Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda
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22. La ardillita Rita y las Bellotas - infantil
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Había una vez una ardillita llamada Rita. La ardillita Rita vivía en el parque principal de aquella ciudad. El parque principal era un paraíso verde que protegía toda clase de animales, plantas y arboles. El parque principal era además un refugio para los habitantes de aquella ciudad ya que les permitía caminar y hacer deporte sin la molestia de los autos. En fin, el parque principal era el hogar perfecto para una ardillita como Rita.
Rita vivía en una agujero en la parte superior de el más alto de los arboles de aquel parque y por ello se sentía privilegiada. Una noche Rita estaba sentada en su agujero mirando la ciudad cuando vio que una gran tormenta se acercaba a su parque. Se adentro en su agujero que le servía de casa, refugio y almacén de comida y durante la noche sintió como su árbol se estremecía con el viento de aquella tormenta.
Cuando pasó la tormenta y el sol salió al otro día, Rita se asomó desde su árbol y vio que durante la tormenta los arboles habían dejado caer todas las bellotas al suelo. Para una ardillita como Rita. Eso era un milagro. Todas las bellotas que necesitaría para el invierno estaban allí en el suelo del parque y solo tendría que recogerlas antes que el servicio de mantenimiento del parque las recogiera. Si las cogía aseguraría su alimentación por el resto del año. Y como el hueco de su gigante árbol era tan grande tenía donde guardarlas todas.
Corriendo bajó del árbol y se apresuró a comenzar a recoger las bellotas, pero rápidamente se dio cuenta que solamente podía recoger una por una y que aún a toda velocidad solamente podría recoger unas cuantas antes de que limpiaran el parque.
Tenia que idear otra solución.
Rita era muy inteligente y recordó que ella tenía una amiguita que era una arañita que hacia las telas de arañas más fuertes y maravillosas, y pensó que si lograba que su amiga le hiciera una tela bien grande podría hacer un red con la cual subir las bellotas a su almacén en lo alto de su árbol. Y corriendo fue hasta la araña y le pidió que le hiciera su tela de araña y al final le dijo y a cambio te conseguiré lo que tu mas quieras.
La arañita se puso a pensar y le dijo. Sabes desde pequeña he querido hacer colocar una campana en mi tela de araña, pero nunca he podido tener una… Si me quieres conseguir una campanita te lo agredecere. Pero si no la encuentras De todas maneras aquí estaré haciéndote tu tela de araña.
Rita que conocía a todos en el parque, recordó que había una perrita shitzu muy cariñosa que venía todos los días con su amo a caminar por el parque y recordó que dicha perrita tenía una campanita en su collar, Y precisamente la perrita estaría entrando a esa hora al parque. Rita Salió corriendo y encontró la Shitzu y le dijo que si le podía regalar su campanita. La shitzu le dijo que si y Rita le dijo. Como eres muy amable dime si quieres algo y yo tratare de encontrarlo para ti..
La perrita le dijo. Noo Rita es con mucho gusto pero Sabes yo siempre he querido tener una pelota de tenis… Me vuelven loca las pelotas de tenis, pero a mi amo no le gusta el tenis y nunca me ha regalado una pelotica de esas amarillas. Si me consigues una pelotica de tenis amarilla te to agradeceré, pero cuenta con la campanita de todas maneras.
Rita, que de nuevo conocía a todos los animales, Sabía que en el campo de tenis había un topo que le gustaban las pelotas de tenis y cuando un tenista dejaba abandonada una pelota, el topo la cogía y rápidamente se la llevaba para su casa que quedaba en un agujero debajo de las flores del parque.
El topo, que se encontraba en su agujero, escucho a Rita llamándolo y salió de su casa. Rita le pregunto si tenia alguna pelota de tenis que le pudiera