Había una vez...Un cuento, un mito y una leyenda

731. Día 7 Novena de Navidad para niños (Infantil)

Juan David Betancur Fernandez Season 8 Episode 58

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Juan David Betancur Fernandez
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Había una vez una pareja llamada Jose y Maria, ellos habían sido escogidos para ser los padres terrestres del Nino Dios y después de 9 meses habían viajado a Belen para el Censo ordenado por el emperador. 

Allí en aquel pequeño pueblo todos los hospedajes estaban llenos y gracias a un alma caritativa encontraron un cueva a las afueras del pueblo donde pasar la noche. La cueva tenía un buey y junto a su burrito entraron para hacerle compañía a aquel animal. La noche era fría. 

 

Jose pues entro con maría a aquel lugar que tenía paja y con las ramas de una palmera cercana decidio limpiar aquel lugar para prepararlo para el posible nacimiento de su hijo. Sacudio cuidadosamente el polvo y acomodo la paja seca para que se convirtiera en una cama suave para su esposa Maria. Luego encendio una pequeña lampara de aceite que había llevado y ambos se durmieron. 

El buey que allí habitaba les pemitio compartir el calor que su cuerpo producia y junto al burrito les calentaban el aire con su aliento y luego  rodearon a la pareja para que así pudieran dormir comodos.

 

Esa noche habían cenado lo poco que llevaban. Un pedazo de pan, aceitunas y un poco de vino que llevaban en su viaje. Esto realmente no era mucho, pero para ellos era un banquete real porque se sentían a salvo y juntos. Pensaban que el niño que estaba a punto de nacer estaría confortable en el momento de su llegada. 

 

A la mañana siguiente jose vio que en la cueva había un cajon de madera que era utilizado para que el buey comiera su pasto. Este era del tamaño de una cuna por lo que jose que era un hábil carpintero lo arreglo un poco y luego con el pasto seco creo un ambiente confortable para que el niño pudiera dormir cuando haya nacido. Luego le puso una pequeña manta encima y se lo mostro a maría diciendo. 

 

Mira, Maria, aquí podrá dormir nuestro hijo. En ese momento Dios en el cielo sonrio al ver que su hijo que se había convertido en otro ser humano tendría un lugar humilde pero cómodo donde pasar los primeros días.

 

En la zona había muchos pastores ya que las montanas ofrecían un sitio excelente para que las ovejas pudieran pastar. Allí algunos de ellos empezaron a sentir un llamado especial de la naturaleza y las ovejas comenzaron a caminar hacia Belen. Los pastores no sabían que sucedia pero si sentían que algo especial estaba a punto de suceder. La noche anterior les había llamado la atención la estrella que crecia en brillo y en su interior sentían una paz que hacia mucho tiempo no tenían

 

Por esa razón decidieron seguir a sus ovejas hacia belen.