El hambre no es el verdadero problema por el que engordan las personas y, por eso, la comida no es la única solución. Lo que ocurre es que tienen un desajuste emocional o no logran cambiar su “mentalidad de gordito” en el proceso. Es difícil porque suele tener que ver con vacíos afectivos y se ve en la comida una vía de escape o algo que los define. Para poder mantener los cambios físicos de manera prolongada vas a tener que hacer las paces con enterrar no solo viejos comportamientos si no lugares, amistades y hasta a tu primera versión.
El hambre no es el verdadero problema por el que engordan las personas y, por eso, la comida no es la única solución. Lo que ocurre es que tienen un desajuste emocional o no logran cambiar su “mentalidad de gordito” en el proceso. Es difícil porque suele tener que ver con vacíos afectivos y se ve en la comida una vía de escape o algo que los define. Para poder mantener los cambios físicos de manera prolongada vas a tener que hacer las paces con enterrar no solo viejos comportamientos si no lugares, amistades y hasta a tu primera versión.