Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

730. Día 6 Novena de Navidad Para niños (Infantil)

Juan David Betancur Fernandez Season 8 Episode 57

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Juan David Betancur Fernandez
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Había una vez una pareja que después de 3 dias de camino por el desierto ya se acercaban a su destino final Maria y jose veían como  El sol se estaba ocultando y el cielo se volvía  de color naranja y morado. A lo lejos, en la colina, se veían las casitas de piedra de Belén. María, sentada sobre el burrito, respiró profundo y dijo: "José, ya casi nace el bebé, siento que su corazón late muy fuerte". José, aunque estaba cansadísimo y con los pies llenos de polvo, apretó el paso para llegar antes de que oscureciera del todo.

Al entrar a Belén, todo era un caos debido el ruido de muchas personas hablando al mismo tiempo, gallinas corriendo, carretas de madera chirriando y mercaderes vendiendo fruta s.Había tantas personas que José tenía que ir abriendo paso con sus manos diciendo: "¡Permiso, por favor, mi esposa necesita descansar!". Pero la gente estaba tan ocupada en sus cosas que casi ni los miraban.

José tocó la puerta de la Posada Principal. El posadero salió con una vela en la mano y, antes de que José terminara de hablar, le dijo: "¡Imposible! Aquí ya duermen tres personas por cama, no cabe ni un ratón". ¡Pum!, cerró la puerta.

José intentó en casas de amigos lejanos y en otros refugios. En todas partes escuchaba lo mismo: "No hay lugar". José miraba a María y se le aguaban un poquito los ojos porque quería que ella estuviera cómoda. Pero María le tomó la mano y le recordó que Dios nunca los dejaría solos.

Finalmente, un hombre amable los vio tan agotados que sintió ternura. Les dijo: "Miren, mi posada está repleta, pero al fondo, detrás de la casa, hay una cueva que uso de establo. No es muy elegante, pero tiene techo, hay paja limpia para dormir ". Allí pueden pasar la noche, es un lugar muy humilde pero podrán descansar sin que nadie los moleste. 

José y María caminaron hacia allá. Al entrar, el olor no era a perfume, sino a pasto seco y a campo.  Dentro de aquella cueva había un buey que dormía tranquilamente, Jose entro a aquel lugar y con mucho cuidado ayudo a maría a descender del burrito que los había traído desde NaZaret. El buey los miraba con curiosidad pero reconociendo en ellos seres especiales los dejo que se acurrucaran junto a el para así ofrecerles un poco de su calor. El burrito se acosto en la entrade del la cueva para así proteger a Mar y su preciado bebe que estaría próximo a nacer. .


¿Sabes qué hizo María apenas llegó? En lugar de quejarse porque el lugar era sencillo, empezó a acomodar la paja para hacer una cunita. Ella convirtió ese lugar oscuro y frío en un hogar lleno de luz.