamente le pasa repollo, arracacha plátano y has