Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

694. El camello gigante

Juan David Betancur Fernandez Season 8 Episode 21

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Juan David Betancur Fernandez
elnarradororal@gmail.com

Habia una vez un viejo sabio que vivia en la antigua Persia. Este sabio tenía un hijo con el cual salia a pescar al menos una vez a la semana. El sabio no tenía más que una vieja barca que tenía muchos maderos podridos y astillados. Aquella mañana el sabio había salido muy temprano con su hijo y el agua de aquel lago estaba calma y quieta. 

El hijo un joven de solo 15 anos había crecido fuerte y vigoroso pero todavía su padre lo vería muy inmaduro e impulsivo por lo que el sabio aprovechaba las salidas a pescar para proyectar algunos consejos en el alma del joven. 

A media mañana el hijo lanzaba la red con entusiasmo mientras su padre contemplaba el horizonte con serenidad y agudeza. 

De pronto el muchacho pregunto. Padre será que hoy atraparemos algo más que silencio. 

El viejo sonrio y dijo. Hijo mio el silencio es el más escurridizo de los peces, si lo pescas podras alimentar el alma por semanas. Siempre trata de que tu vida te lleve al disfrute del silencio. Pero solo el creador de todo nos dira si podremos pescar un pez el día de hoy. Sigue adelante que esa es nuestra prioridad. 

Y que esperamos pescar hoy. Truchas, carpas o simplemente respuestas a nuestras preguntas. 

El viejo le contesto. Si el dios es bondadoso nos enviara las respuestas pero si pescamos alguna trucha o carpa me sentiré dichoso y podremos comer hoy tranquilamente.

 

El joven lanzo de nuevo la red y de pronto el viento comenzó a cambiar. Primero fue un suspiro, luego un rugido y todo alrededor de la barca se comenzó a sacudir. El viento bamboleaba la barca y el joven comenzaba a temer por su vida y la de su padre. 

De pronto un torbellino se elevo en medio del lago y se dirigió hacia los dos pescadores El sabio sin perder la calma dijo. Dios salva nuestra barca y nuestra vida y te prometo que cuando estemos en tierra buscare un hombre necesitado y le regalare un camello del tamaño de una casa. 

El hijo miraba extrañado a su padre y le dijo. Padre donde vas a encontrar un camello tan grande. El viejo simplemente le respondió. Es un asunto de prioridades. Me preocupare de eso en tierra firme. 

 

Empieza a remar con todas tus fuerzas y yo utilizare el velamen para tratar de alejarnos lo más posible. Anda hijo rema. 

El viento arrecio y cuando el torbellino estaba a solo algunos metros de la barca viró su rumbo y se alejo sin tocar la barca y sus navegantes y minutos más tarde el lago estaba en total calma y el silencio había regresado. 

El hijo todavía agitado y temblando simplemente le dijo

Padre has prometido un camello del tamaño de una casa. Sabes que tienes una promesa pendiente. Que vas a hacer. 

El padre sabio le contesto. 

Cuando el lago amenaza con tragarte no es momento para medir el tamaño de la promesa que has hecho. La prioridad es sobrevivir. Las promesas que se hacen pueden ser exageradas pero son como las velas en la oscuridad. No alumbran mucho pero te sirven para no rendirte. 

Y gracias a eso pudimos pensar que Dios nos salvaría una vez comenzáramos a remar. La promesa es un acto que nos da el coraje para seguir confiando en que dios nos haya oído y nos libre, pero el remar es la acción que cuando se hace con claridad lleva a disminuir el riesgo. 

Recuerda esto hijo mio, reza y pídele a dios que te ayude pero siempre actúa ya que las decisiones sabias no se toman por lo que prometemos ino por lo que podemos hacer. Por ahora lleguemos a tierra remando  y después si dios lo permite encontraremos un camello del tamaño de una casa. 

 

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